Rosario implementará controles de alcoholemia en el río tras el choque de embarcaciones
Tras el choque entre dos lanchas, el municipio hará controles sorpresivos en clubes. La normativa permite alcohol en navegación, aunque Prefectura puede retener embarcaciones y sancionar excesos.
La Municipalidad de Rosario decidió acelerar un esquema de inspecciones en la ribera. Foto: Fernando Nicola
La discusión sobre el alcohol al volante volvió a instalarse en Rosario, pero esta vez con el río en el centro de la escena. A partir del siniestro que protagonizaron dos embarcaciones a mediados de octubre —que dejó heridos y reactivó reclamos sobre control y prevención— la Municipalidad de Rosario decidió acelerar un esquema de inspecciones en la ribera y avanzar hacia un protocolo unificado entre el sector público y los clubes náuticos.
La principal novedad: comenzarán controles de alcoholemia rotativos y sorpresivos en guarderías y espacios de amarre, una práctica que hasta ahora no formaba parte de la temporada náutica local.
La línea de trabajo fue impulsada por la concejala radical Anahí Schibelbein, que reunió este martes a representantes de Prefectura, Protección Civil, Control Urbano, los ministerios provinciales de Seguridad y Ambiente, la Cámara Náutica y la Asociación de Clubes de la Costa.
El objetivo fue acordar cómo se implementarán los operativos y qué responsabilidades asumirá cada actor ante un conflicto que, según la edil, dejó de ser excepcional para convertirse en una alerta permanente desde que comenzó el calor y el movimiento recreativo en las islas.
La reunión marcó el primer paso para que los controles se desplieguen de manera sistemática desde este fin de semana. La intención del municipio es que no haya anticipos ni cronogramas fijos: las inspecciones se definirán semana a semana, con desembarcos no anunciados en guarderías, muelles y accesos a la navegación deportiva.
El siniestro ocurrió el viernes 10 de octubre a la altura del arroyo Ludueña.
A diferencia de otros años, la mira estará puesta no solo en la documentación de las embarcaciones, sino también en la aptitud psicofísica de quienes conducen.
En latierra y en elrío
La iniciativa abre un debate inevitable en la ciudad: la contradicción entre la política de alcohol cero en calles de Rosario —que rige tanto para vehículos particulares como profesionales— y el límite vigente en la navegación deportiva. Hoy en la Argentina se puede manejar una lancha con hasta medio gramo por litro de sangre.
Otro eje de la agenda que se abrió tiene que ver con un protocolo integral de seguridad náutica, que abarque desde la identificación de zonas de riesgo hasta mecanismos de comunicación entre los distintos organismos.
Comenzarán controles de alcoholemia rotativos. Archivo: Marcelo Manera
La prevención de quemas en las islas y la coordinación de operativos ambientales quedaron también dentro del paquete de medidas a discutir, ya que la temporada de verano incrementa la circulación tanto en el agua como en la costa.
Las sanciones por alcohol en el río hoy
La normativa que regula el consumo de alcohol al conducir embarcaciones es la Disposición 9/2011 de la Prefectura Naval Argentina. Allí se establece que quienes manejen embarcaciones deportivas no pueden superar 500 mg/l de alcohol en sangre. Para motos de agua y artefactos similares, el límite baja a 200 mg/l. Y negarse al test equivale a presunción de alcoholemia positiva.
En esa disposición también se señala que la autoridad puede prohibir la navegación y retener la embarcación hasta que haya una persona habilitada o que su titular recupere sus condiciones psicofísicas.
Finalmente, habilita sanciones administrativas que pueden incluir multas en Unidades de Multa (UM) –hoy en $75,38 cada unidad-, y suspensión de la licencia e incluso la inhabilitación temporaria según el nivel de alcohol y la gravedad del hecho.
El compromiso asumido este martes es implementar los primeros operativos antes de diciembre, cuando el flujo de embarcaciones aumenta de manera exponencial. El municipio, por su parte, comenzó a trabajar en un sistema de coordinación para que Protección Civil, Control Urbano y Prefectura actúen de manera complementaria y realicen test de alcohol en los accesos a embarcaderos, tal como ocurre en los peajes y avenidas de ingreso a la ciudad.
Si bien por ahora la discusión no incluye una ordenanza de alcohol cero en el río, la presión social y mediática dejó en evidencia la necesidad de revisar los criterios vigentes. Para Schibelbein, los controles rotativos son solo el primer escalón de una política más amplia que debería consolidarse antes del pico de actividad náutica del verano.
La idea es que Rosario pueda avanzar hacia un esquema que combine prevención, fiscalización constante y un criterio unificado en materia de consumo de alcohol, tanto en tierra como en el agua.
La temporada recién empieza y el movimiento en la costa ya anticipa que el uso del río volverá a ser protagonista. La apuesta del municipio es que, esta vez, las medidas lleguen antes de los accidentes y no como respuesta tardía a ellos.