El cuarto álbum del músico nacido en Santo Tomé fue grabado entre los meses de enero y mayo de 2020 en los estudios Unísono y Zebramariposa, en el contexto de la cuarentena. Se presentará el domingo 6 de septiembre a través de las plataformas digitales.
Gentileza Mauricio Bonadeo Hombre orquesta: Nico grabó la mayor parte del disco, con la colaboración de Penélope Donati en coros y Nico López Soto en teclados.
“Vengo” es el cuarto álbum de Nico Gómez de Prana, sucesor de “Hogar, dulce sonido” (2010), “Música en mi cuero” (2013) y “Conga santificada” (2015). El 6 de septiembre estará disponible en plataformas digitales este nuevo material, grabado entre los meses de enero y mayo en los estudios Unísono y Zebramariposa, tomando como motor creativo el aislamiento obligatorio a causa de la pandemia de Covid-19. La producción, con un anclaje estético en los 80, estuvo a cargo de Nico junto a Matías Armando, quien realizó la mezcla y la masterización. El arte de tapa fue elaborado por la ilustradora China Pupi, radicada en Barcelona, quien realizó dos de los videoclips.
De este proceso creativo acelerado por el encierro habló el solista con El Litoral, como así también de las participaciones y colaboraciones especiales.
Días enteros
-¿Qué se puede contar de “Vengo”? ¿Cómo fue hacerlo?
-A este disco lo veníamos armando hace un montón, y con esto de la pandemia se pudo reabrir esa causa y terminarlo. Creo que si no hubiera sido por la pandemia todavía estaría dando vueltas. Viste que el tiempo por ahí es bastante malo, más si te dedicás a otra cosa. Si bien te tira más la música y le das con toda, hay un montón de obligaciones que te frenan. Con todo esto de la pandemia, más allá de esta peli de terror fue como que tuvo la bondad de darme el tiempo para reencontrarme con el estudio, empezar a grabar al palo todo el día. Es un disco del momento este: más allá de que veníamos trabajando las maquetas, se borró todo casi e hice un disco nuevo en tres meses. Enroscarme y darle la vuelta. Fluyó, es un disco muy del momento.
Conceptualmente es una base muy de sonido de los 80: si bien después se empapa con un montón de cosas, nace con la idea conceptual de los 80; más que nada por la caja de ritmos que usamos, una Roland TR 808, que es la base de todo. Después con los sintes fuimos tirando esa data, y se fue acomodando
Es un disco un poco más cancionero de lo que venía haciendo: todas las canciones tienen estrofa, estribillo, respeto esa estructura, que antes no respetaba; por ahí era más loopero, más llano todo. Es un disco pop.
-Quizás el quiebre sea por ese lado: en “Conga santificada” o los otros discos estaba el groove con la banda, el fluir de los loops o las bases.
-Por ahí lo que me pasaba es que me enamoraba de un loop, y no me importaba que sea llano. Mis canciones solían no tener estribillo, o no saber cuál es el estribillo, en una tonalidad muy llana. Acá no sé por qué fluyó esta onda y son canciones. Estrofa, estribillo, estrofa, estribillo, está bien marcadito eso. Es más popero, y más rockero. Tampoco reniego mucho de lo que sale. A mí me gusta mucho la música negra, y capaz que no tengo un disco de música negra, es como que me voy para otro lado. Pero tampoco me pongo “tengo que hacer esto”, es lo que fluye y lo que me va gustando: voy descargando, y cuando veo que es lo que me gusta escuchar freno y le doy por ahí.
-Por ahí otros discos eran más eclécticos y este más conceptual, o hay más unidad en el sonido.
-Sí, puede ser eso. La unidad se la dio el tiempo de elaboración, estos dos o tres meses que estuve al palo y no sabía cuándo empezaba y terminaba el día. Meterme al palo a laburarlo, meterte en vos mismo con la música. Está buenísimo. Se resolvió, re contento por eso.
En equipo
-Trabajaste con Matías Armando. ¿Qué te aportó a nivel producción y mezcla?
