Elon Musk propone alojar en el espacio los centros de datos de la inteligencia artificial
El magnate tecnológico planea adaptar la constelación Starlink V3 para operar como data center en órbita. La iniciativa apunta a aprovechar energía solar continua y enlaces láser de alta velocidad.
SpaceX evalúa trasladar centros de datos dedicados a inteligencia artificial a la órbita terrestre baja, apoyándose en la constelación Starlink y en enlaces láser de alta velocidad.
SpaceX evalúa trasladar centros de datos dedicados a inteligencia artificial a la órbita terrestre baja, apoyándose en la constelación Starlink y en enlaces láser de alta velocidad, indicó Elon Musk en un intercambio en X tras un artículo sobre ensamblaje autónomo en órbita. La propuesta busca responder a la creciente demanda de potencia de cómputo de los modelos de IA y reducir limitaciones ambientales y de suministro energético en tierra.
La idea se apoya en la próxima generación de satélites Starlink V3, que podrían ofrecer alrededor de 1 terabit por segundo, frente a los V2 Mini que rinden hasta 100 Gbps. SpaceX prevé que el cohete Starship pueda lanzar decenas de esos satélites por misión, hasta unas 60 unidades, lo que permitiría escalar la red orbital con rapidez si se decide avanzar.
Entre las ventajas técnicas que citan sus promotores figuran el acceso casi continuo a energía solar y una menor necesidad de refrigeración por agua. Además, fuera de la atmósfera se reduciría la exposición a incidentes locales que interrumpen servicios críticos, y se mitigaría parte del impacto ecológico asociado a grandes instalaciones terrestres.
Cómo sería la infraestructura orbital
La propuesta contempla satélites con enlaces láser de alta velocidad que actuarían como nodos de procesamiento y almacenamiento, conectados entre sí para formar una red de cómputo distribuido en LEO. Ese diseño buscaría mantener latencias bajas entre unidades orbitales y ofrecer amplias tasas de transferencia para cargas de trabajo intensivas en datos.
Vista de las instalaciones de SpaceX Starbase en Starbase, Texas, EE. UU. Foto: REUTERS / Gabriel V. Cardenas.
Un dato concreto: la startup Starcloud lanzó un satélite del tamaño de un refrigerador que incorpora una GPU de Nvidia, y lo describieron como un mini centro de datos orbital. Ese prototipo sirve como prueba de concepto sobre el despliegue de capacidad de cómputo fuera de la Tierra y muestra el interés del mercado en explorar esta vía.
SpaceX aseguró que, ampliando la constelación con V3 y enlaces láser, la idea podría ser viable técnicamente. La compañía también señaló que los primeros lanzamientos podrían empezar en 2026, tras pruebas exitosas de un dispensador de satélites en Starship.
Desafíos técnicos y económicos
El traslado de centros de datos al espacio enfrenta retos significativos: ensamblaje automático a gran escala, refrigeración en vacío mediante radiadores, comunicaciones de larga distancia y protección frente a la basura espacial. La radiación y las temperaturas extremas también suponen riesgos para las GPU y otros componentes sensibles.
La propuesta de Musk busca responder a la creciente demanda de potencia de cómputo de los modelos de IA y reducir limitaciones ambientales y de suministro energético en tierra.
Los costos iniciales serían elevados y todavía hay obstáculos para que la operación sea competitiva frente a los data centers terrestres. Expertos citados en los reportes remarcaron que la pregunta central sigue siendo económica, aunque algunos estiman que la viabilidad comercial podría llegar en la próxima década si bajan los precios de lanzamiento.
Qué opina la competencia
La competencia ya se mueve: Google anunció un proyecto llamado Suncatcher y planea pruebas en 2027, y figuras como Jeff Bezos y Eric Schmidt manifestaron interés en llevar infraestructura fuera del planeta. Estas iniciativas muestran que la transformación de la nube hacia la órbita no depende solo de SpaceX.
“Dentro de poco tendrá más sentido construir centros de datos en el espacio que en la Tierra”, Philip Johnston, director ejecutivo de Starcloud.
El balance actual indica beneficios energéticos y de resiliencia, pero también la necesidad de resolver cuestiones regulatorias, de soberanía de datos y de rentabilidad. Las empresas tecnológicas y los reguladores tendrán que definir marcos claros antes de una adopción a gran escala.
SpaceX indicó que los primeros lanzamientos de los V3 podrían empezar en 2026, tras completar pruebas en Starship, y ese calendario marca la expectativa institucional sobre los pasos siguientes en esta iniciativa.