El cantautor recorre las sonoridades folclóricas del país en "A la sombra del árbol azul", su último disco, ya disponible en todas las plataformas digitales. De la mano de amigos e invitados especiales como Lalo Mir y Santiago Vázquez, describe una bucólica búsqueda de la calma, que retrató en su diálogo con Multimedios El Litoral.
Gentileza Viviana Stallone Guillermo en su intimidad, algo que quedó plasmado también en el videoclip de Antes que te duermas , rodado en aislamiento.
Guillermo Beresñak editó el pasado 18 de agosto "A la sombra del árbol azul", "un disco de aprendizaje, en el que el autor crea mientras explora la raíz cultural de nuestra tierra", en colaboración con músicos experimentados en las sonoridades argentinas, que lo ayudaron a gestar las ocho canciones donde se cruza la influencia del tango y el folclore con su propia impronta.
De todo esta producción charló el cantautor con Multimedios El Litoral, abriendo las ventanas de un mundo de árboles, estanques y bicicletas.
Búsquedas orgánicas
-En este disco hay una exploración de las sonoridades folclóricas argentinas pero con libertad en las formas. ¿Cómo fue el proceso de gestación?
-En principio fue una necesidad de aprender el folclore argentino, lo escucho desde que soy chiquito: mis viejos escuchaban mucho a Mercedes Sosa, Atahualpa (Yupanqui), iba mamando eso. Mi vieja cantaba en un coro tenía muchos amigos que venían a casa, se armaban peñas; entonces muchas de las canciones de folclore y rock nacional (Spinetta y cosas así) las conocí por los amigos de mi mamá que cantaban en el living de casa.
Después empecé a compartir la vida con otros músicos, también conviví con varios colegas que tocaban folclore, y viajamos mucho por Tucumán, Salta, Santiago del Estero. Haber ido tantas veces hizo que esa música se vaya metiendo de otra forma. Cuando quise incorporarla a través de otra gente me tomaba mucho tiempo y lo sentía un poco impráctico para mi carrera (estaba al mismo tiempo produciendo discos). Ya que me tomaba un mes aprenderme una canción del Cuchi Leguizamón y aprendo de esa manera, haciéndolo; juntándome con otros artistas que sepan de folclore, y aprender por la transmisión folclórica, que es de generación en generación o de amigo a amigo.
Me junté a componer con Checho Fla (Sergio García Marín), que es un amigo que toca la guitarra y conoce bien el folclore. Con él armamos las estructuras y después me puse a escribir las letras y las melodías para cantarlas, sumarles el piano.
-Los coautores Checho y Gabriel Santamaría son ex compañeros en Antü.
-Checho fue mi compañero de Antü durante muchísimos años, con él hice la mayor parte del disco, cinco o seis temas. Gabriel para mí es el Chogua, con él hicimos el tango "¡Qué lindo vientito!", donde también participó Lalo Mir.
Nos juntamos con el Chogua a armar la guitarra, en principio para que yo compusiera algún tango. No me salía del todo, sentía que estaba medio grotesco, sobreactuado: con el tango uno se pasa de la raya de querer hacerse el pasional y termina payaseando. Empecé de nuevo a escribir un poema en prosa, pensando que de ahí iba a sacar ideas para cantar. Y cuando lo leí para mostrárselo al Chogua descubrí que recitado estaba bueno, y lo grabé como referencia.
Se lo mostré a mi esposa, Vivi (Stallone, mánager de Miss Bolivia, Natalia Oreiro y Kumbia Queers) y decíamos "¿si se lo mandamos a Lalo?". A mí me daba vergüenza, porque no lo conozco personalmente; teníamos una persona en común, Ariel Hassan, productor de su programa en Encuentro. Nos consiguió el mail, le escribí un mail re largo, con todo lo que haría si él se copaba, con todo respeto. Me respondió con un audio en el que él leía lo que le mandé y nada más: ni hola ni chau. Todo mi contacto con él fue exclusivamente artístico. Pero fue un regalazo: me puse re nervioso pero a la vez re contento, orgulloso de que haya querido participar tan generosamente.
-Se grabó en el verano, con las ventanas abiertas, entró el sonido de afuera. ¿Suma un sonido más orgánico?
-Se llama "A la sombra del árbol azul" porque es como estar tocando abajo de un árbol, en una situación más campesina, de vista larga: escuchar los pajaritos, que se te acerque un perro. Esas cosas que nos dan calma, tranquilidad.
En mi caso fue un poco accidental y me gustó, no es que quería grabar pájaros y perros. Lo hice en mi casa en Ituzaingó, con un jardín grande, mi vecinas también tienen casas con jardín; así que hay muchos perros en la manzana. Ya por estar acá y no tener algo súper acustizado hizo que cuando el perro de la vecina arrancaba y había algún silencio en mi canción se escucha. En la voz sola se escucha, pero cuando está toda la música no se nota, pero a veces aparecen perros, chicharras, pájaros, cotorras, ranas, porque la vecina tiene un estanque: a la noche es como una orquesta de bichitos que está buenísima.
Eso le dio un colorcito extra al disco que también me gustó cómo quedó: de casualidad pero quedó
Encierro
-Se terminó de cerrar en el aislamiento. ¿Afectó en algo ese cambio de situaciones?
