Después de ocho años de ausencia en el país, el referente de la música popular uruguaya regresa para presentarse el miércoles 28 en ATE Casa España junto a su banda completa, integrada por 21 artistas. En la previa, conversó con Nosotros sobre más de 50 años de vigencias y ganas de seguir.
Jaime Roos cumple su postergado deseo de volver a Argentina con su Banda Completa, conformada por 21 músicos y cantantes, un seleccionado de referentes de las diferentes corrientes de la música uruguaya. La parada santafesina será en ATE Casa España (Rivadavia 2871) el miércoles 28 a las 21. Las entradas están a la venta a través de Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos); también en boletería de Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) y ATE Mutual (San Luis 2854).
Antes del desembarco, conversó con Nosotros sobre su presente artístico, con más de 50 años de carrera en las espaldas.
De festejo
-Volvés a Santa Fe después de muchos años. ¿Qué expectativa te genera el reencuentro con una plaza que siempre fue afín a tu obra?
-Es la misma que tengo en cada concierto donde hay una relación afectiva previa con esa audiencia. No hay diferencia para mí en tocar en Paysandú, o en un concierto al aire libre como hice este verano en Atlántida, también en Uruguay, a ir a tocar a Santa Fe. Hicimos un concierto allí, en la Plaza central de la ciudad; y tengo un recuerdo muy nítido de ese concierto: me sentí muy feliz aquel día.
Es un poco irracional, pero el sentir es ese: "Qué suerte que vuelvo"; mi única ambición es: "Ojalá que toquemos bien".
-Celebraste 50 años de carrera con los shows de "Mediosiglo" en el Estadio Centenario de Montevideo: primero fue en diciembre de 2021, viniendo de la pandemia; y después se pudo repetir al año siguiente, el año pasado.
-Fue una experiencia muy compleja, te diría bipolar: fue emocionalmente quizás el concierto más importante de mi vida; y al mismo tiempo, luego de seis postergaciones (el Covid y otras complicaciones que se daban en simultáneo), una situación muy estresante.
Para empezar: hacía seis años y medio que yo no me subía al escenario, mucho tiempo; además somos todos humanos, todos inseguros, luego de tantos años: uno no sabe cómo se va a desempeñar en la cancha.
Por otro lado, una tremenda ilusión de tocar, un enorme agradecimiento a un público que fue tan leal que mantuvo una entrada guardada, sin devolverla, durante dos años: miles de personas que guardaron la entradita. Pudieron devolverla, puesto al postergarse; pues bien, hubo miles que la guardaron.
Entonces el compromiso era cada vez mayor, no fueron circunstancias normales. Por un lado, porque hacía tantos años que no tocaba, porque era un aniversario importante, pero luego por todo ese entrevero. Que en el momento de pisar el escenario se disipó; lo comenté con un par de músicos que sintieron lo mismo. El escenario es nuestro territorio; bueno, hay un estadio entero vociferando, pusimos el pie arriba de las tablas y era nuestro hábitat. Me invadió una calma sobrenatural, y fue uno de los conciertos más felices, además de ser el más emotivo.
El segundo estadio fue algo curioso: fue una decisión de la productora que nos había contratado por la temporada, inesperado para mí. En una ciudad de más o menos un millón de habitantes hacer un Estadio Centenario para un artista nacional es difícil, es un escenario muy grande; hacer dos en 11 meses fue raro. Entonces respecto al segundo dije: "Que pase lo que Dios quiera. Nosotros vamos a tocar lo mejor que podamos". El hecho es que se volvió a llenar.
Ahí ya no hacían 50: hacía como 52 años que había empezado a tocar. El medio siglo se cumplía en 2020, terminamos tocando 2021-2022. Esta expedición argentina que estamos realizando debió haber tenido lugar en el otoño de 2021.
Jaime Roos vuelve al país.
-Y una reconexión con la Argentina, la vuelta de Buenos Aires.
-Exactamente: funcionó así. Y sentí el mismo nerviosismo que en diciembre 2021. Fue curioso: a la cuarta canción ya estaba tranquilo. y el público argentino como siempre (y esto va sin ningún tipo demagogia, creo que ustedes lo saben) es particularmente entusiasta y demostrativo. Bastante más que el uruguayo, que si bien es un público que es muy cálido a nivel interior, en el momento de presenciar espectáculos e incluso ir al fútbol, son más de quedarse tranquilos, estudiando, vibrando por dentro; pero bueno, menos demostrativo al fin.
