Antonela Scandurra nació y se crió en Mar del Plata, donde se formó como abogada y trabajó durante más de una década en un juzgado de familia. Aunque su carrera le daba estabilidad, con el tiempo empezó a sentir que ese camino ya no la hacía feliz. Durante la pandemia, el parate y la introspección la llevaron a replantearse su futuro profesional y a escuchar una inquietud que venía postergando desde hacía años.
Desde niña mantuvo un fuerte vínculo con el arte, la moda y el cine, una pasión que nunca desapareció del todo. En ese proceso de reconexión personal, encontró en el vestuario cinematográfico el punto de encuentro entre esas dos vocaciones: la creación artística y la narración visual. A diferencia de la moda efímera, el cine le ofreció la posibilidad de construir universos que perduran en el tiempo y darle un nuevo sentido a su camino creativo.