La banda encabezada por Mariana Bianchini y Sergio Álvarez volvió luego de seis años de silencio para retomar su linaje musical en "Rock", su último disco, cuya presentación en vivo se hará por streaming, el 28 de noviembre. En diálogo con El Litoral, Álvarez repasó el camino artístico que produjo este retorno a un universo conceptual que no se agota.
Gentileza Juan Pablo Tristán Bianchini, quien como solista ganó el Gardel al Mejor Álbum de Rock Alternativo por Matrioska en 2019, junto a Álvarez, su compañero de música y vida.
Panza, una de las bandas más arriesgadas de la escena nacional de principios de siglo, volvió a la carga luego de seis años de la mano de su disco "Rock": "Un manifiesto musical en donde declara su manera de hacer las cosas y su largo y antiguo amor por la música de rock, vehículo conceptual con el cual explora lo que nos rodea y lo que tenemos oculto dentro"; en el que pasan desde el blues hasta el rock progresivo pasando por el pop rock.
La presentación será por ahora en un único streaming, a realizarse el próximo 28 de noviembre. Allí, además de la puesta escénica de la cantante Mariana Bianchini (quien como solista ganó el Gardel al Mejor Álbum de Rock Alternativo por "Matrioska") y la apuesta por la improvisación y el riesgo musical que acostumbra el grupo en vivo, el show contará con algunos invitados sorpresa de renombre y trayectoria. Los tickets se consiguen en https://www.ticketek.com.ar/panza/online.
De todo esto habló el Litoral con el guitarrista Sergio Álvarez, cofundador y compañero de música y vida de Bianchini, ambos referentes de una formación que hoy se completa con Franco Fontanarrosa en bajo y Julián "Lulo" Isod (también parte de Ciro y los Persas) en batería.
Reunión
-Pasaron seis años desde el último material de Panza, en el medio pasaron muchas cosas en la vida y la carrera de ustedes. ¿Cómo fue el proceso de este renacimiento?
-Fue bastante casual, de alguna manera habíamos dejado de tocar, un poco por saturación de trabajo, cansancio de todos los miembros; yo particularmente no tenía demasiado interés en volver: no a tocar con ellos, sino a meterme en el circuito del rock y todo lo que significa eso.
Pero hace dos años Adrián Iaies, el director del Festival de Jazz de Buenos Aires, me escribió para invitarnos a tocar, haciendo un reversión de temas de Led Zeppelin con Panza. Le dije que no existía la banda, que no iba a ser posible (risas). Él insistió, fue bastante honesto de ambas partes: yo le dije que no y él me dijo "fijate, tal vez esté bueno". Jugó sus palabras de tal manera que me convenció, así que la primera aproximación a volver a tocar juntos fue esa: el 25 de marzo de 2018 tocamos en La Usina del Arte una hora y media de música de Led Zeppelin mezclada con algunos temas de Panza. Para esa ocasión ensayamos un mes, un poquito menos, 20 días; estuvo bueno, nos sentimos bien, la música estuvo buena. Eso nos despertó de nuevo el deseo.
El año pasado cuando Mariana ganó el Gardel como Mejor Disco de Rock Alternativo estábamos después festejando en Mendoza; nos juntamos con el ingeniero de grabación (Facundo Rodríguez) y dijimos: "Tal vez sería bueno hacer algo con Panza". Así que una serie fortuita de eventos hizo que terminaron tocando juntos bajo esa bandera: porque en el disco de Mariana también toca Lulo y toco yo; no es que no estábamos tocando juntos como amigos. Pero a veces los nombres le ponen un condicionamiento a las cosas; y depende cómo llames a las cosas las condicionás.
-Era como ponerse la camiseta de nuevo.
-Tal cual. Y así desembocó en la grabación de este disco.
-¿Por qué "Rock" como título? Además en una época en que la idea de rock está en desafío.
-Un poco porque nos gustó llevar la contra siempre; siempre nos sentimos identificados con las minorías, de puro contreras (risas). Otra justificación podría ser porque Queen tiene un disco que se llama "Jazz". Nos pareció que era una buena declaración de principios también. Todos veníamos haciendo músicas distintas; bajo ese título se agrupan un montón de cosas culturales y musicales de nuestras juventudes, que nos gusta escuchar en otros y de alguna manera seguir llevándolas adelante. Es verdad que el rock se ha convertido casi en un nicho, pero acá estamos.
-También las condiciones en que se producía y escuchaba el rock están en crisis.
-Estaban en crisis cuando empezamos a hacer el disco, y ahora están mucho más en crisis después de la cuarentena (risas). Pero de última puede ser un recuerdo de una época que ya está tendiendo a cero inevitablemente.
Facetas
-En la era en que los discos salen en singles sacaron sólo dos adelantos, como antes: "Guillotina" y "Perra vieja".
