Anna Wintour, "el diablo" de la moda, deja su cargo como editora en jefe de Vogue USA tras 37 años
Luego de casi 4 décadas al frente de la icónica revista, la "Dama de Hierro" cede su puesto, aunque mantiene un rol central en Condé Nast y como directora global de todas las ediciones. Un repaso por la trayectoria de la mujer que redefinió el mundo fashion y la cultura pop.
El universo de la moda vive un día de inflexión porque Anna Wintour, el nombre más influyente y respetado de la industria, ha anunciado su decisión de dejar la dirección de Vogue USA después de 37 años. La noticia fue adelantada por ella misma en estos días, cuando se reunió con su equipo, y ahora ha sido confirmada por medios especializados en moda.
Sin embargo, para tranquilidad de muchos, "Nuclear Wintour" no se aleja por completo del centro de poder; su partida de la edición norteamericana abre paso a una nueva etapa, pero mantendrá su influyente cargo como directora global de contenidos del grupo Condé Nast, el gigante editorial que agrupa decenas de publicaciones en todo el mundo. Además, seguirá siendo la directora editorial global de todas las ediciones de Vogue y la directora artística del conglomerado, a excepción de The New Yorker.
Esta reestructuración reafirma el poder y la visión estratégica de Wintour, de 75 años, quien continuará siendo una pieza clave en la dirección de las tendencias y el futuro de la moda a escala global. Su inconfundible estilo, su mirada implacable y su capacidad para anticipar y dictar las pautas de la moda la han convertido en una leyenda viva.
La era Wintour en Vogue se caracterizó por una búsqueda constante de la innovación.
De Londres al trono de Vogue
Nacida en Londres en 1949 en el seno de una familia ligada al periodismo (su padre, Charles Wintour, fue editor del Evening Standard), Anna Wintour forjó desde muy joven un carácter fuerte y una visión clara del mundo. Su primer acercamiento al universo fashion fue a los 15 años, trabajando en Biba, una boutique icónica de los años 60 en la capital británica. Aunque no cursó estudios universitarios formales, su formación periodística se gestó en redacciones de prestigio como Harper's & Queen, Viva y Savvy en Nueva York, antes de unirse a Condé Nast.
Su ascenso fue meteórico: en 1983, llegó a Vogue EEUU como directora creativa, imprimiendo ya su sello y ese mismo año, asumió el rol en la edición británica y se ganó el apodo de "Nuclear Wintour" y "El Wintour de nuestro descontento" entre sus compañeros.
En 1987, fue nombrada editora de Vogue Estados Unidos y comenzó a cambiar el estilo de las fotos de la tapa. Fue pionera en la audaz decisión mostraba más cuerpo, mezclar el low cost con alta costura. Además, tuvo la audacia de colocar a celebridades en las portadas, una práctica que hoy es común pero que en su momento generó escepticismo y polémica.
Bajo su dirección, se consolidó a la revista como un referente cultural y político. REUTERS/Andrew Kelly
Íconos y controversias
La era Wintour en Vogue se caracterizó por una búsqueda constante de la innovación y un desafío a lo convencional. Desde su primera portada como editora, donde la modelo Michaela Bercu posó con unos jeans y una chaqueta de alta costura, rompiendo con la elegancia formal de la época, quedó claro que Anna no temía romper esquemas. Bajo su dirección, la revista difuminó las fronteras entre la moda, el arte y el entretenimiento.
Entre sus momentos más icónicos se destacan la portada de 1989 con Naomi Campbell, la primera modelo negra en aparecer sola en la tapa de Vogue US, un hito en la diversidad. También la inclusión de figuras influyentes como Hillary Clinton y Michelle Obama en sus páginas, consolidando a la revista como un referente cultural y político. Su visión adelantada a su tiempo le permitió mantener la relevancia de Vogue en la era digital, adaptándola a los nuevos desafíos mediáticos.
Pero su figura también estuvo envuelta en la controversia debido a su exigencia y carácter, lo que la llevó a ser la principal fuente de inspiración para personajes del cine y la televisión. La más famosa es, sin duda, Miranda Priestly, la temible editora en jefe de la exitosa novela y película "El diablo viste a la moda" (The Devil wears Prada), interpretada magistralmente por Meryl Streep.
Meryl Streep como Miranda Priestly, la editora de la revista Runway en el film "The Devil wears Prada".
La película se inspira en el libro del mismo título escrito por Lauren Weisberger quien, de hecho, fue en su momento asistente de la misma Wintour. La autora dijo que se inspiró en historia míticas narradas por amigos y colaboradores que rodeaban a la magnate de la moda. Cabe mencionar que en el estreno en cines de la película, Wintour llegó a la premier vestida de Prada.
Anne Hathaway y Anna Wintour, dos figuras claves en la emblemática película del 2006. REUTERS/Caitlin Ochs
De igual modo, se rumorea fuertemente que Edna Mode, la diseñadora de moda excéntrica y brillante de la película animada "Los Increíbles" de Pixar, también se inspiró en la icónica editora por su corte de cabello, sus lentes y su personalidad decidida.
La modista con gran carácter y personalidad que destaca entre los personajes de la película de Pixar.
A pesar de estas representaciones y críticas sobre su supuesto "carácter difícil", su legado es innegable: bajo su mando, Vogue se convirtió en un imperio editorial y un referente global. Su influencia trascendió el rol de editora, siendo una consejera de confianza para diseñadores, una impulsora de jóvenes talentos y la mente maestra detrás de la Met Gala, el evento benéfico más importante de la moda que recauda millones de dólares para el Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Arte.
La salida de Anna Wintour de la dirección de Vogue USA no implica un adiós a su influencia. Su permanencia en Condé Nast como directora global de contenidos y de Vogue en todas sus ediciones, así como directora artística del conglomerado, asegura que su visión seguirá marcando el rumbo de la moda mundial.
Si bien la industria estará atenta a quién será su sucesor o sucesora en la edición estadounidense, lo que es seguro es que el impacto de Anna Wintour, la mujer que con un corte bob y unas gafas oscuras cambió la percepción de la moda y la llevó a la cultura de masas, perdurará por generaciones, siendo un faro para quienes buscan transformar este fascinante universo.
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