Yamil Isaac, guitarrista y cantante de Electrocuerpo, eligió “Lo que has hecho siempre: quererme” de Sig Ragga y Pedro Aznar como primer corte de un próximo álbum solista. En diálogo con El Litoral, el paranaense abordó su reinterpretación, su dedicatoria a su madre y las puertas que se abrirán en las próximas canciones del flamante proyecto.
Gentileza Victoria Yani De movida sentí que le podía dar mi propia impronta con el acompañamiento de la guitarra, y eso después se fue transformando aún más cuando empecé a armar el arreglo para las cuerdas , cuenta Yamil sobre su relectura de la obra.
Yamil Isaac presentó en plataformas digitales el primer adelanto de su álbum debut como solista. El músico entrerriano, cantante y guitarrista de Electrocuerpo, hizo una lectura personal de “Lo que has hecho siempre: quererme”, de Sig Ragga. Un tema que tiene de por sí una historia de reinvención: la música original pertenece a Pedro Aznar, quien la compuso para la película “No te mueras sin decirme adónde vas”, de Eliseo Subiela. Gustavo Cortés, cantante y compositor de Sig Ragga, escribió una letra para la canción que el grupo santafesino grabó en su primer disco.
Paralelamente a su trabajo con Electrocuerpo (agrupación de rock alternativo con la que grabó dos álbumes de estudio y una sesión en vivo), y a su trabajo como guitarrista de otros solistas (integrando la banda de Tristán Ulla, y la de Andrea Eletti en su proyecto “Sonidos de puertos”), inicia una nueva faceta solista, enmarcada en la “canción de autor”, con influencias de distintos géneros urbanos, principalmente el rock.
Lo acompañan en esta aventura Nicolás Roldán (teclados), Gastón Dutruel (bajo) y José Luis “Flaco” Viggiano (batería). Las ocho canciones que componen el álbum plasman años de formación y trabajo; a la vez, serán el puntapié para una nueva etapa en la relación del artista con la música. Las letras reflejan vivencias personales y su forma de ver y habitar el mundo.
En este contexto, El Litoral dialogó con este “heredero de la guitarra” (hijo de dos instrumentistas, especialmente de Eduardo Isaac, patriarca de la “escuela paranaense” de la guitarra clásica) sobre este nuevo ciclo en una carrera sin fronteras.
Con voz propia
-¿Cómo salió la idea de incluir en esta faceta solista este tema?
-Esa canción la vengo tocando hace mucho, inclusivo en otro proyecto solo que tenía antes de este ya la había incorporado, porque me encantó. Se ve que en el momento uno no se da cuenta, pero la letra te habla en lo personal; y de movida sentí que le podía dar mi propia impronta con el acompañamiento de la guitarra, y eso después se fue transformando aún más cuando empecé a armar el arreglo para las cuerdas: un proceso que viene de largo, y estoy contento con cómo quedó; teniendo en cuenta también el tiempo de refinamiento que vino teniendo.
Por ese lado cerró súper bien el hecho de poder hacer una versión propia; y que lo sienta diferente, particular, me dio el impulso como para ponerlo en el disco.
-Por un lado está esto de venir tocándolo, y encontrarle la forma de cantarlo, de tocarlo en la guitarra (que es distinta, más arpegiada), y después esto de pensar el arreglo de las cuerdas. ¿Cómo fue la escritura de ese arreglo, y cómo fue la grabación? Es como una orquesta de tres: un músico por instrumento que grabó más de una línea.
-Sí, totalmente. El arreglo fue surgiendo a partir de ideas que desprendí a partir del acompañamiento de la guitarra, contracantos que aparecieron a partir de la melodía. A la vez que iba mejorando mi capacidad para conocer los instrumentos, para generar nuevos ideas, fui volcando todo eso en el desarrollo del arreglo. Estudiando con algunos profes, o teniendo la suerte de que tipos muy capos me hicieran sugerencias. Fui aprendiendo en el proceso.
En cuanto a la grabación está hecha con sobregrabaciones: Pablo Arcoba, el violinista, grabó las líneas de violín primero y segundo una por una. El violista Andrés Mayer también y el cellista Jorge Revello: tuve suerte, porque es el solista de cello de la Sinfónica de acá. También los instrumentistas eran muy buenos, y eso permitió que la cosa quede muy bien.
Desde los detalles
-La versión de Sig Ragga es muy melódica y los acompañamientos salvo en momentos muy puntuales son más “acolchonados”, no está tanto esto de jugar con las líneas melódicas que están en tu versión.
-Bueno, eso es un poco el enfoque que elegí para el arreglo: buscar esa posibles variaciones en la melodía que generaran eso. La verdad es que es un melodía tan lindo que se presta fantásticamente para encontrarle esas variaciones u otras melodías que están ahí mismo pero que hay que encontrarlas.
-En los créditos al “Flaco” Viggiano (o el “Pollo”, como le dicen los entrerrianos) por sus aportes rítmicos. ¿Qué sumó a la versión?
-La parte de la batería la armamos en los ensayos con el grupo. Si bien el arreglo en su mayor parte lo escribí, sobre todo teniendo en cuenta las cuerdas, la guitarra, el bajo, hay algunas ideas de obligados rítmicos (secciones donde los músicos caen al unísono) que son ideas del Flaco. O los climas que hace con los platillos, es obra de él.
-Desde un minimalismo que la distingue de una cosa muy marcada que tenía la versión original.
-Totalmente. Es la capacidad de años de él de saber qué es lo justo, con poco hacer muchísimo, reforzar lo que está pasando.
-Que vos le puedas mostrar algo una vez y el diga “acá va esto”.
