El miércoles 30 de julio de 2025, una marejada ciclónica elevó el nivel del mar sobre la playa de Ipanema en Río de Janeiro, provocando una estampida humana sin precedentes.

Una violenta marejada ciclónica sorprendió a vecinos y turistas en Río de Janeiro. El agua avanzó sin previo aviso sobre la playa de Ipanema, invadió quioscos y estaciones de ejercicios.

El miércoles 30 de julio de 2025, una marejada ciclónica elevó el nivel del mar sobre la playa de Ipanema en Río de Janeiro, provocando una estampida humana sin precedentes.
El fenómeno comenzó sin alertas previas: el agua avanzó sobre la arena, arrastró quioscos, atravesó corrientes de entrenamiento al aire libre y sorprendió a bañistas y motociclistas.

A medida que las olas rompían con fuerza, quienes se encontraban en primer línea salieron corriendo. “Hubo una estampida”, relataron testigos. Decenas de personas fueron empujadas por la multitud.
Según reportes locales, el agua alcanzó los puestos de alquiler de palapas y arrastró varias estaciones públicas de ejercicio. Motociclistas estacionados en la avenida costera tuvieron que abandonar sus motos y huir a pie para evitar quedar atrapados por la corriente
En cuestión de minutos, la avenida fue literalmente tapada. El sector costero, habitualmente transitado por caminantes, deportistas y vehículos, quedó bloqueado cuando la marea invadió el pavimento. Videoaficionados compartieron imágenes de gran cantidad de agua sobre el asfalto, gente corriendo sin rumbo y vehículos rodeados de arena mojada

La repentina inundación generó una respuesta inmediata de autoridades municipales y de protección civil. A través de redes sociales, el gobierno de la ciudad de Río emitió un comunicado instando a la población a mantenerse alejada de la costa hasta nuevo aviso y advirtió que las condiciones podrían empeorar con nuevas marejadas o aumento del oleaje.
Equipos de limpieza y operarios del municipio comenzaron a retirar arena, escombros y objetos arrastrados hacia la avenida y las zonas adyacentes. Aunque no se reportaron víctimas fatales, varias personas sufrieron golpes, cortes o torceduras mientras intentaban escapar.
Los locales comerciales, especialmente quioscos que dependen del movimiento turístico, vieron sus negocios afectados al quedar inundadas áreas de atención. Las estaciones de ejercicio al aire libre también fueron desplazadas, lo que exigió reparaciones o reubicaciones en días posteriores.
El servicio de motorización de reparto y tránsito vehicular en la avenida fue suspendido al menos por horas, provocando demoras en el tráfico de la zona sudeste de Río.
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