Mesa de fin de año: qué hay que tener en cuenta para evitar intoxicaciones
La Ingeniera Química Mirta Zannier brindó recomendaciones a la hora de servir los platos de este 31 de diciembre y detalló cuáles requieren un cuidado especial a la hora de refrigerarse.
Las reuniones en torno a la mesa durante las celebraciones de fin de año suelen dejar más que buenos recuerdos: también abundan las sobras.
Las reuniones en torno a la mesa durante las celebraciones de fin de año suelen dejar más que buenos recuerdos: también abundan las sobras. Es común que en la preparación de los banquetes típicos, se cocinen cantidades generosas que muchas veces no llegan a consumirse del todo.
Ahora bien, si se planea reutilizar la comida de Navidad, es clave prestar atención a ciertos cuidados vinculados con la seguridad alimentaria. Según explicó a El LitoralMirta Zannier, Ingeniera Química y docente en el Instituto de Tecnología de Alimentos de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ-UNL) existen errores frecuentes que se deberían evitar para prevenir intoxicaciones y asegurarte de que esos manjares se mantengan en perfecto estado.
Vitel toné, uno de los platos típicos de estas fechas que más cuidados requiere por las altas temperaturas.
Servir y guardar
Con respecto a las comidas con mayonesa, como el típico vitel toné, la ensalada rusa o los piononos, “hay que evitar las temperaturas intermedias. Recomendamos sacar el plato de la heladera, servir a cada uno en la mesa y volver a refrigerar”, recomienda la Ing. Zannier.
Además, teniendo en cuenta la gran variedad de comidas que se resguardarán en una misma heladera, la experta aclara que “cada una debe estar tapada y evitar mezclar alimentos crudos -como la carne- con por ejemplo, un flan. Lo mismo aplica para utensilios, no debemos utilizar los mismos elementos para cortar los crudos y luego los cocidos”.
“Mientras se cocina, tranquilamente se pueden lavar por ejemplo, las tablas y cuchillos que utilizamos para cortar la carne cruda y una vez limpios utilizarlos para el asado ya hecho”, dijo Zannier.
¿Poco hecha, al punto o hecha?: si bien la cocción de la carne varía según los paladares, se recomienda cocinarla bien para evitar cualquier infección.
La cocción de la carne, clave
Uno de los trabajos más importantes -y complicados- es sin duda el de la persona que se encarga de asar o cocinar el plato principal, que en la mayoría de las mesas argentinas, es carne.
¿Poco hecha, al punto o hecha?: si bien la cocción de la carne varía según los paladares, con respecto a aquellos que prefieren un punto “un poco rojo” hay que tener en cuenta que “si ese animal tiene algún tipo de contaminación y no la matamos con la temperatura suficiente, puede contaminar el resto de los alimentos y lo peor, afectar la salud”, explicó la docente en el Instituto de Tecnología de Alimentos de la FIQ-UNL.
Aunque la carne esté 100% cocida, siempre debe refrigerarse una vez que se enfríe post cocción “porque siempre puede haber algún microorganismo y se puede desarrollar”, recomendó la experta.
La ensalada de frutas, una de las "vedettes" de las mesas de fin de año que más rápido se altera y contamina.
1, 2 días en la heladera
Si bien hay familias numerosas y las fiestas suelen convertirse en grandes eventos donde la comida abunda, hay que ser más conscientes de las cantidades para no desperdiciar.
Una de las "vedettes" de las mesas de fin de año es la ensalada de frutas que en muchos casos preparan en enormes fuentes. Si bien es el postre por excelencia de la época, “debe refrigerarse y consumirse de un día para otro. Pasadas las 24 horas la fruta ya no está en óptimas condiciones, ya que es un alimento que se altera y contamina con mucha facilidad”, explicó la Ing. Zannier.
También, hay otros productos que se compran -y abren excesivamente- como el budín, el pan dulce y el panettone. “Estos productos de fabricación industrial tienen muchos conservantes así que no se echan a perder. No sucede lo mismo con aquellos más artesanales que compramos en las panaderías”, explicó Mirta y recomendó que “abramos y cortamos en rebanadas lo justo y necesario. El resto -en el caso de un budín de supermercado por ejemplo- se puede freezar”.
Por último, con respecto a la carne, hay que tener en cuenta que si está bien cocida, estando en la heladera, “su guardado puede prolongarse hasta dos días en la heladera y consumirse sin problema”, afirmó la experta.
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