"Equivocación", "falta de imparcialidad" y "animosidad" fueron las expresiones usadas por el abogado Pablo Gómez de Olivera al referirse a la acusación de su pupilo, el comisario Marcelo Lepwalts.
A una semana del dictado de la sentencia el defensor del comisario Lepwalts dispara: "es una fábula", "una causa armada".
"Equivocación", "falta de imparcialidad" y "animosidad" fueron las expresiones usadas por el abogado Pablo Gómez de Olivera al referirse a la acusación de su pupilo, el comisario Marcelo Lepwalts.
El letrado viajó a Santa Fe junto a su colega Matías Andrés Maluccio, para ejercer la defensa legal del comisario ante el Tribunal Oral Federal que lo condenó la semana pasada.
Tenés que leer
En declaraciones a El Litoral, el representante de Lepwalts cuestionó el pedido de 8 años de cárcel formulado en su alegato final por el fiscal general Martín Suárez Faisal, y dijo que fue realizado "en base a la fábula que construyó el fiscal de instrucción y que continuó el del Tribunal Oral".
"Esa fábula no fue comprobada legalmente, y lo que se mostró acá fueron pruebas contundentes de un armado de causa hacia mi defendido que es Marcelo Lepwalts", contraatacó Gómez de Olivera. A propósito de ello, dijo que "en vista a esos errores el resultado de la pena no fue la que pidió el fiscal sino reducida" (4 años y 3 meses). "La acción de reducir la pena evidentemente demuestra el grado de equivocación, la falta de imparcialidad y a su vez el grado de animosidad que tenían para con mi defendido".
En la misma línea, confirmó que "esta sentencia va a ser apelada, iremos a Casación, no solamente a demostrar la verdad, sino también a decir lo que ocurrió durante el debate, la desprolijidad de Asuntos Internos y del mismo fiscal que acusó a mi defendido de falso testimonio sin haber declarado; ¿si eso no es un armado de causa, qué es?", se preguntó el letrado.
Consultado por los cargos que pesan sobre su pupilo, Gómez de Olivera contestó que "en realidad se lo condenó por todos, pero ninguno fue comprobado", insistió.
Luego volvió sobre la figura de la "fábula" que supuestamente se montó "bajo una premisa falsa" que fue reafirmar la idea de que "un buen comisario debe conocer a su gente y saber lo que pasa". "Le estamos dando poderes sobrenaturales" a Lepwalts, exageró.
Por último, dejó instalada una pregunta mordaz: "Explíqueme usted por qué cuando apartaron al comisario (Lepwalts) el jefe de policía (Roncaglia) vino y designó a alguien (el comisario Valdes), que a los cuatro meses terminó detenido, afectado hoy al narcotráfico. Evidentemente a mi defendido lo querían correr, porque él choca contra esas acciones".