El papa Francisco instó nuevamente este domingo a todos los gobernantes de fe cristiana a "negociar el fin de las guerras existentes en todo el mundo" durante este año del Jubileo.
El Sumo Pontífice recordó los conflictos bélicos que se viven en Ucrania, en Medio Oriente, en Myanmar y en Sudán e instó nuevamente este domingo a todos los gobernantes de fe cristiana a "negociar el fin de las guerras" durante este año del Jubileo.
El papa Francisco instó nuevamente este domingo a todos los gobernantes de fe cristiana a "negociar el fin de las guerras existentes en todo el mundo" durante este año del Jubileo.
"En este año jubilar, renuevo mi llamamiento especialmente a los gobernantes de fe cristiana, para que pongan el máximo esfuerzo en las negociaciones para poner fin a todos los conflictos en curso", indicó el Sumo Pontífice en el rezo dominical del Ángelus.
"Reitero mi no a la guerra, que destruye, destruye la vida, lleva a despreciarla, y no olvidemos que la guerra siempre es una derrota", agregó.
En ese sentido, recordó los conflictos bélicos que se viven en Ucrania, en Medio Oriente, en Myanmar y en Sudán.
"Oremos por la martirizada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán", remarcó el jefe de la Iglesia Católica. Además, explicó que este domingo se celebra "El Día de la Vida", centrado en la temática "Transmitir la vida, esperanza por el mundo".
Asimismo, se sumó al resto de los obispos italianos y expresó su "reconocimiento a las tantas familias que acogen voluntariamente el don de la vida" e incentivó "a las parejas jóvenes a no tener miedo a traer hijos al mundo".
"Jesús es salvación; Jesús es luz; Jesús es signo de contradicción", sostuvo en otro pasaje del Ángelus el Sumo Pontífice.
"El Evangelio del día nos habla de María y José que, según la Ley, presentan a Jesús en la morada de Dios como recuerdo de que la vida viene del Señor. Pero mientras la Sagrada Familia realiza lo que siempre se hizo en el pueblo de Israel, de generación en generación, sucede algo que nunca antes había sucedido. Las voces conmovidas de los ancianos Simeón y Ana resuenan entre las viejas piedras del Templo mientras profetizan sobre Jesús, hablando del niño a los que esperaban la redención de Jerusalén".
Horas más tarde, Francisco dejó inaugurada la Cumbre Internacional sobre los Derechos de los Niños e invitó a escuchar a los más pequeños para decir "¡No!" a la guerra, la violencia, la injusticia y la cultura del descarte.
Habló también de la infancia que se ha convertido en "periferia de la existencia", recordó las marginalidades, incluso de las ciudades más ricas, exhortó a no acostumbrarse al mal y denunció el aborto que "suprime la vida" y "corta la esperanza de la sociedad".
Con su largo discurso en la Sala Clementina, titulado "Amémoslos y protejámoslos", el papa abrió la referida cumbre mundial sobre los derechos de los niños.
"Fue un discurso que hizo contener la respiración", comentó la cronista Benedetta Capelli desde el Vaticano, porque Francisco habló de "los pequeños que el mundo, con su fealdad y su violencia, ha herido", porque "las cifras que hablan de la condición de la infancia hoy son aterradoras" y porque "no se puede dejar de mirar a los ojos de los más frágiles", o "no escuchar sus silencios, sus gritos y llantos porque son palabras, son pedruscos que duelen".
"No es aceptable lo que lamentablemente hemos visto casi a diario en los últimos tiempos, a saber, niños que mueren bajo las bombas, sacrificados a los ídolos del poder, de la ideología y de los intereses nacionalistas. En realidad, nada vale la vida de un niño. Matar a los pequeños es negar el futuro", completó el Santo Padre.
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