Tiene casi 33 años y va por los 15 de permanencia en Primera. Pocos recuerdan su paso por el fútbol francés, un primer salto al fútbol argentino para ponerse la rojinegra de Newell’s y luego, su estallido: ir a Italia para jugar ni más ni menos que en la Juventus.
También matizó un paso por la selección paraguaya, donde fue dirigido por el Tata Martino y fue subcampeón de la Copa América que se jugó en nuestro país en 2011.
Llegó a Colón en 2017 con casi 30 años. Y en general cumplió, porque fue un jugador al que se lo utilizó en diversos sectores de la cancha, hasta jugando de “3” y marcando a Cerutti en la “estancia” del Nuevo Gasómetro. Y se las ingenió para justificar la “jugada” del entrenador.
—Acá estoy, en mi casa, con la familia y esperando que se solucione lo de la pandemia y viendo qué será de mi futuro.
—¿Cómodo o con ganas de volver?
—A mí me tocó la mayor parte de la cuarentena en Santa Fe. Cuando pudimos entrar al país, hicimos una cuarentena obligatoria de quince días en un hotel-salud, ya acá en Paraguay. Acá se obliga a hacerlo ahí o en un albergue. Nosotros, los jugadores, nos perdemos cumpleaños, no estamos los fines de semana en casa, por eso estoy aprovechando el momento para pasar más tiempo con la familia, pero extraño el fútbol.
—¿Recibiste una propuesta para seguir en Colón?
—Mirá, por ahí escuché que están viendo una reducción de salarios y yo en eso estoy de acuerdo y creo que es lo más lógico. Respecto a mi persona, he hablado hace quince días con Vignatti pero no por la renovación, sino por la deuda que el club tiene conmigo y estamos tratando de resolverla. Informalmente, hablé con Darrás, pero no tengo una propuesta formal de renovación o un nuevo préstamo.
—Hablando de deuda, acá hay algunos rumores periodísticos que indican que Colón te debe 1.000.000 de dólares. ¿Es cierto?
—¡Nooo!... ¡De ninguna manera!... ¿Quién dijo eso?
—Te repito, es una versión periodística...
—¡Nada que ver...! Es cierto que me deben dinero, pero la cifra es muy inferior, nada que ver con esto que me estás mencionando. Y por favor, quiero dejarlo bien aclarado. La cifra es mucho más baja y es lo que estamos tratando de finiquitar con Vignatti.
—En esa charla con Darrás, ¿te mencionó que existe interés?
—Si, si, me dijo eso... También, el cuerpo técnico ha manifestado a la dirigencia que desearía que me quede en el club. Pero son tres años que llevo en el club y yo también dije que quería quedarme... La ciudad es muy linda, viví cosas buenas y malas en Colón pero me ayudó a crecer como persona.
—Ya lo dijiste varias veces, respecto de tu interés de seguir en Colón...
—Sí, pero no puedo forzar a algo que no se quiera o no se pueda....
—¿Contactos con el técnico?
—Estamos hablando todos los días con el cuerpo técnico porque nos pasan la rutina de trabajo. La intención de ellos es que yo continúe trabajando en el plantel, pero depende de los dirigentes, no de mí. Las ganas están, tengo intenciones de seguir.
—Si si, pero les he dicho que quiero darle la prioridad a Colón. El torneo paraguayo ya se reanuda y se abre el 1 de julio, el libro de pases, por dos semanas y sólo se pueden fichar a jugadores de nacionalidad paraguaya. Así que tranquilamente, en los próximos 15 días, podría arreglar con alguno y quedarme a jugar en Paraguay. Me hablaron, pero a los que me hablaron les dije que quiero jugar en Colón y por eso le doy la prioridad.
—Si, si... La prioridad la tiene Colón.
—¿Qué analiza alguien que es extranjero para seguir en la Argentina?
—Hay muchos factores. Priorizo el proyecto familiar, porque ellos están contentos en Santa Fe. Va más por ese lado. En lo económico estoy de acuerdo que haya disminución de salario, es lo lógico. Es cuestión de conversar, no de imponer. Llegar a un término medio y llegar a un acuerdo. Mis ganas son las de continuar y, la de mi familia, las de volver a Santa Fe.
—¿Vas a esperar entonces?
—Te dije que le dí la prioridad a Colón y que tengo ganas de quedarme. En otro momento, “jugaban” con eso, sabían que yo quería quedarme y llegué a estar quince días entrenando sin arreglar el contrato. Es probable que ahora pueda pasar lo mismo, no en volver a entrenar porque eso quizás demore, pero sí en esperar un poco para ofrecerme la renovación, si es que lo hacen.
—Uno cree que es más productivo ir a jugar a otro lado por la situación económica que vive este país, porque es grande la diferencia...
—Hay que ser realista, el fútbol argentino es muy competitivo en lo deportivo, pero la inflación y el dólar da mucho que pensar. Desde que arrancó el cepo, los extranjeros estamos limitados de comprar dólares y no podemos llevarlos a nuestro país. El peso vale menos, el dólar vale más, si te guiás en lo económico es muy complicado que un extranjero vaya a la Argentina. Por eso me quiero aferrar a un proyecto en el que pueda trabajar tranquilo y donde mi familia esté contenta.
—Y por eso seguís pensando en venir a la Argentina, aún a expensas de aceptar una quita en el sueldo...
—Por ejemplo, no iría a un lugar en el que mi familia no esté contenta. En Santa Fe me siento como en casa. La gente de Santa Fe me trató de maravillas, jamás me faltaron el respeto, ni los hinchas de Colón ni los de Unión. Además, como te dije, me parece real que se ofrezca una renovación con reducción de salarios.
—¿Qué te moviliza y en qué te sustentás para seguir jugando?, ¿hay algo más?
—Mi familia es fundamental, porque es la que te sostiene cuando los momentos vienen complicados. Lo otro, es mi cuidado, mi profesionalismo. La base del éxito es el trabajo y la constancia. He jugado casi siempre en estos tres años y si no venía esta pandemia, iba a llegar a los 100 partidos en Colón. Era un desafío.
—Domínguez te conoce, lo tuviste. ¿Es el que te sacó más jugo?
—Con Eduardo me sentí muy bien porque éramos un equipo que jugaba casi de memoria, fuerte de atrás para adelante, estructurado y con Javier Correa que la metía. El Flaco Conti estaba en un muy buen nivel y hacían una gran dupla con Guille Ortiz. Con Lavallén también me sentí cómodo y a veces me daba responsabilidades que me gustaban. Me sentía bien en lo futbolístico.
—Y creo que el puesto de volante interno, más corrido al medio y sin obligación del ida y vuelta por la raya, también fue importante para tu mejoramiento...
—Es en ese puesto donde me sentí mejor. Con Zucculini y Fritzler nos complementábamos, más Gonzalo Escobar subiendo por el carril izquierdo. El que se relajaba sabía que había compañeros que podían jugar. Estar en contacto con la pelota te da confianza y así, jugando en ese puesto, pude hacer tres o cuatro goles por pisar un poco más el área.
—Fuiste un “comodín” en algún momento...
—(Risas)... Jugué en todas las posiciones: de 3, de 5, por izquierda, por derecha. Si yo puedo ayudar, lo hago con gusto.
—Entonces, deseos y prioridad para Colón...
—Deseo seguir en el club y le doy la prioridad, pero por ahora no hay nada formal.