Desde 2009 las empresas petroleras están obligadas -por la Ley Nacional 26.093- a mezclar sus productos con combustibles orgánicos, hechos partir de la caña de azúcar y el maíz (para las naftas) y de oleaginosas como la soja (para el diesel).
Desde 2009 las empresas petroleras están obligadas -por la Ley Nacional 26.093- a mezclar sus productos con combustibles orgánicos, hechos partir de la caña de azúcar y el maíz (para las naftas) y de oleaginosas como la soja (para el diesel).
Desde entonces, al quemar una parte de bioetanol y de biodiésel en todos los motores nafteros y de diesel del país, la Argentina se ahorró 35 mil millones de litros de ambos derivados del petróleo. Y como no fueron usados, la contaminación por emisiones gaseosas de dióxido de carbono (Co2) también fue menor.
Contexto
Según la ex secretaria de la Energía, Verónica Geese, "los biocombustibles argentinos ahorraron el Co2 que genera en tres años todo el país".
Sin embargo, está en peligro la ley que obligó a la industria petrolera a agregar un combustible que no domina.
La Ley 26.093 y los decretos reglamentarios posteriores obligan a que en todas las estaciones de servicio del país quien cargue diesel use un 10% de biodiésel y cualquiera de las naftas un 12% de bioetanol.
Por estos días, el gobierno nacional tomó la decisión de mover el precio de los combustibles para los vehículos, en medio de una discusión que incluye esa porción del mercado: la que hoy ocupan los combustibles bio.
En ese contexto, existen proyectos de ley para prorrogar la legislación vigente, entre ellos el de la senadora nacional por Santa Fe, María de los Ángeles Sacnun (PJ) que busca asegurar las condiciones actuales para el sector hasta el 31 de diciembre de 2024, mediante el Régimen de Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles.
Si se tiene en cuenta que la norma vigente vence en mayo de 2021, está claro que lo que ocurra en el Congreso de la Nación de aquí a fin de año será clave, mientras ambas Cámaras se encuentren en el período ordinario de sesiones. Después será el Ejecutivo (tras el receso de verano) quien diga qué temas serán habilitados hasta el 1ro de marzo. En síntesis: es necesario que haya una prórroga o una nueva ley en 2020 o habrá solo un par de meses para hacerlo el año próximo.
Salud ambiental como "ahorro"
Geese posteó información basada en datos corroborables. Su afirmación de que la ley de 2009 le ahorró el equivalente a tres años de emisiones totales de carbono se apoya en que "según el Banco Mundial cada argentino emite en promedio 4,78 toneladas de dióxido de carbono (tnCo2) por año.
Al no haberse quemado 35 mil millones de litros de derivados de petróleo y como los biocombustibles oleosos y etílicos producen 70% menos de esos residuos contaminantes, "en solo once años la ley pudo, sin cambiar los motores ni las estaciones de servicio ahorrarnos el Co2 que generamos todos en tres años".
Tras destacar los mandatos constitucionales de la reforma de 1994 en favor del medio ambiente, agrega que "hoy usamos gasoil con un 10% de biodiésel, aunque la mayor parte de los camiones y los buses pueden empezar hoy mismo a utilizar biodiésel puro, al 100%", tal como probó la experiencia en Rosario con la flota de colectivos alimentados con B100.
"Hoy usamos nafta con 12% de bioetanol, aunque la mayor parte de los autos se puede usar hoy mismo con el 15 ó 18%", agrega.
Subraya que el país necesita "una matriz energética variada, menos concentrada y más renovable". Y advierte que la solución "no puede ser menos bios y más combustibles fósiles".
Una producción muy santafesina
En el país existen 53 plantas productoras de biocombustibles y el 80% del biodiésel –usado para agregar al diesel- se encuentra en Santa Fe.
En cambio, Córdoba y las provincias cañeras como Tucumán y Salta (en parte el norte santafesino) cuentan con plantas de bioetano, usado para las naftas.
La Ley 26.093 es vital para la provincia de Santa Fe, ya que garantiza que una parte de la producción del biodiésel (originado a partir de cultivos oleaginosos) se destine al mercado interno gracias al corte obligatorio del 10% en el diesel.
De los biocombustibles dependen más de 300 mil empleos en el país.
Apenas una mención en la agenda oficial
Una publicación oficial del gobierno nacional –elaborada por la Secretaría de Hidrocarburos de la Nación- indica que los biocombustibles serán parte de "la agenda post pandemia" y al enumerar las "políticas públicas a implementar", aparece por única vez la palabra "biocombustibles".
En "Hidrocarburos, Perspectivas y Desafíos" del 5 de agosto, no hay ninguna otra referencia al sector, a lo largo de sus ocho páginas. Nada sobre el cumplimiento de la ley 26.093 que vencerá en mayo del año próximo, ni respecto del bioetanol, o el biodiésel que en un 80% es santafesino.
En su primera página, la publicación contiene declaraciones del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, con párrafos su discurso en AmCham Argentina.
Se trata de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina, una organización no gubernamental, independiente y sin fines de lucro, que promueve el comercio bilateral y la inversión entre ambos desde hace 95 años.
Allí, el ministro dijo que: "Se enviará al Congreso el Proyecto de Ley de Hidrocarburos que se estima generará buenas señales de inversión. El sector de petróleo y gas es una palanca para el desarrollo; es un gran motor para la generación de empleo, producción de insumos nacionales, y exportaciones que van a generar un saldo positivo en la balanza comercial. Así, el país crecerá de manera más sustentable", fue una de sus definiciones.
Por otra parte, anunció la creación de "Mesas Regionales" que "buscan poner en marcha proyectos relacionados a los recursos naturales, el petróleo, la minería, y el sector agroindustrial, generando un mayor dinamismo".
Cabe recordar que Kulfas mantuvo a mediados de julio una reunión con empresarios del sector de los biocombustibles, donde hubo grandes empresas y también pymes de la provincia de Santa Fe, así como de las multinacionales del sector que ha perdido (desde hace años) las exportaciones a aquel país.
En ese encuentro estuvieron también representantes del bioetanol de caña y de maíz y funcionarios de Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Salta. Según uno de los participantes, aquella reunión duró dos horas pero "no se habló de temas coyunturales" como el precio de referencia del biodiésel.
Sí de "la necesidad de que legislación promueva el potencial de los biocombustibles, del agregado de valor a la producción primaria y de cuanto le sirven a las economías regionales. Lo definiría como una muy buena reunión", según Federico Pucciarello, titular de Rosario Bioenergy.