Un estudio científico compara el porcentaje de monogamia humana con otras especies de mamíferos
Con un 66% los humanos obtienen una puntuación sorprendentemente alta, muy superior a la de los chimpancés y los gorilas, y a la par de las suricatas. En la comparación, castores europeos alcanzan 73% y suricatas 60% en emparejamientos entre especies.
Las suricatas son animales increíblemente sociales y viven en grandes grupos conocidos como manadas o clanes.
Un estudio reciente sitúa a los seres humanos entre las especies más monógamas del reino animal, con un 66% de proporción de hermanos que comparten ambos padres, una medida biológica que permite estimar la estabilidad de las parejas reproductivas. Los resultados, publicados por un equipo de la Universidad de Cambridge, reabren el debate sobre la evolución social de nuestra especie.
Qué investigó el estudio
Para comparar a los humanos con otros animales, los científicos analizaron la proporción de hermanos completos frente a medios hermanos en diferentes poblaciones humanas y mamíferos. Este indicador se usa para medir la monogamia social o reproductiva: a mayor proporción de hermanos con el mismo padre y la misma madre, más estable tiende a ser el vínculo de pareja en esa especie.
La investigación fue dirigida por el antropólogo Mark Dyble y publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B. El trabajo integra datos genéticos, información arqueológica y registros etnográficos para reconstruir patrones de emparejamiento y parentesco a lo largo del tiempo.
El estudio determinó que los seres humanos presentan, en promedio, un 66% de hermanos completos. Con este valor, la especie queda ubicada entre las posiciones más altas del ranking de monogamia animal.
Principales referencias del ranking:
Ratón ciervo de California: 100%
Perro salvaje africano: 85%
Castor euroasiático: aproximadamente 73%
Seres humanos: 66%
Suricatas: alrededor de 60%
Chimpancés: 4%
Gorilas de montaña: 6%
Oveja de Soay: 0,6% (entre las menos monógamas)
La comparación revela que, pese a ser primates, los humanos se encuentran mucho más cerca de especies con vínculos de pareja estables que de otros grandes simios, considerados tradicionalmente más promiscuos.
Los chimpancés son animales muy sociales y forman fuertes lazos afectivos, pero sus estructuras sociales son muy diferentes a las de los humanos. REUTERS/Herwig Prammer
Qué implica estar “en la franja” de la monogamia
Los investigadores aclaran que los datos no significan que la humanidad sea inherentemente monógama en términos culturales o sexuales. La proporción relevada refleja tendencias promedio de estabilidad reproductiva, no comportamientos individuales.
Dyble señala que, aunque la proporción de hermanos completos es similar a la de animales como suricatas o castores, “los sistemas sociales humanos son profundamente distintos”, marcados por grupos extensos, estructuras familiares complejas y prácticas de pareja variables según la época y la cultura.
Asimismo, el estudio reconoce que la monogamia social en humanos es diversa e incluye modelos que van desde parejas estables y duraderas hasta formas de monogamia sucesiva o vínculos más flexibles.
el estudio reconoce que la monogamia social en humanos es diversa e incluye modelos que van desde parejas estables y duraderas hasta formas de monogamia sucesiva o vínculos más flexibles.
Un aporte al debate evolutivo
El trabajo contribuye a revisar la idea tradicional de que, por su cercanía biológica con los primates, la especie humana debería presentar niveles bajos de monogamia. Los resultados muestran lo contrario: el patrón humano se sitúa en un rango comparable al de mamíferos conocidos por la cooperación parental y la estabilidad de pareja.
Esto abre nuevos interrogantes sobre cómo influyeron la crianza, la organización social y la cooperación en la evolución de la familia humana.