Etapa
-Con ese "Mediosiglo" se cerró un ciclo de una cifra redonda. ¿Qué balance hiciste, o qué hitos o qué fotos te vinieron a la mente a la hora de repasar todo ese período?
-Esto fue una serie de eslabones que se fueron dando como fichas de dominó. En determinado momento de mi vida sentí que estaba agotado del escenario; no de los espectáculos propiamente dichos, sino de todo lo que rodea a la producción de un espectáculo itinerante.
En ese momento, junto con otras cosas de mi vida que decidí poner en orden, tomé la decisión de hacer una colección con mis álbumes que se llamara "Obra completa":la mayoría de mis discos originales estaban discontinuados, el público joven solamente conocía un puñado de éxitos populares. Sentí la necesidad no solamente de ordenar la casa, sino también de poner en su lugar esa obra que me había llevado 40 años construir.
Lo que creí que me iba a llevar un año me llevo casi cinco; en el interín, la presión del público era cada vez mayor: "Dejate de embromar con los discos, ¿cuándo vas a tocar?". El famoso "no te hagás rogar" era muy concreto, era cotidiano. Y en determinado momento le encontré sentido a preparar un espectáculo en vivo que sirviera de cierre a este proyecto discográfico de largo aliento.
El proyecto me llevó cinco años; los 20 volúmenes de la obra completa quedaron a disposición de la gente; salió un libro, que también me llevo mucho tiempo, de conversaciones sobre mi biografía: se llama "El montevideano", de la historiadora Milita Alfaro. Fue el cierre en vivo de un proyecto discográfico, pero al mismo tiempo una especie de repaso de mi trayectoria; y un repertorio retrospectivo, abarcativo de esa obra; sin ánimo de retirarme del escenario. Pero para mí está claro que este concierto es el cierre de una etapa que es la etapa de ese medio siglo previo; de aquí en más veré qué pasa.
Para mí es un festejo, no es un drama. El público lo ha tomado así: ha ido a ver una exposición de distintos cuadros, de distintas épocas de un pintor; todos colgados en la misma exposición. Esas son las 25 canciones que tenemos en nuestro repertorio.
Para ello quise armar una banda que estuviera a la altura de los acontecimientos: es la banda más numerosa de mi vida, pero el hecho de que sean muchos no quiere decir que sean mejores. La banda suena con mayor autoridad, los temas se pueden interpretar con mayor jerarquía, puesto que tenemos a los músicos necesarios para llevar adelante las canciones tal cual fueron grabadas en estudio. Es una filarmónica popular de bolsillo: somos 21 tipos arriba del escenario.
Eso me permite me permite desarrollar con comodidad y con autoridad géneros colectivos como la murga o como el candombe; pero también incluir el tango y la milonga; y poner sobre el escenario la columna vertebral de esta banda, que es un grupo de rock, que al mismo tiempo son jazzistas. Entonces tenés esos seis colores en la paleta: candombe, murga, tango, milonga, jazz y rock.
-Decís que no por ser muchos son mejores, pero hay muchos artistas destacados en esta formación. De paso: ¿cómo se hace para poner en movimiento esta estructura tan grande? Que sea orgánico, y poder además sacarla de gira.
-Lo que quise decir con lo de que el número no tiene que ver con la calidad: he llevado adelante espectáculos con un cuarteto, que han tenido un enorme nivel musical. Dicho esto, agrego: los 21 tipos que están arriba escenarios son todos capos. Los tres tambores de candombe son la crema del Barrio Sur de Montevideo; la batería de murga es una de las más respetadas de la ciudad; los integrantes del coro participan en siete murgas distintas: cada uno de ellos es estrella en alguna murga montevideana. Los hermanos (Nicolás y Martín) Ibarburu, (Gustavo) Montemurro: ¿qué te voy a decir de esos tigres? Es una banda de maestros, pero para hacer que suene bien, te exige mucho ensayo y mucha preparación; mucha concentración. mucho amor y mucho sacrificio.
¿Cómo armar una estructura semejante? Ahí no tengo más remedio que señalar mis méritos a la hora de ser productor artístico, puesto que no conté con una producción artística que me apoyara en esto; lo tuve que llevar adelante como director escénico, como arreglador, como director musical; e incluso como coordinador, con la ayuda de un par de asistentes que realmente fueron muy importantes. Pero en definitiva es una puesta en escena, como si se tratara de una obra del Cirque du Soleil. Menos ambiciosa: no tenemos trapecista (risas).
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