Cuando Colón fue "filial" de Estudiantes de La Plata
Fue en los inicios de la década del ‘70. En esa primera camada, llegaron el “Flaco” Humberto Zuccarelli, el “Cabezón” Trullet, Mario Rodríguez, el “Gringo” Sacconi y el “Piojo” Zibecchi.
El Litoral ¿Te acordás hermano? De izquierda a derecha: el profesor Rubén Solé (PF), el Flaco Humberto Zuccarelli, el Cabezón Trullet, el Piojo Carlos Zibecchi, Juan Eulogio Vasco Urriolabeitia (DT), el querido Cococho Alvarez y Mario Rodríguez, un marcador de punta que también vino de Estudiantes. Se había hecho costumbre, en esos años: Colón traía jugadores pincharratas .
“El Vasco nos conocía a todos nosotros de estar en La Plata. Entonces, cuando se va de Estudiantes y llega a Colón nos pide. Yo lo había tenido a Rubén Cheves, por ejemplo, en la cuarta división de Estudiantes como entrenador”, recuerda desde Rafaela el “Cabezón” Carlos Alberto Trullet esos años de Urriolabeitia-Cheves en Colón.
—¿Por qué se da ese desembarco de tantos jugadores de Estudiantes en Santa Fe?
—El tema es así: nos tenían que hacer los primeros contratos. Esa lista era la siguiente: el “Gringo” Antonio Rubén Sacconi, Mario Rodríguez, yo, Zuccarelli y Carlos Zibecchi, el “Piojo”, que era rapidísimo. Todos llegamos de Estudiantes de La Plata, el único que tenía contrato era el “Flaco” Zuccarelli, por lo cual Colón debió pedirlo a préstamo.
—¿Y en tu caso, Carlos?
—Yo me acuerdo que me lesiono, me cuesta un montón y me pierdo el viaje en la final con el Feyenoord de Holanda. En mi caso, hasta trabajaba en el club, pero me agarró un bajón por esa lesión y quería dejar de jugar. En ese momento Osvaldo —por Zubeldía— me decía que siguiera, que no largara el fútbol. Entonces, me ofrece Estudiantes el primer contrato.
—Y ahí el “Vasco” con Cheves ya estaban en Colón...
—Claro, en ese interín el “Vasco” me llama para saber si iba a seguir jugando, porque yo no estaba entrenando. Entonces, me pregunta si quiero venir a Colón. Y la verdad, lo cuento ahora, aprovecho un poco toda esa situación para pedirles el pase: recuerdo que les dije que no quería seguir jugando y que me volvía a mi pueblo.
—Una mentirita piadosa...
—Tal cual. Me dan el pase libre en Estudiantes de La Plata y así llego a Colón, después vinieron otros. Pero nosotros fuimos los cinco primeros que firmamos: Marito Rodríguez, por ejemplo, era un marcador de punta que pocos se acuerdan.
—¿Qué recuerdos tenés de Rubén Cheves?
—Rubén se encargaba de todo el fútbol amateur, con algún que otro cargo interinato en Primera. Era un laburante en el fútbol amateur y formativo. Muy serio y bien “cabrón”: si le jugabas una mala pasada era capaz de pelearte, con mucho carácter. Yo lo conocí mucho de haber estado ahí, en el viejo semillero de Estudiantes de La Plata, antes que la historia que se dio en Colón.
Los dos quedaron en la memoria de Colón
Edgar Fernández (*)
Archivo El Litoral
Foto: Archivo El Litoral
Rubén Cheves fue un formador nato del fútbol menor, conocedor como nadie de la problemática del fútbol infanto-juvenil. Con el “Vasco” Urriolabeitia dejaron una vara muy alta en cuanto a la promoción de jugadores locales en Colón, pero esto no puede sorprender a la gente del fútbol, porque el mismo trabajo lo habían realizado en Estudiantes de la Plata, formando jugadores que en su mayoría fueron campeones del mundo.
Esto demuestra que el trabajo serio y responsable en las divisiones menores, resulta sin duda alguna, uno de los principales elementos que cimientan el futuro de una identidad futbolística y les otorga una pertenencia que hoy no existe en Colón.
Formadores con el perfil de Rubén Cheves no pueden faltar en el fútbol: él daba el ejemplo con su manera de actuar, simple, sencilla, de una personalidad de la que fluía una natural ascendencia sobre sus dirigidos.
Rubén fue un docente en todo el sentido la palabra: rápido, conocedor de los distintos tipos humanos en cuanto a temperamento, carácter y personalidad. Un especialista, conocedor pleno del tema al que se dedicaba y de la tarea que realizaba.
Cheves y el “Vasco” están en la memoria de toda la gente de Colón. Por su trabajo realizado, basado en el órden y la disciplina como debe ser. Rubén Cheves, un ejemplo para muchos.