El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) confirmó este martes 3 de junio una nueva "operación especial" que dañó los cimientos del puente de Kerch, que une la península de Crimea con Rusia continental. La acción consistió en la detonación de 1.100 kilogramos de explosivos colocados bajo el agua tras meses de preparación, y se llevó a cabo a las 04:44 hora local sin causar víctimas civiles.
Nueva ofensiva
Ucrania lanzó un ataque submarino contra el puente de Crimea y dañó su estructura
En una operación encubierta, Ucrania detonó 1.100 kilos de explosivos bajo el agua, afectando los cimientos del puente de Kerch, una infraestructura clave que conecta Rusia con la península de Crimea.
Esta operación representa el tercer ataque ucraniano contra dicha infraestructura desde el inicio de la guerra, considerada por Kiev como un objetivo legítimo por haber sido construida tras la anexión rusa de Crimea en 2014 y por ser esencial para la logística militar rusa.
Reacciones y consecuencias
El jefe del SBU, Vasil Maliuk, supervisó la misión y señaló que cualquier manifestación de la ocupación recibirá una “respuesta contundente”. Además, el comunicado del SBU recordó una reciente ofensiva ucraniana con drones contra varias bases aéreas en el interior de Rusia, que resultó en la pérdida de al menos 12 aviones de combate rusos y daños a otros tantos.
Rusia suspendió temporalmente el tráfico por carretera en el puente tras el ataque, aunque no ha confirmado oficialmente los daños. El puente, inaugurado en 2018, es una pieza clave para el suministro de tropas rusas en el sur de Ucrania.
Contexto del conflicto
Este ataque se produce en un momento en que las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania se encuentran estancadas. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció recientemente un nuevo ataque contra civiles en la región fronteriza de Sumi, en el que murieron al menos tres personas.
Las autoridades ucranianas consideran que acciones como el ataque al puente de Kerch son necesarias para debilitar la capacidad militar del ocupante y presionar por una resolución favorable del conflicto.
Expertos militares señalan que este tipo de operaciones no solo buscan entorpecer la logística rusa, sino también enviar un mensaje claro sobre la capacidad operativa de Ucrania, incluso en zonas fuertemente controladas por Moscú.
El uso de tecnología submarina y la precisión del ataque reflejan un salto cualitativo en las tácticas ucranianas, que combinan inteligencia, sigilo y coordinación táctica.
El ataque al puente de Kerch representa un nuevo capítulo en la estrategia ucraniana de golpear infraestructuras clave para la logística militar rusa. Mientras las conversaciones de paz siguen sin avances, Ucrania demuestra su capacidad para llevar a cabo operaciones complejas en territorio controlado por Rusia.
Cada nuevo ataque ucraniano demuestra que, más allá de las líneas del frente, la guerra también se libra en las profundidades estratégicas del territorio enemigo.
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