-El Mati es como la pata más musical, en el sentido de que me acomoda un poco las ideas. Es productor junto conmigo del disco, tiene mucha música de teoría; yo soy más autodidacta, paso cosas y ni sé lo que estoy haciendo. Él me acomoda, me lleva por un camino. Todo lo que puedo consultarle sé que tengo una cabeza para que me tire data y resolver cosas. También soy muy enrollado, y él me libera, le pone punto final a las cosas: si no sigo dando vueltas.
No iba a masterizar él, lo mandé a masterizar afuera y no me convenció, entonces lo terminó haciendo él. Así que es parte fundamental de “Vengo”.
-Como músicos estables estuvieron Penélope Donati en coros y Nico López Soto, que está tocando con todo el mundo siempre. También hubo una serie de invitados.
-Estoy tocando con una banda estable hace bastante, pero los chicos no tenían la posibilidad de grabar en la casa, con el aislamiento, así que hice casi todo yo en mi casa, grabé todo lo que pude. Después cuando ya lo tenía encaminado y veía que faltaban toques, cositas; y hay un montón de gente que admiro, quiero y que se copó. Hay una canción que hago con Gastón (Pérez Rivera) de De La Rivera: él también escribió la letra. Con Matt Hungo (Cristian Deicas) hicimos la canción más rockera del disco, le puso unas violas que están zarpadas. El Leo Moscovich (Mambonegro) metió un riff y un solo que está buenísimo.
Como que me falta un poco de rock a mí: el tema es re rockero por ahí, y como con los pibes está todo bien y tengo admiración por ellos, surgió invitarlos y la rockearon bastante. Está también Ariel Echarren de Los Cohibas y Punzó, que metió unas cosas re lindas. Penélope hace coritos en todo el disco, y Nico es como parte de la banda pero siempre como invitado: cuando puede toca siempre con nosotros. Por ahí no está, pero para los discos siempre está, tocó en todos.
-Aparte puede tocar un montón de cosas.
-Sí, es un ecléctico. Y aparte un tipazo.
Fantasías animadas
-Cuatro de las canciones tienen videos. ¿Cómo salió esto de anticiparse y tenerlos?
-Primero hicimos el de “Cazador de poemas”, por esas cosas de la vida fue el adelanto, el primer tema. Es todo dibujado por la China Pupi, una amiga de España, de Barcelona, que también hizo la portada del disco y de todos los singles. Empezamos con la movida de Sadaic y toda esa movida, y con todo esto de la pandemia se iba alargando todo. Por la ansiedad de sacar cosas empezamos a hacerlo.
Después surgió por mi amigo Chicho, Mauricio Bonadeo, que me dijo de hacer algo. Hicimos el de “Asesino”, también acá en el estudio. Después “Yo no”, con Mavii Gon y Joaco Amaduzzi: había imágenes que recuperamos de otra data, que habían quedado; unimos un par de cositas más y pegaba con el tema. Y el último es “Vengo”, también es animado, de la Chinita.
-Sale el disco, ¿cómo se lo presenta en esta restricción?
-Justo ahora tenemos una fecha, vamos a tocar en Amalgama, que están haciendo una movida online en Villa Dora; ahí vamos a tocar canciones del disco. Después estamos viendo de armar algo para tocar por streaming, porque no sé cómo viene esto, es todo muy incierto. Supongo que tiempo para tocarlo va a haber. Igual es re loco, ya estoy haciendo canciones de otro disco, esto aceleró un montón toda la movida interna. Si bien no se puede salir a tocar se puede hacer otras cosas. De hecho para “Vengo” sobraron como diez canciones.
-Hay otro disco ahí.
-Sí, pero es como que la historia queda vieja ya, porque seguramente ya estoy con otro concepto, otras cosas en la cabeza. Pero bueno, están ahí: algún día volverán.
-¿Hay otros proyectos fuera de la carrera solista?
-La verdad es que estoy muy metido con Nico Gómez de Prana. Estaba laburando, pero ahora quedé medio frenado, con Jaguar Negro, un trío con el Mati Armando y Nico Tropea: más electrónico, funk, experimental. Pero no, estoy re abocado en esto, con todas las pilas. Esperando que salga el disco para poder compartirlo, mostrarlo.