Una de las “Memorias de Santa Fe” que más llamó la atención, impactó y, al mismo tiempo, demostró la importancia de los archivos de El Litoral, fue el arribo de tres submarinos de la Armada Argentina al puerto local.

Estuvo cuatro días abierta al público en 1965. Fue parte de la armada norteamericana y luego pasó a manos argentinas. Imágenes de un momento histórico para la región, similar a los ocurrido en 1933 cuando llegaron tres naves de este estilo.

Una de las “Memorias de Santa Fe” que más llamó la atención, impactó y, al mismo tiempo, demostró la importancia de los archivos de El Litoral, fue el arribo de tres submarinos de la Armada Argentina al puerto local.
32 años después, una nave de ese estilo volvió a la capital provincial. Fue en julio de 1965, cuando arribó a aguas santafesinas y permaneció amarrada para la vista del público. El diario siguió de cerca, como en 1933, los acontecimientos.

El martes 29 de junio del 65, El Litoral anunció para los primeros días de julio el arribo del submarino “ARA Santa Fe”. En la edición de aquel día se aclaró: “Ya no existen aquellos submarinos (N del R: habla de los que llegaron en el 33). Terminada sus campañas, su acero pasó a formar parte de otras naves o quizás de otros instrumentos o enseres que nada tienen que ver con el mar”.
Y explicó: “Pero hay algo que sobrevive al devenir del tiempo, algo que es más fuerte que el acero de las estructuras de los buques que van a morir en silencio en algún astillero. Es algo indefinido que, en definitiva, se identifica con la Nación misma que es inmortal. Una manifestación de ese espíritu tendrá ahora una nueva manifestación. Otra nave gallarda también lleva el nombre de ‘Santa Fe’".

“Una vez finalizadas las maniobras de amarre, que se realizaron con precisión y celeridad, con la colaboración desde tierra de personal de Subprefectura, fue colocada la planchada, subiendo a bordo las autoridades presentes”, describió El Litoral el 7 de julio del 65.
Comandantes y tripulantes abrieron las puertas del submarino para una visita guiada, de la cual participó un periodista del vespertino.
“No hay espacios libres, apenas estrechos corredores para transitar. Por doquier aparecen manómetros, elementos de mediciones, de control y los motores Diesel G.M. de 3.500 HP que en número de cuatro propulsan al buque en superficie. La nave cuenta también con cuatro motores eléctricos G.E., accionados a baterías”, narraba el cronista.
Y seguía el relato: “A cada paso una explicación, una sorpresa, un descubrimiento, hasta que la recorrida llega a la cámara de proa donde se encuentran 6 tubos lanzatorpedos en popa hay otros cuatro. Nuestra curiosidad se centra en un largo cigarro de acero que descansa sobre una "cuna" también de acero. Es un torpedo de guerra listo para entrar al tubo que lo enviará a su destino”.
Según recolectó el cronista este submarino fue construido en Estados Unidos y puesto en servicio el 29 de marzo de 1945, con el nombre de “macabi”, que es el nombre de un pez. “Intervino en las últimas acciones de la guerra en el Pacífico y al firmarse la paz fue pasado a reserva; transfiriéndose posteriormente a nuestra armada en 1960”, destacó El Litoral.

La presencia del submarino significó la realización de diversas actividades, algunas protocolares incluyendo la participación del gobernador Aldo Tessio, y otras vinculadas a las visitas de los santafesinos.
El punto cúlmine fue la entrega de la bandera de Argentina a la embarcación. Fue el jueves 8 de julio de aquel año.
“Sentimos la emoción argentina, porque comprendemos que estamos entregando el símbolo de la patria. La Armada ha sido y es el custodio permanente de la soberanía en el mar desde los albores mismos de la nacionalidad cuando se estaba consolidando apenas el sentido argentino”, afirmó el mandatario provincial.

La contraprestación santafesina fueron diversos agasajos a los comandantes y tripulantes del submarino nacional. Cenas de camaradería y otros encuentros amenos estuvieron en la agenda de los visitantes.
Otra de las actividades tuvo lugar en las instalaciones del diario El Litoral, ubicadas por aquel entonces sobre calle San Martín. El capitán Luis M. Giannetti visitó el edificio del vespertino y entregó una placa en reconocimiento, que fue recibida por Riobó Caputto, director de la empresa de aquellos tiempos.

El sábado 10 de julio del 65, el “ARA Santa Fe” dejó aguas santafesinas con destino a Mar del Plata. Fue la última oportunidad para que la ciudadanía se acerque a la zona portuaria para conocer la nave y poder tomar fotografías.
“Un detalle del interés que había despertado en la población la presencia del submarino, lo da el hecho de que en dos días en que fueron admitidas las visitas del público a bordo, 3.200 personas recorrieron el interior de la nave y pudieron ser muchos más de no mediar las lógicas limitaciones que implica el tránsito por los compartimientos de un submarino”, describió El Litoral aquel día.
En diálogo con este diario, el comandante declaró que fue una experiencia emocionante que esperaba que se repitiera. Fue en esa charla con el cronista de El Litoral que le explicó que el submarino se dirigía a Mar del Plata desde donde zarpará luego a Puerto Belgrano.

“Ya alejado un medio centenar de metros, desde la torreta el segundo comandante, capitán de corbeta Luis M. Giannetti pidió tres hurras por la provincia y la ciudad de Santa Fe, que fue respondida por la parte de la tripulación formada sobre cubierta, con el clásico agitar de gorras”, describió este diario.
“Y así, entre aplausos y deseos de buena suerte, la ciudad despidió al submarino, hijo del mar, que un día remontó el río "color arena", para traer hasta su misma puerta su presencia de alerta custodio de los mares de la patria”, cerró de manera magnífica la crónica.
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