Claudio H. Sánchez (*)
Claudio H. Sánchez (*)
Caminos de gloria es un episodio de la vigésimo séptima temporada de Los Simpson en el que Lisa investiga la vida de Amelia Vanderbuckle, una luchadora feminista que vivió en Springfield en el siglo XIX, amante de Nikola Tesla y que, además, era inventora. Entre otras cosas, inventó un telar que resolvía problemas matemáticos: los términos del problema, codificados en tarjetas perforadas, se introducían en una ranura y, cuando el telar comenzaba a funcionar, la respuesta aparecía bordada sobre el tejido.
Por las características de este telar y por el hecho de que su creadora haya sido una mujer, esta historia alude a Lady Augusta Ada, condesa de Lovelace quien, además de ser hija del poeta inglés Lord Byron, es considerada la primera programadora de la historia: la primera persona que desarrolló algoritmos para ser ejecutados en dispositivos mecánicos de cálculo. Hoy a estos dispositivos los llamaríamos "computadoras". Pero en el siglo XIX no había computadoras. Lo más parecido a una computadora, en tanto procesadora digital de datos, era un telar inventado por el francés Jean Marie Jacquard, que, como el telar inventado por Amelia, funcionaba con tarjetas perforadas. Estas tarjetas controlaban un sistema de agujas que guiaban los hilos a través del tejido. De esta manera se obtenían, rápida y automáticamente, diseños de gran complejidad que llevaría días hacerlos a mano. El telar de Jacquard fue uno de los protagonistas de la revolución industrial que comenzó a fines del siglo XVIII.
Cuando tenía 18 años, Ada conoció a Charlas Babagge, un ingeniero inglés que estaba trabajando en el desarrollo de máquinas automáticas de cálculo. En esa época, todos los cálculos, como el tamaño de una columna de acero, los intereses de una deuda o la trayectoria de un barco en alta mar, tenían que hacerse a mano. Y, lógicamente, se cometían errores. Errores que podían ser muy costosos.
Para minimizar estos errores se recurría a tablas que tenían los cálculos ya resueltos. Si un banquero tenía que calcular el interés a cobrar por un préstamo, consultaba una tabla que tenía calculados los intereses para todas las combinaciones posibles de importe, tasa y plazo. Pero como estas tablas también se calculaban a mano, también contenían errores. Babbage pensaba que estos cálculos debían realizarse con algún tipo de máquina. Una vez que se comprobaba que la máquina funcionaba correctamente, se podía confiar ciegamente en los resultados calculados.
Ada comenzó a colaborar con Babbage y le propuso incorporar la tecnología de tarjetas perforadas del telar de Jacquard en las máquinas calculadoras. Su idea era, decía, "crear un telar que tejiera cálculos matemáticos así como el telar de Jacquard teje flores y hojas". Este telar, conocido como "máquina analítica" y que sería accionado por una máquina de vapor, contenía los elementos principales de las modernas computadoras, tales como unidades de cálculo, almacenamiento de datos y dispositivos de impresión. Sin embargo, nunca llegó a construirse. Se cree que su funcionamiento requería una precisión que la tecnología de la época no podía asegurar. Otros creen que la tecnología sí estaba disponible pero que era muy costosa, y que la razón por la que la máquina analítica no se construyó no fue la falta de tecnología sino la falta de presupuesto.
La primera máquina que empleó tarjetas perforadas para procesamiento de datos fue la máquina tabuladora construida por el ingeniero norteamericano Herman Hollertih para procesar los datos del censo de Estados Unidos de 1890. La empresa que fundó Hollerith para fabricar y vender su tabuladora es la que hoy conocemos como IBM.
Augusta Ada Lovelace murió en Londres en 1852. Hacia 1980, por encargo del Departamento de Defensa de Estados Unidos, se desarrolló el lenguaje de programación ADA, llamado así en homenaje al trabajo precursor de la condesa Lovelace.
* Docente y divulgador científico.