El varamiento de un zifio, uno de los cetáceos menos conocidos del mundo, generó conmoción y un importante despliegue de rescate en la costa bonaerense.

Un ejemplar juvenil de zifio, un cetáceo de mar abierto extremadamente infrecuente en playas, movilizó durante la noche un complejo operativo de rescate de la Fundación Mundo Marino en San Clemente del Tuyú. Aunque el animal logró regresar al mar, fue hallado sin vida a la mañana siguiente. Los estudios preliminares indican que padecía neumonía y una alta carga parasitaria.

El varamiento de un zifio, uno de los cetáceos menos conocidos del mundo, generó conmoción y un importante despliegue de rescate en la costa bonaerense.
El episodio ocurrió en San Clemente del Tuyú y puso nuevamente en evidencia tanto la complejidad de los varamientos de especies de mar abierto como el trabajo contrarreloj que realizan los equipos especializados para intentar salvar cada vida.
Durante la noche del martes 16 de diciembre, alrededor de las 19.30, la Fundación Mundo Marino recibió un llamado de alerta por el varamiento de un cetáceo inusual en una playa céntrica de San Clemente del Tuyú. Se trataba de un zifio, una especie que vive en mar abierto y que rara vez se acerca a la costa, lo que convirtió al episodio en un evento excepcional.
Al momento del aviso, los integrantes del equipo de rescate se encontraban fuera de servicio, en sus domicilios particulares. Sin embargo, el protocolo de emergencia se activó de inmediato.
El operativo se organizó en dos grupos: uno se dirigió rápidamente al lugar del varamiento para evaluar el estado del animal, mientras que el otro se trasladó al Centro de Rescate para preparar y retirar el equipamiento necesario.
Al llegar a la playa, los especialistas confirmaron que se trataba de un macho juvenil de zifio, de 4,32 metros de longitud y un peso estimado cercano a una tonelada.
Las condiciones no eran favorables: la visibilidad disminuía con el correr de las horas y el tamaño del animal hacía que cada maniobra implicara un esfuerzo físico sostenido y coordinado por parte de varios rescatistas.
Durante varias horas, el equipo realizó reflotamientos reiterados, manteniendo al animal en una profundidad que le permitiera intentar salir por sus propios medios.

En cada intento, el zifio lograba atravesar la rompiente y nadar hacia el mar, pero regresaba poco después a la costa describiendo un patrón de natación circular, un comportamiento que suele asociarse a cuadros graves en cetáceos varados.
“El animal salía varias veces hacia el mar, pero al pasar la rompiente volvía de manera sistemática. Ese comportamiento nos indicaba que el cuadro era delicado.
Aun así, seguimos intentando ayudarlo, sosteniéndolo, reflotándolo y dándole tiempo para que pudiera recuperarse y salir nadando por sus propios medios”, explicó Sergio Rodríguez Heredia, responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.
Cerca de las 21, ya con visibilidad prácticamente nula, el zifio logró alejarse mar adentro y se lo perdió de vista. Por razones de seguridad, el operativo no pudo continuar sin luz natural y se dio por finalizada la intervención nocturna.

A pesar de los esfuerzos realizados durante toda la noche, el desenlace no fue el esperado. En la mañana del miércoles 17 de diciembre, durante una recorrida temprana de monitoreo por la zona, el cuerpo del animal fue hallado sin vida, varado en cercanías del lugar donde había sido asistido por última vez.
“Es una pena que el animal no haya logrado sobrevivir, pero estamos conformes con el trabajo realizado durante toda la noche anterior. Cada individuo importa, y el hecho de intentar o no puede marcar la diferencia para que un animal tenga una segunda oportunidad. Sabemos que la muerte forma parte del ciclo natural, pero siempre vamos a estar presentes cuando exista la posibilidad de ayudar”, señaló Rodríguez Heredia.
El cuerpo del zifio fue trasladado al Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, donde se realizó la necropsia correspondiente y la toma de muestras, que luego fueron enviadas a distintos laboratorios de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata.
Según los resultados preliminares, el animal presentaba un cuadro de neumonía y una alta carga parasitaria a nivel gastrointestinal. Todo indica que esta condición previa habría sido determinante en su debilitamiento y, finalmente, en su muerte, lo que explicaría también las dificultades que tuvo para orientarse y mantenerse mar adentro.

Los zifios pertenecen a la familia Ziphiidae y son cetáceos de hábitos pelágicos, es decir, viven en mar abierto y pasan la mayor parte de su vida lejos de la costa. Se caracterizan por realizar inmersiones extremadamente profundas para alimentarse, principalmente de calamares y peces de profundidad, y por pasar muy poco tiempo en superficie.
Debido a su comportamiento esquivo y a la dificultad de estudiarlos en su hábitat natural, los zifios son considerados uno de los grupos de cetáceos menos conocidos del mundo.

A nivel global se reconocen más de 20 especies, muchas de ellas con rasgos externos muy similares, lo que hace que la identificación precisa requiera estudios genéticos y análisis del esqueleto.
En la costa argentina, los registros de zifios son escasos y los varamientos vivos constituyen eventos excepcionales.
“Desde la creación de la Fundación Mundo Marino en 1987, hemos registrado solamente cuatro casos de zifios varados”, indicó Juan Pablo Loureiro, médico veterinario de la institución. La mayoría de los registros de este tipo se concentran en el sur del país, lo que vuelve aún más inusual la aparición de un ejemplar en playas del norte bonaerense.