Asombroso hallazgo de la NASA que podría explicar el origen de la vida en la Tierra
Las muestras, traídas por la misión OSIRIS-REx, revelan compuestos que podrían haber sido claves en el desarrollo orgánico. Se detectó ribosa, glucosa y también un material gomoso nuevo y una alta proporción de polvo de supernova.
En las muestras del asteroide Bennu tomada por la sonda OSIRIS-REx se descubrieron elementos esenciales para la vida en el Planeta Tierra.
La NASA anunció días atrás un asombroso hallazgo científico. En el análisis de muestras traídas a la Tierra por la misión OSIRIS‑REx; los resultados provienen de materiales recogidos sin contaminación terrestre, procedentes del asteroide Bennu, y detallan la presencia de azúcares y un polímero nunca observado que podrían explicar la distribución de bloques químicos fundamentales en el sistema solar primitivo.
Esta es la primera vez que se detecta este aminoácido en materiales de origen extraterrestre, lo que ha supuesto un espaldarazo para los convencidos de la teoría de la panspermia, que postula que la vida no se originó en la Tierra, sino que llegó desde el espacio exterior transportada por meteoritos, cometas u otros cuerpos celestes que contenían microorganismos o compuestos orgánicos esenciales, "sembrando" la vida en nuestro planeta y otros mundos.
Detalles de los hallazgos
Los estudios, publicados en Nature Geoscience y Nature Astronomy, parten de muestras cuya exploración comenzó con la sonda OSIRIS‑REx lanzada en 2016 y que regresaron a la Tierra en 2023. Los investigadores detectaron azúcares biológicamente relevantes, entre ellos ribosa y por primera vez en material extraterrestre, glucosa. Los análisis señalan que esas moléculas coexistían con nucleobases, fosfatos, aminoácidos y ácidos carboxílicos ya identificados en trabajos previos, lo que compone un conjunto de precursores químicos esenciales para formar ARN y compuestos relacionados.
La sonda OSIRIS-REx que recolectó las muestras del asteroide Bennu. Foto: NASA / Keegan Barber.
El equipo liderado por Yoshihiro Furukawa, de la Universidad de Tohoku, detectó ribosa, componente clave del ARN, y no halló desoxirribosa, el azúcar del ADN, lo que sugiere que en el entorno del sistema solar primitivo la ribosa pudo ser relativamente más abundante. La presencia de glucosa indica además que existían fuentes energéticas simples antes de la consolidación de la Tierra. Los autores subrayan que la detección no implica vida en Bennu, sino una amplia distribución de bloques químicos.
Otro estudio, con participación de investigadores de la NASA y la Universidad de California en Berkeley, describió un material gomoso hasta ahora desconocido en rocas espaciales. El polímero originalmente blando y flexible se endureció con el tiempo y contiene nitrógeno y oxígeno en su estructura. Para su análisis se extrajeron fragmentos mil veces más finos que un cabello y se aplicó microscopía electrónica y técnicas de rayos X de alta resolución.
Qué revelan los compuestos y cómo se formaron
Los autores proponen que el material gomoso se formó cuando el asteroide progenitor experimentó calentamiento; compuestos solubles como carbamatos habrían polimerizado y generado moléculas más grandes y resistentes. Bajo presión y al tacto, el material se comporta como un chicle endurecido y podría haber aportado precursores químicos relevantes para la química prebiótica.
Una vista detallada del recolector de muestras OSIRIS-REx con material del asteroide Bennu que se puede ver en el centro a la derecha. Foto: NASA.
El estudio sobre granos presolares, encabezado por Ann Nguyen, identificó una concentración de polvo de supernova seis veces mayor que en otros materiales estudiados. Esa abundancia sugiere que el cuerpo progenitor de Bennu se formó en una región del disco protoplanetario rica en restos estelares, lo que aporta contexto sobre el origen y la diversidad de los ingredientes orgánicos presentes.
Aunque partes del asteroide sufrieron alteración por agua, las muestras contienen zonas casi intactas que preservaron compuestos orgánicos y granos frágiles. Esa conservación permitió analizar materiales muy antiguos y poco modificados y reconstruir la distribución de ciertos compuestos en las etapas iniciales del sistema solar.
Reacciones de la comunidad científica
Investigadores mostraron entusiasmo por los resultados. Daniel Glavin, coinvestigador de la misión, expresó mayor optimismo sobre la posibilidad de encontrar vida fuera de la Tierra, incluso dentro del sistema solar. Los científicos señalaron que es necesario entender por qué esos componentes orgánicos no evolucionaron hacia estructuras biológicas más complejas en Bennu.
Los equipos indicaron que el siguiente paso implicará estudiar las condiciones físicas y químicas precisas que habrían favorecido reacciones prebióticas, y comparar los compuestos de Bennu con los encontrados en meteoritos y cometas. Esas comparaciones ayudarán a evaluar cuánto aportaron cuerpos menores a la química inicial de la Tierra.
En conjunto, los tres trabajos amplían la visión sobre los ingredientes y procesos químicos del sistema solar temprano y abren nuevas vías de investigación sobre la formación y dispersión de los precursores de la vida.