Al mencionar “componentes semiconductores”, cualquier lector promedio puede tener dudas para identificar a qué se hace referencia. Sin embargo, es más fácil decantar la información en “chips” que están por todas partes. Desde teléfonos celulares, pasando por autos, hasta llegar a medios sanitarios y militares. Estos elementos son esenciales para el funcionamiento de prácticamente todo aquello que hace más fácil (o al menos sirve como herramienta) para el desarrollo cotidiano de toda la humanidad.
Lo interesante radica en quiénes son los productores de esos aparatos. Al observar el listado de fabricantes, la firma taiwanesa TSMC lidera el mercado por lejos. Taiwán, por su parte, puede hacer fama de que produce alrededor del 60% de los chips para computadoras y el 90% de los denominados de “última generación”.
Esta firma es el claro ejemplo de la inversión taiwanesa en la materia y otras cifras dan cuenta de su gigantez: tiene más de 50.000 empleados entre los que integran las plantas de la firma central, como así también de las empresas subsidiarias que la componen. Taiwán tuvo un rol importante en la pandemia de Coronavirus para sostener las demandas mundiales en el espectro informático, cuando varios proyectos y plantas de fabricación de todo tipo de material se vieron amenazados por un posible “parate global”.
Mirá tambiénVehículos eléctricos e híbridos: nuevas reglas y capacitación en el negocio de la electromovilidadMientras las autoridades taiwanesas hablan de buscar mayor crecimiento en las relaciones multilaterales y desarrollar aún más su industria informática, no debe pasar desapercibida su relación con Latinoamérica. En particular, y si bien para nuestro país Taiwán puede parecer lejano, son varios los empresarios y emprendedores que alimentan una balanza superavitaria para la Argentina en términos comerciales. Según la aduana asiática, el país latinoamericano importó productos informáticos por una cifra aproximada de U$D 250 millones, mientras que le exportó a Taiwán alrededor de U$D 400 millones en concepto de maíz, ajo, cuero (trabajo terminado), queso, langostinos, entre otros productos y materia prima regional.
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