-Sí. Por suerte la mayor parte del disco la tenía grabada antes de marzo, o en marzo estaba "on fire". Llegué a grabar los contrabajos, los pianos, las guitarras, los bandoneones. Hubo un contrabajo en "Un día perfecto", que quedó un poco desafinado, porque lo habíamos grabado con una guitarra con la que compusimos que no estaba bien afinada, cuando fui a grabar el piano no coincidía. Llegamos a grabar el piano de nuevo pero cuando íbamos a grabar el contrabajo de nuevo nos agarró la cuarentena. Le sumé un bajo de teclado encima para disimular.
Ya en cuarentena compuse "Aviones de cartón" con un cuatro venezolano (una guitarrita pequeña de cuatro cuerdas), hecho por un amigo luthier, Pablo Toscanini, de Castelar. Estaba en el momento más triste de la cuarentena, a todos nos pintó. Anduve por toda la casa cantando, desahogándome de una manera alegre. Mido 1,90 y algo, y estaba parado arriba de un sillón, con el techo casi pegado a la cara. Me gustaba el rebote de mi voz en el techo; una situación medio rara. Venía improvisando hacía media hora, y Vivi grabó los últimos tres minutos. Son tres minutos de algo cantado sin pensar, sin borrar ni tachar, salió todo de una (letra, voz, melodía), veía mi subconsciente abierto, desbocado.
Me encantó que Vivi rescate eso: lo hago hace mucho años y siento que le regalo canciones al olvido, que las pierdo para siempre. Acá se salvó de la muerte y quedó algo súper sincero. Y lo invité a cantar ahí a Tomi Ferrero, de la banda de pop Rayos Láser (de Villa María, Córdoba): él tiene una voz aterciopelada, dulce, a diferencia de la mía que es más áspera, rockera. Cuando aparece su voz el tema se ablanda y cobra emotividad: ahora lo escuché mil veces, pero las primeras diez lloraba.
Después me escapé unos días a mezclarlo en mi estudio de Haedo, acá estaba medio perdido. Es rarísimo esconderse de la policía para ir a trabajar (risas).
-Otro invitado fue Santiago Vázquez.
-Sí, creador de La Bomba de Tiempo. Él creó (aunque dice que tomó de otros) el sistema de percusión por señas, con un director que improvisa. Hizo otras bandas como La Grande y PAN, que es de percusión. Los tres proyectos son grosos, y para mí han hecho una revolución de la noche de Buenos Aires. Yo lo empecé a escuchar con Puente Celeste, tocaban en un lugarcito que se llamaba No Avestruz, lo admiraba pero no me acercaba. Con Antü copiábamos algo de lo que veíamos ahí.
A mí me honra muchísimo que se haya sumado, de la mano de su mánager Ale Mazzei, que le encantó un tema mío, "Romeo", del disco pasado, y otro que se llama "Como un avión", del anterior. Ahí se acercó a mi música. Cuando le mandé los demos me dijo "dejame hablar con Santi". Ellos ya me habían invitado a tocar en sus shows, así que ya había una onda creada. Acá agregó un montón de amor musical que se escucha, en "Antes que te duermas".
Retrato
-Dijiste que el videoclip de "Antes que te duermas", dirigido por Viviana, es el más genuino que hiciste.
-Por la cuarentena no podíamos ir muy lejos: está hecho a media cuadra de mi casa. Salimos a buscar dónde filmar en auto, hicimos media cuadra y Vivi dijo "es acá". Fue una aventura: salir un rato en medio de la pandemia, que ella me filme andando en bicicleta, ella metida en baúl abierto de la camioneta, iba manejando Bata (Alejandro Bataloff), otro chico que trabaja en la productora de ella como mánager. Todo muy gracioso, familiarmente.
Es el primer video que hace, lo cual la llevó a hacer una edición sencilla, en cámara lenta, en blanco y negro. Para compensar le puso mil horas de edición, se apasionó, encontró una vocación que estaba dormido. Siento que me mostró con el amor con que me ve: en la mayor parte de las imágenes estoy feo, narigón y gordo (risas), y acá me hizo quedar bien parado. Y cómo me conoce: siento que me mostró como soy, bailando en mi casa, sin exagerar ni inflar nada. Como dice la canción "abrazar la calma", que es lo que estoy buscando en la vida: por eso estoy en mi casa, en bici, con mis perros.
Muchas veces los videoclips adornan para que sea interesante, hice videos muy buenos con otros directores, pero acá sentí que Vivi me pudo retratar.
-Cualquier idea de presentar el disco está frenada.
-El streaming no me ceba mucho, un poco porque las cosas que vi se cortan, el sonido no me termina de convencer, o se vuelve muy frío. Hay alguna gente que se tomó el trabajo de que suene bien; al principio estaba más caótico, ahora se puede hacer un poco mejor. Pero tengo la ilusión de que en los próximos meses que viene el calor afloje un poco esta enfermedad de mierda y podamos hacer algún show al aire libre, cumpliendo algunos protocolos. Para tocar como nos gusta: con la gente adelante, apasionándonos, con nuestros compañeros de la banda.
Es un disco que hice desde el amor hacia mi familia, hacia mí mismo, y desde la amistad, poder juntarnos a componer. Muchas veces compuse solo, y acá me abrí más que nunca en un disco propio. Siento que ese apoyo musical que ellos me dan por su experiencia hace que la música se luzca más; y hacer un streaming solo desde mi casa, tocando la guitarra o el piano mostraría las canciones de una manera más áspera, rústica, que es lo que quise evitar en el disco.