Por la inactividad deportiva, los clubes afiliados a la casa madre no saben a ciencia cierta cuál será su futuro inmediato. Volver o no volver a jugar, esa es la cuestión.
En una semana plagada de dudas, y tras las reuniones de los dirigentes de la Liga con los representantes de los clubes, la idea de no jugar venció a los que apuntan a dar rienda suelta al juego que entusiasma a multitudes.
Por la inactividad deportiva, los clubes afiliados a la casa madre no saben a ciencia cierta cuál será su futuro inmediato. Volver o no volver a jugar, esa es la cuestión.
El Litoral realizó una encuesta en la que participaron la mayoría de los clubes, sin hacer distinción de categorías, y la misma dio resultados dispares. Están los que quieren volver y los que piensan que no es el momento de hacerlo el 7 de septiembre. Queda claro que los que decidieron y aceptan volver la primera semana de septiembre aseguraron que lo harán con los protocolos apropiados para clubes de Liga que viven en la actualidad con escasos recursos económicos.
En estos meses de pandemia todo quedó al descubierto y se encendieron las alarmas: la economía de cada institución es distinta porque la mayoría de los clubes, por no decir todos, no ha recibido ayuda extra, no tienen reservas y las deudas crecieron en un alto porcentaje desde que cerraron las puertas hace algo más de cinco meses. Además, esta extraña rutina y la falta de actividad permitió que muchas de las instituciones afiliadas a la Liga Santafesina de Fútbol vuelvan a sufrir los embates de la inseguridad: robos y destrozos en las instalaciones. La falta de habitantes adentro de un club permitió que los dueños de lo ajeno actuaran con total impunidad y se llevaran hasta la ilusión de los niños: pelotas, camisetas, etc.
Hoy, más allá de la ansiedad por volver a jugar, la incertidumbre crece y divide a las opiniones de los que deben tomar la decisión de analizar si se juega o no un torneo desde septiembre y hasta fin de año.
A tener en cuenta
Lo primero que hay que saber es quién se hace cargo de los aranceles de los árbitros y quién paga el seguro de cada uno de los jugadores, en caso de llegar a un acuerdo por jugar un torneo donde no se permitirá el ingreso al público y, por ende, no habrá servicio de bufet. Lo segundo, y este punto sí que es importante, es saber cómo hará la casona de calle Corrientes para seguir abonando los sueldos de sus empleados cuando los clubes en la actualidad, y desde que comenzó la pandemia, no están abonando los aranceles correspondientes, aduciendo la falta de ingresos y la falta de competencia.
No queda mucho tiempo para tomar decisiones y no será un tema sencillo ya que la actualidad muestra un panorama muy complicado si se compara con la situación que se vivía hace algo más de un mes, cuando no había casos de Covid en la ciudad y la región estaba bajo control.
Hoy, la Liga Santafesina necesita de la ayuda de todos sus afilados y no será una tarea sencilla resolver si se juega o no un torneo. En la cuenta regresiva, y ante la consulta de El Litoral, el no jugar prevalece sobre los pocos que prefieren poner a rodar la pelota.