Eduardo Domínguez se hizo "desear" y cuando llegó el momento de hablar, no anduvo con vueltas y dijo lo que piensa y lo que siente. No miró su propio ombligo para justificar, desde su posición de entrenador de un equipo urgido por el promedio, la decisión de suprimir los descensos el año que viene. A él le vendría bárbaro porque no debería lidiar con ese "fantasma", pero no lo dice porque no lo piensa: "Para el fútbol argentino no es bueno que no haya descensos", dice Domínguez.
Tampoco le escapa a la situación real de Colón: "Vine con un plan A pero enseguida me di cuenta de que no se podía ejecutar y tuvimos que cambiar de estrategia". ¿Qué dijo o qué quiso decir?, que no hay dinero, que se acabó, que había que bajar la cantidad de profesionales (en varios puestos, Colón tiene superpoblación) y que por eso aprovecha para subir juveniles.
Tenés que leerDomínguez: "Para el fútbol argentino no es bueno que no haya descensos"También es claro cuando reconoce que no conoce a los juveniles que promocionó y que éstos fueron apuntados por el coordinador de las inferiores. Habrá que esperar si alguno de ellos lo sorprende para quedarse con algún puesto en el equipo. Eso dependerá de los mismos jugadores y de la capacidad y confianza que les otorgue el propio Domínguez.
Por último, marcó algo que también es claro y evidente: la profundización de la grieta en el fútbol argentino. Se demuestra claramente con River y Boca, sobre todo, aunque se podría sumar también a Racing. Si San Lorenzo e Independiente no lo siguen, es porque no se han manejado adecuadamente desde lo dirigencial, económica y financieramente. Pero está claro que cuando River o Boca venden un jugador, los otros tienen que vender tres o cuatro (en el mejor de los casos), para igualarlos con el ingreso. Y que pueden traer lo que para el resto es imposible. Y como si todo esto fuera poco, la planificación del fútbol argentino que aspira a que en el futuro haya un solo torneo y largo.