-Y "Tercer trueno", que fue el corte de lanzamiento. Hay una cierta idea de disco: los temas están todos bajo un mismo concepto. Pensamos que esto es una obra también, no solamente un conjunto de canciones. Sin ser pretencioso: simplemente es un disco como nos gustaba escuchar a nosotros, que refleja toda una época y una forma de ver la realidad de un grupo de músicos.
Sacarlo mes a mes también es muy desgastante: se grabaron 15 temas, es como para sacar durante un año. También en algún momento uno tiene que sacarlo: "Esto es lo que nos representa ahora, no puedo hacerlo eterno en el tiempo". Diez meses es muchísimo; hacer un disco entre que arrancás y lo terminás sacando un año, y otro año de sacarlo... ya no sé si pienso lo mismo.
-Ya que es como antes, una pregunta de antes: ¿Por qué eligieron esos adelantos?
-"Guillotina" tiene un perfil de muchas cosas que venimos viviendo con la banda: la letra habla de seguir en pie a pesar de las circunstancias, puntualmente a pesar de que te arranquen la cabeza. Y un poco me parecía que era divertido volver con un tema que no fuera cien por ciento palo y a la bolsa a nivel fuerza, distorsión, sino que fuera más reflexivo.
También se lo puede ver como una especie de meditación acerca de lo que fue nuestra carrera como músicos, como amigos, como seres humanos. Nos pareció una buena bienvenida. No es que la letra hable específicamente de eso, sino que nos parece a nosotros que podía interpretarse de esa manera.
"Perra vieja" muestra la vieja etapa de la banda, más rockera, como más "ledzeppelinesca" por momentos.
-¿Cómo se dieron las participaciones de los invitados: Juan "Pollo" Raffo, Tweety Gonzalez, Juan Pablo Compaired?
-Todos los invitados nos escribieron cuando se enteraron de que estábamos grabando, y querían estar. En el transcurso entre una cosa y la otra dijimos: "En este tema dejamos un espacio para un teclado, acá va otra cosa". Ellos tenían ganas de trabajar con nosotros, y a nosotros nos encantó que trabajaran, así que fue mucho más fácil de lo que uno puede suponer.
-"Bienvenidos, vengan".
-Sí, claro. Aparte para nosotros era: "Buenísimo".
Mediano plazo
-Todo esto los agarra en una situación de aislamiento. ¿Cuánto cambiaron los planes con respecto a esta etapa? Obviamente si hacés un disco lo querés tocar.
-Sí, la idea original era tocar. Ahí teníamos una discrepancia dentro de la banda: yo quería dos veces, tres a lo sumo, y después hacerlo en algún festival si se podía; no quería tocar mucho, Mariana quería tocar más. La realidad se terminó imponiendo: originalmente el disco iba a salir en junio, íbamos a hacer un presentación en junio; y se terminó corriendo tres o cuatro meses.
Lo que sí tenemos ahora es un streaming que se hace el 28 de noviembre (las entradas se consiguen por Ticketek), de más o menos una hora y media, un poquito más: va a haber unos 20 temas, los del disco más algunos del repertorio de la banda. O sea que nuestro plan, una vez que lo editamos, se redujo a hacer la prensa, los videos que hicimos, y la presentación en streaming. Y a partir de ahí ya ver qué pasa con la industria: la verdad es que está difícil de predecir.
-Está en veremos qué pasará con la marca Panza en el futuro.
-Bueno, creo que el año que viene cualquier oportunidad que aparezca para tocar la vamos a aprovechar. Ya más allá no puedo asegurar nada. Ya tengo ganas de hacer otras cosas. Es probable que el año que viene salga un EP con tres o cuatro temas, o a lo mejor grabemos un par más; porque nos quedaron algunos afuera del disco, que están buenos pero que no coincidían demasiado con el resto. Ese material está para editar, y capaz que nos juntamos y hacemos un par más: en el estudio es más fácil todo. Después la banda con sus horarios y agenda, se vuelve la música a hacer legal (risas), no sé si vamos a poder coincidir.
Caminos propios
-En los últimos como que la energía creativa de Mariana pero también tuya estuvo centrada en su carrera solista. ¿Las cosas por decir anduvieron más por ese lado?
-Sí como acompañante musical. Pero los demás seguimos haciendo cosas por nuestro lado, solistas, mucho menos numerosas en cuanto a público. Cada uno siguió haciendo sus experimentos y sus búsquedas musicales a fondo. Sí coincidimos en tocar con Mariana nos divierte.
-¿En qué estuviste trabajando?
-Después de Panza empecé a trabajar más en producciones, habré hecho dos por año, de las cuales hay una en cada año que está buena. Y además hice un disco solista en 2018, "Un lugar solitario llamado libertad". El año pasado estuve tocando ese disco, unas 20 veces todos los miércoles con un grupo que estaba muy bueno.
Mi intención era después de terminar lo de Panza era grabar el trío este, pero están cambiando todos los planes. Y estoy trabajando en un disco acústico, y en otro disco solista más guitarrístico, más virtuoso, que tengo ganas de hacer hace rato y nunca lo termino. Así que tengo para mantenerme ocupado mientras estamos encerrados.