El 28 de julio de 1903 nació en Buenos Aires esta destacada escritora y poetisa, considerada una figura fundamental de la literatura argentina en el siglo pasado. En este artículo, te presentamos su notable trayectoria.
En conmemoración del nacimiento de Silvina Ocampo, una de las escritoras más influyentes del siglo XX, recordamos su destacada trayectoria y su impacto en la literatura argentina.
El 28 de julio de 1903 nació en Buenos Aires esta destacada escritora y poetisa, considerada una figura fundamental de la literatura argentina en el siglo pasado. En este artículo, te presentamos su notable trayectoria.
El 14 de diciembre conmemoramos el aniversario del fallecimiento de Silvina Ocampo, una escritora y pintora, hermana de Victoria Ocampo. Su prosa peculiar la ha inmortalizado en la historia de la literatura argentina, posicionándola como una de las figuras más importantes del siglo XX.
Ella nació en 1906 en Buenos Aires, en una familia con raíces profundas en los círculos culturales de la época. Inicialmente, se adentró en el mundo de las artes plásticas, pero más tarde se dedicó por completo a la literatura.
Después de publicar varios libros de poesía entre la década de 1940 y 1950, alcanzó el reconocimiento con "Lo amargo por lo dulce" (1962), un poemario que se destacó como uno de los mejores dentro del género lírico.
Sin embargo, su consagración llegó como una consumada narradora de prosa, fusionando el elemento fantástico con el policial. Junto a su esposo, publicó la emblemática "Antología de la literatura fantástica" (1940), que se convirtió en una pieza fundamental de su producción narrativa. Posteriormente, trabajó nuevamente con su esposo en la novela policial "Los que aman odian" (1946).
A partir de entonces, se centró en el cuento y el relato, publicando obras como "Autobiografía de Irene" (1948), "La furia y otros cuentos" (1959), "Las invitadas" (1961), "El pecado mortal y otros cuentos" (1966), "Informe del cielo y del infierno" (1969) y "Los días de la noche" (1970).
Poseedora de una imaginación inagotable, su estilo se caracteriza por entrelazar lo fantástico con el mundo cotidiano. A lo largo de su vida, fue galardonada con diversos premios por su trabajo, incluyendo el Premio Municipal de Literatura en 1954, el Premio Nacional de Poesía en 1962, el Gran Premio de Honor de la SADE en 1992 y el Premio Konex en 1984.
Sus dos últimas obras fueron "Y así sucesivamente" (1987) y "Cornelia frente al espejo" (1988). En ese año, comenzó a luchar contra el Alzheimer, enfermedad que la mantuvo postrada en sus últimos días. Falleció el 14 de diciembre de 1993, a los 93 años, dejando un legado tan fantástico como cautivador.
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