El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió este domingo a todos los grupos armados ilegales dejar las armas y aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz para poner fin a décadas de violencia en el país sudamericano.

Fue en una emotiva ceremonia al aire libre en una Plaza de Bolívar inusualmente colmada.

El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió este domingo a todos los grupos armados ilegales dejar las armas y aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz para poner fin a décadas de violencia en el país sudamericano.
Petro, un economista de 62 años, asumió como el primer mandatario de izquierda en la historia de Colombia, con la promesa de impulsar ambiciosas reformas económicas y sociales para reducir la pobreza y la desigualdad, en una nación dividida políticamente y golpeada por la violencia.
"La paz es posible si desatamos en todas las regiones de Colombia el diálogo social, para encontrarnos en medio de las diferencias, para expresarnos y ser escuchados, para buscar a través de la razón, los caminos comunes de la convivencia", dijo el mandatario en su discurso de posesión.
"Convocamos, también, a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones", agregó.

Petro también pidió a la comunidad internacional una nueva estrategia de lucha contra las drogas y aseguró que la política antidrogas fracasó. "Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado, que, ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y que deja 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año. Que la guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados", aseguró Petro.
Petro asumió el domingo la Presidencia de Colombia como el primer mandatario de izquierda del país sudamericano con el desafío de impulsar ambiciosas reformas económicas y sociales para reducir la pobreza y la desigualdad en una nación dividida y golpeada por la violencia.
Miles de simpatizantes se reunieron en el centro de Bogotá y en grandes pantallas instaladas en lugares públicos de todo el país para celebrar la llegada de Petro a la presidencia. "No creí qué yo alcanzara a estar vivo para ver que por fin esto está pasando, yo sé que no vamos a cambiar de un día para otro, pero esto es apenas el comienzo", dijo Nelson Molina, de 56 años, quien trabaja como plomero de construcción, mientras exhibía una camiseta y una gorra de la campaña de Petro.