La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, explicó que tras las medidas adoptadas en los últimos meses la economía mundial se encuentra “en la mitad del camino” para salir de la crisis, pero está en una “fase crítica y peligrosa”.
Las declaraciones de Lagarde fueron de las pocas que se salieron del tono gris general de la reunión del FMI y el BM, que han revisado a la baja sus datos sobre las perspectivas económicas mundiales para 2011 y 2012, especialmente en las economías avanzadas.
Europa, su crisis de deuda y la volatilidad financiera han sido el núcleo en torno al que han girado los encuentros de otoño de los organismos multilaterales. El jueves pasado el G20, que engloba a las principales economías avanzadas y emergentes, emitió un comunicado no previsto ante la “gravedad” de la situación financiera internacional en el que aseguraba una respuesta “coordinada y urgente”.
Sin embargo algunos pesos pesados de fuera de la zona euro cuestionaron la efectividad de las medidas tomadas hasta ahora y exigieron más acciones para eliminar la actual volatilidad e incertidumbre. “La eurozona tiene seis semanas para solucionar la crisis de la eurozona”, apuntó George Osborne, ministro de finanzas británico.
Más contundente fue el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, quien urgió a Europa a detener urgentemente “la amenaza de una cascada de quiebras bancarias” y a “crear un cortafuegos”.
De cara al futuro, Lagarde alentó a un refuerzo de los recursos financieros de las instituciones multilaterales ante la envergadura de los potenciales desafíos del futuro y resaltó la importancia de la “rápida” aplicación del incremento de cuota de los países miembros aprobado en 2010.
Para la jefa del FMI, la capacidad de préstamos de la institución de 400.000 millones de dólares (algo menos de 300.000 millones de euros) “parece suficiente hoy pero palidece en comparación con las potenciales necesidades financieras de países vulnerables y otros afectados por la crisis”.




