Un agujero negro supermasivo expulsa vientos ultrarrápidos luego de una explosión
Científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y misiones de rayos X detectaron en la galaxia NGC 3783 una explosión de rayos X nunca antes observada en un agujero negro supermasivo, seguida de vientos que alcanzaron velocidades equivalentes a una quinta parte de la velocidad de la luz. Este hallazgo podría cambiar nuestra comprensión sobre la evolución de las galaxias.
Astrónomos encontraron algo nunca antes visto en un agujero negro supermasivo Créditos: Agencia Espacial Europea
Ungrupo de astrónomos acaba de reportar un hallazgo sin precedentes: un agujero negro supermasivo, situado en el corazón de una galaxia espiral lejana, generó una erupción que desencadenó vientos ultrarrápidos capaces de expulsar material al espacio con velocidades sorprendentes.
Vientos cósmicos a velocidades extremas
El fenómeno fue detectado en la galaxia NGC 3783, mediante la observación conjunta de los telescopios espaciales de rayos X XMM-Newton y XRISM.
Lo que comenzó como una intensa llamarada de rayos X —una explosión en el agujero negro supermasivo— culminó, en cuestión de horas, con la generación de corrientes de gas que salieron despedidas a unas 60.000 kilómetros por segundo, un ritmo equivalente a unos 300.000 kilómetros por segundo —aproximadamente un 20 % de la velocidad de la luz.
Según los investigadores, este tipo de vientos “ultrarrápidos” —que en inglés se conocen como “ultra-fast outflows” (UFO)— nunca antes había sido visto asociado a una explosión de rayos X de esta naturaleza. Tal como expresó el científico Liyi Gu (SRON, Países Bajos): “Nunca antes habíamos visto un agujero negro generar vientos tan rápido”.
Los agujeros negros son una de las principales incógnitas del universo
Un núcleo galáctico activo que se comporta como una estrella
El agujero negro de NGC 3783 posee una masa equivalente a unos 30 millones de soles, y alimenta una región extremadamente luminosa y activa conocida como Núcleo Galáctico Activo (AGN, por sus siglas en inglés). Esa actividad intensa genera condiciones ideales para expulsar materia al espacio, especialmente cuando hay alteraciones en su campo magnético.
Los científicos creen que los vientos se originaron luego de que el enredado campo magnético del AGN se desenrollara bruscamente, de modo similar a lo que ocurre en las llamaradas solares, aunque en una escala casi inimaginable.
Este mecanismo recuerda a las eyecciones de masa coronal (CMEs) del Sol, donde corrientes de plasma sobrecalentado son expulsadas al espacio. Pero en el caso de este agujero negro, la magnitud y la velocidad del material liberado son muchísimo mayores —y hasta ahora no documentadas.
Para los investigadores, el hallazgo “desmitifica” en cierta medida la idea de que los agujeros negros son objetos inertes y misteriosos. En cambio, estos colosos gravitatorios pueden comportarse de forma activa, con dinámica y efectos similares a los de estrellas poderosas.
Los agujeros negros supermasivos son todavía más agresivos que los comunes Créditos: NASA
Implicancias para la historia de las galaxias
Más allá del carácter espectacular del descubrimiento, este hallazgo tiene profundas consecuencias para la astronomía y la cosmología.
Los vientos generados por agujeros negros activos —como este de NGC 3783— pueden influir decisivamente en la evolución de sus galaxias anfitrionas: regular la formación de estrellas, alterar la distribución de gas y polvo, e incluso modificar la estructura general de la galaxia.
Al comprender mejor cómo y cuándo se generan estos flujos ultrarrápidos, los científicos podrían reconstruir con mayor precisión la historia de las galaxias en todo el universo.
Este tipo de procesos, hasta ahora desconocidos o poco estudiados, podrían ser un componente clave para entender cómo las galaxias crecieron y evolucionaron a lo largo de miles de millones de años.
Además, el hallazgo refuerza la necesidad de utilizar —y posiblemente desarrollar aún más— misiones de observación en rayos X, que permiten captar fenómenos violentos y fugaces en regiones donde la gravedad y la energía alcanzan extremos difíciles de estudiar con otras longitudes de onda.