El temor del efecto de una devaluación en Brasil no es gratuito. En 1999 -durante la presidencia de Fernando Henrique Cardoso- incidió en la crisis de la convertibilidad. Ahora con una paridad peso-dólar sostenida con reservas en la Argentina, la situación es distinta en términos de política monetaria, pero no dejaría de impactar fuerte en la relación bilateral.
Daniel Artana evaluó que una devaluación del Real puede afectar a nuestro país porque “nuestro comercio industrial está muy ligado” al brasileño. “Si ocurre eso, la Argentina va a tener que acompañar en alguna medida la devaluación”, consideró el economista de Fiel.
Pero el problema para la Casa Rosada, en ese caso, sería que la devaluación del peso para compensar la moneda brasileña, implicaría pérdida de poder de compra del salario y más inflación.
Desde el BCRA, Mercedes Marcó del Pont viene convalidando subas del 2 % en el tipo de cambio. Las reservas de U$S 50 mil millones le dan margen de acción para imponerse en el mercado de monedas, pero la devaluación del real y una recesión del vecino país amenazarían al mercado argentino con una invasión de productos excedentes que el poderoso vecino necesitaría colocar en algún mercado si sus principales compradores se enfrían.
Artana sostuvo que la Argentina tiene “instrumentos para responder a la crisis”, aunque consideró que “no tenemos la misma fortaleza de 2008, cuando la Argentina tenía mejores números fiscales, más superávit externo”.




