La historia de dos familias que vencieron al Covid-19

La recuperación de la provincia de Santa Fe frente a la pandemia de coronavirus es notoria y son pocos los casos reportados en las últimas semanas. Desde la llegada del Covid-19 al territorio provincial hubo 244 casos positivos, pero el dato que más importa es que de ese total ya se dieron 200 altas clínicas —casi el 82% del total—. Entre estas personas recuperadas, dos familias accedieron a contar su experiencia a El Litoral, tras haber superado el mal trago de la enfermedad.

“Con mi esposo viajamos a Ushuaia cuando se podía viajar sin problemas, no había ningún tipo de restricciones. Estaba lleno de extranjeros en cruceros y demás. Cuando llegamos al Calafate, la ciudad ya estaba cerrándose y quedamos varados en el hotel, y anticipamos nuestra vuelta el 19 de marzo”, relató Emilce Trevisan, vecina de la ciudad de Gálvez, quien se infectó junto a su marido Juan Carlos Berra (63 años) en este viaje de placer por el sur del país. Quien no viajó pero sí se contagió por vivir en la misma casa fue su hijo Abel Berra de 26 años.

“Llegamos a casa e iniciamos la cuarentena, hubiésemos tenido el permiso para salir a hacer alguna compra porque en ningún momento salimos del país, pero por voluntad propia decidimos quedarnos en casa y no salir”, resaltó Emilce, y no es un dato menor porque de haber salido el virus en Gálvez se hubiera propagado rápidamente.

La señora galvense recuerda que de las 30 personas que compartieron el viaje con ellos, 15 se infectaron; entre ellas dos personas fallecieron —los hombres de Rafaela y Villa Constitución—, es decir dos de los tres muertos que registró la provincia de Santa Fe.

Pasar la pesadilla

—¿Sospechas de algún momento o lugar en el que se hayan contagiado?

—No tenemos la precisión, pero pudo haber sido en el aeropuerto o en el avión. Además las excursiones las compartimos con muchísimos extranjeros, nunca vamos a saber dónde nos infectamos.

—¿Cuándo y cómo comenzaron los síntomas?

—A la semana de haber regresado, mi esposo empieza con falta de gusto a la comida, fiebre de 38° y empezó con tos leve. Por eso decidí activar el protocolo y llamar al 0800, desde el primer momento nos han atendido muy bien. Teniendo en cuanta que él tiene 63 años y patologías preexistentes, vinieron a casa a buscarlo y lo internaron en el hospital de Gálvez. Al día siguiente lo trasladaron al Cullen e ingresó allí con una neumonía, le colocaron sueros y le dieron muchos antibióticos. No tuvo la necesidad de estar conectado a un respirador, pero sí con el oxígeno de forma ambulatoria porque tenía falta de aire por momentos. Estuvo en observación unos 10 días y luego lo dejaron volver a Gálvez.

—¿A vos y a tu hijo no le hicieron hisopado?

—Sí, pero una semana después que a mi marido, cuando mi hijo empezó con fiebre y dolor de cabeza. Activé los protocolos y vinieron a hacernos los hisopados a los dos. Yo en ningún momento presenté ningún síntoma, fui totalmente asintomática y el resultado me dio positivo Covid-19 al igual que a mi hijo y mi esposo. Estuvimos dos semanas más aislados a la espera que mi hijo de negativo. A fines de abril tuvimos el alta médica total.

—¿Qué reflexión les queda tras haber pasado esta experiencia?

—Cuando la gente tiene los síntomas no debe quedar esperando días para mejorarse. Nosotros lo tomamos con mucha seriedad al tema y ante el menor síntoma consultamos y eso ayudó a que mi esposo esté bien. Los médicos y todo el personal de salud se portaron excelente, desde el Cullen todos los días me pasaban el reporte de cómo estaba mi marido, también desde el Ministerio y el hospital de Gálvez se comunicaron todos los días hasta que nos dieron el alta. Es impagable y hay que reconocer al personal de salud.

“Para nosotros fue muy leve”

Otra familia que estuvo infectada vive en Llambi Campbell (departamento La Capital). La pareja de Celeste Gozzarelli y Mariano Sioli, junto a sus hijas Clara y Pilar —de 3 y 2 años— viajaron a San Andrés (Colombia) de vacaciones y al regresar a mediados de marzo aparecieron los primeros síntomas de coronavirus. “Tuvimos cuatro horas de escala y creemos que fue ahí, no tenemos la certeza pero había mucha gente”, indicó Celeste y agregó: “Fuimos confirmados tres de los cuatro, porque a la más chiquita no le hicieron el hisopado, pero estoy segura que ella también estuvo contagiada por el contacto es muy estrecho, sobre todo con su hermana”.

Entre los malestares típicos de la enfermedad, Celeste repasó que “mi marido y yo tuvimos síntomas leves: tuvimos dolor de cabeza, de cuerpo, diarrea, pero nos sentíamos bien y nunca pensamos que era coronavirus. Pero después Mariano perdió el olfato y llamamos al 0800, pero no nos hicieron el test porque no teníamos fiebre. Al otro día, mi hija Clara tuvo fiebre a la noche y yo empecé a perder el olfato, ahí volvieron y sí nos hicieron el hisopado a los tres”.

En el caso de esta familia de Llambi Campbell no fue necesario la internación de ninguno y permanecieron aislados en su casa hasta ser dados de alta luego de 41 días. “Se hizo larguísimo, pero por suerte mis suegros y mi cuñada viven cerca y cada vez que necesitábamos algo nos dejaban la mercadería en la ventana. Además toda la gente del pueblo se ofreció para ayudarnos y no nos podemos quejar”, valoró Celeste y señaló que “la reacción fue de preocupación y solidaridad. La gente del pueblo se portó excelente”.

—¿Sentiste miedo en algún momento?

—No, en ningún momento estuvimos asustados porque cuando nos dieron el resultado del test ya habían pasado 16 días de haber regresado de viaje, habíamos pasado todos los síntomas y estábamos en el proceso de curarnos. Para nosotros fue muy leve y no nos afectó mucho.

—¿Qué enseñanza te dejó haber tenido la enfermedad?

—Lo que aprendí es que hay que ser responsable porque si nosotros no lo hubiésemos sido, hoy el pueblo entero estaría contagiado. Es decir, si volvíamos del viaje e íbamos a lo de mis suegros a saludarlos, ya que viven frente a nuestra casa, pero tuvimos la precaución e hicimos lo que teníamos que hacer.