-Claro, sí. Para mí sumó muchísimo lo que él aportó. En primera instancia parece algo simple, pero no lo es para nada. Se ve que está todo el background suyo detrás para decir “bueno, acá me parece que van estos dos apoyos”, que te cambian la canción. Sobre todo en la última parte, donde aparecen más la batería y el bajo.
Conexión emocional
-El video es un homenaje a tu madre, Beatriz, a través de fotos; la canción está encarada hacia allí. Probablemente el Tavo Cortés hizo la letra en homenaje a la suya (la artista plástica Marta Escowich, fallecida en 2008).
-Eso no lo sabía. Le voy a escribir al Tavo, porque la verdad no se me ocurrió preguntarle. A mí me llegó por ese lado. Evidentemente estaba para encontrar la conexión.
-Hablábamos de cómo uno hace propia una versión. ¿Cómo se apropia uno de una canción ajena para decirle algo o recordar a alguien? “Este dijo lo que a mí me gustaría escribir”.
-En eso decía que por ahí fue sin darme cuenta en un principio. Esa conexión apareció después: empecé a tocar la canción sin planteármelo. El mensaje estaba, pero no estaba comprendido. De un tiempo a esta parte me surgieron esas ganas, esa necesidad. Lo dudé un poco, porque es una cuestión muy personal, es ponerlo en algo que uno muestra. Pero me pareció que valía la pena, que estaba bueno, que era algo lindo.
-Quizás de esa manera, subiéndose a una palabra o una música ajena, fluye más fácil que si uno pensara en ponerse a escribir: a uno le cuesta decirlo.
-Sí, pero aparte si alguien ya lo dijo muy bien... Evidentemente tampoco surgió el hecho de escribir yo una canción, porque por lo menos en este último tiempo ya estaba, ya lo estaba cantando con palabras de otro como decís vos.
Nuevo viaje
-Este tema es el adelanto o la presentación de un álbum que venís trabajando: son ocho canciones que se promocionan en estos términos de “canción de autor” con esencia de rock, pero no solamente. ¿Qué se puede contar de esta nueva etapa solista y este proyecto de disco?
-Este proyecto como tal viene desde hace un par de años, a fines de 2018 se terminó de cristalizar. Estoy muy embalado, muy contento, porque es una voz propia; y algo que sin duda es un proyecto que es para toda la vida. Donde puedo volcar como yo quiera las cosas y presentar así mi devenir, como pueda ir cambiando mi lenguaje y demás. Y con la certeza de la permanencia, de que va a seguir por todo el tiempo que yo siga haciendo música.
Aparte lo que sucedió es que a Electrocuerpo le fuimos dando un carácter desde lo que proponíamos entre todos. Lo que estoy haciendo ahora quizás se parece un poco a cómo empezó al grupo. Y también decidí explorar una faceta mía que tenía que ver con lo que mejor se manifestaba en la banda. En este caso es otra faceta, a la vez es algo donde por ahí hay más libertad de probar cosas, hacer cosas diferentes.
-No por desmerecer a Electrocuerpo, pero necesitabas un espacio propio para decir cosas que a lo mejor no era el lugar esa banda. Sin que te deje de representar el seguir en Electrocuerpo.
-Claro. Uno tiene diversas facetas, y por ahí volcar todo en un mismo proyecto por ahí genera algo interesante, pero también a veces está bueno diversificar en diferentes proyectos, qué se yo. En este caso surgió así, de esta forma: gente que tiene diversas facetas y las vuelca todas en un solo proyecto enriquece, pero en este caso surgió la posibilidad de armar dos caminos.
En cuanto a la propuesta musical que hay en el disco, en por comparación con Electro hay menos distorsión. Las influencias más marcadas para esto que estoy haciendo solo son (Luis Alberto) Spinetta, (Lisandro) Aristimuño, también Sig Ragga, Radiohead, ese tipo de cosas.
Pinceladas finales
-¿Ya está grabado entero el material?
-Faltan grabar algunas cositas nomás, de algunas de las canciones. Lo más importante es la mezcla, que la está haciendo Bruno Leurino en Santa Fe. Eso es lo que vamos haciendo canción por canción. Ya está lista la próxima que va a salir: se llama “Siempre” y va a salir en algún momento de mayo.
Después va a haber dos adelantos más, para hacer cuatro, y el resto de las canciones las sacaré todas juntas con el lanzamiento del disco.
-Que saldrá más para agosto o septiembre.
-Sí, más para fin de año. Decía que falta la mezcla, por ahí van surgiendo inclusive algunas cosas que sumar, que faltan grabar.
-A veces la mezcla “te pide”, o te das cuenta de que hay que meter algo más. Lo cual es un plomazo también.
-Ha pasado y volverá a pasar.
-¿Grabaste con Bruno, estás grabando en Paraná?
-Lo que falta por suerte lo puedo grabar casi todo en casa: tengo ahí la posibilidad con las guitarras y las voces, lo puedo resolver yo. Sí hemos grabado una parte en lo de Bruno, la base; una parte en Paraná, en el estudio de Eduardo Vilar. Algunas cuerdas las grabamos entre en casa, lo del Edu y otro lugar más. Para lo que resta no haría falta ir a estudio.
-¿Cuánto pudieron grabar en pre pandemia, y cuánto durante?
-La mayoría pre pandemia, no sabría decirte exactamente cuánto.
-Te permitió una comodidad: armar el estudio para la batería...
-Sí: ahora no existe eso. Toda la base por suerte fue antes de la pandemia. Después las cuerdas y demás es más sencillo: grabando de a uno se puede.