Un informe del Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina señala que según el Boletín Estadístico de la Seguridad Social en el sistema nacional hay 5,5 millones de jubilados y pensionados, de los cuales 1,8 millones o el 32% son jubilados o pensionados que obtuvieron su beneficio con aportes y cobran un solo beneficio.
Del universo previsional, “2,6 millones o el 47% son jubilados o pensionados que obtuvieron su beneficio sin aportes, mediante las moratorias”. En tanto otro “1,1 millón o el 21% son jubilados y pensionados que tienen doble beneficio, de los cuales el 70% obtuvo uno o ambos beneficios sin aportes (con las moratorias)”.
Expone Idesa que “estos datos muestran que 2 de cada 3 jubilados y pensionados obtuvieron su beneficio previsional sin aportes o está cobrando múltiples beneficios. En otras palabras, acceder a beneficios previsionales sin haber hecho aportes previamente y duplicar beneficios no es una excepción sino la regla”.
El centro de estudios que dirige el economista Jorge Colina hace así referencia a la situación de la actual vicepresidenta de la Nación, quien fue habilitada por la Justicia a cobrar dos beneficios previsionales.
“Uno es una pensión por viudez de un ex – presidente y el otro es una jubilación por haber sido presidenta. Al ser un régimen de privilegio entre ambos beneficios cobrará de la ANSES aproximadamente $ 2 millones mensuales, con retroactivos y más el beneficio de no pagar impuesto a las ganancias. Además, el fallo judicial deja abierto el precedente para que reclame una tercera jubilación de privilegio cuando cese en su actual cargo de vicepresidenta”.
Añade que “más allá de este caso puntual, desde el punto de vista de la sostenibilidad y equidad del sistema es relevante evaluar en qué medida las normas previsionales permiten acceder a beneficios previsionales sin haber hecho aportes y a duplicar beneficios.
“Ciertamente que, por los montos involucrados, el caso de la vicepresidenta resulta especialmente irritante. Pero mucho más grave es que las normas y la jurisprudencia avalan la masificación de este tipo de distorsión”.
“El sistema previsional estaba en crisis antes del Covid. En el 2019 el Tesoro Nacional tuvo que transferir a la ANSES 1,4% del PBI para cubrir desequilibrios. Parte del problema está en el deterioro del mercado de trabajo, donde prevalecen altas tasas de inactividad, desempleo, informalidad y bajos salarios”.
El informe de Idesa expone que “la mayor responsabilidad la tienen las reglas de beneficio muy laxas y concesivas. Prueba de ello es que el gasto previsional en términos del PBI en Argentina es más alto que en países mucho más envejecidos”.
Añade que “la agenda que es necesario abordar para ordenar el sistema previsional tiene cuatro pilares. El primero es eliminar los regímenes especiales, es decir, tender a que todas las personas se jubilen bajo las mismas condiciones. En algunos casos la reforma debería ser de shock –como el régimen de privilegio para presidente y vice– en otros es conveniente aplicar cierta gradualidad o incluso contemplar regímenes de capitalización complementarios”.
Idesa sugiere una pensión universal para adultos mayores que no realizaron aportes y eliminar la pensión por sobrevivencia de manera de evitar los múltiples beneficios. “El cuarto pilar es establecer un mecanismo de adaptación permanente de la edad jubilatoria al envejecimiento demográfico”.