Enrique Cruz (h)

Hinchas de Colón y Unión hermanados por esta pasión llamada Argentina en los mundiales. Una constante cada cuatro años.

Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Moscú, Rusia)
“Somos fanas de Messi y de la selección. En este evento dejamos los colores de lado y nos unimos”, cuentan Agustín y Juan Ignacio, los dos tatengues, mirando de reojo a Ignacio, el sabalero. Los tres son santafesinos y tienen entradas para la fase de grupos. Armaron el viaje y se lanzaron a la aventura de disfrutarlo entre amigos. Son del barrio Sur y del centro de la ciudad. Como tantos otros, quizás con la convicción de que esta es la última oportunidad de verlo a Messi campeón del mundo con Argentina, desafiaron el valor del dólar y aquí están, haciendo un alto en sus pasiones locales (Colón y Unión) para derrochar aliento y entusiasmo por la selección.
Ellos, como tantos otros santafesinos, no quisieron perderse el día de fiesta que se vivió en la Plaza Roja. Desde temprano, miles de argentinos calentaron el ambiente al mismo tiempo que calentaba la temperatura tornando más primaveral el tiempo en Moscú. No faltó el “Brasil, decime qué se siente…”, o el “que de la mano, de Lio Messi…”. Era todo algarabía y muchas cosas que llamaban la atención. Atónitos y gratamente sorprendidos, los rusos –y las rusas, claro- se sacaban fotos y más fotos con los argentinos. Ganadores totales en Red Square.
“Este bar que ves aquí, en el lugar en el que estamos, es el bar de los argentinos. Lo tomamos como ‘propio’. Es el punto de encuentro. Pero claro, hay que tener cuidado, sobre todo cuando llega la medianoche. Ahí, la policía se encarga de dispersar a todos. Y de controlar que ninguno se haya sobrepasado con la bebida”, cuenta Francisco, fana de Colón e hijo de Marcelo Negrete, un hombre que hizo mucho por Colón en tiempos duros y en los que había que cuidar el peso por peso porque escaseaba, tratando de volver rápidamente a Primera y de mantener la categoría, en las presidencias de Vega y Godano.
También andaba Walter, un veterano de 12 mundiales que le tiene una fe bárbara a Messi. “Vení que te cuento algo: esto que estamos viviendo con la selección, me hace acordar mucho al proceso del ’86. Y Messi la va a romper toda, la va a dejar chiquitita. Tengo 80 años y mirá que he visto partidos, equipos y jugadores… Esta copa es nuestra, la llevamos de vuelta a la Argentina”, dice el amigo de Tula, aquél famoso hombre del bombo, justicialista y amigo personal de Perón.
Fue un día distinto, de emociones, de mucho fervor. Uno no sabe cuál será el destino final de esta selección. Sampaoli habló de un equipo que armó con lo que puede y no con lo que quiere. La frase asusta, por más que luego la modifique por otra más esperanzadora (“los jugadores saben lo que quiero, el equipo tiene una identidad de juego y la vamos a demostrar”). Veremos cómo vamos haciendo camino al andar.
Y algo más antes de terminar. Muchos argentinos no tienen entradas y buscan algo en la reventa. “Me pidieron 800 y hasta 1.000 dólares por el partido con Islandia. Hasta 500 pago”, confesó uno a El Litoral. “Yo la pagué 160 dólares en Fifa, así que no puede ser que estén pidiendo 6 veces más”, confesó el que lo acompañaba. Ya 500 dólares son algo más de 14.000 pesos en la Argentina. Es bastante, ¿no?



