El método casero más efectivo para reparar un cierre sin gastar dinero
Este truco efectivo que usaban las abuelas funciona para arreglarlo en segundos sin necesidad de cambiarlo. Con elementos que seguro tenés en casa, podés solucionar el problema y extender la vida útil de tu prenda o accesorio.
Un cierre atascado no significa que debas descartar la prenda.
Los cierres atascados o que no cierran correctamente pueden ser un verdadero dolor de cabeza. Ya sea en una campera, una cartera o un pantalón, cuando dejan de funcionar correctamente parece que la única solución es cambiarlos o, peor aún, descartar la prenda.
Sin embargo, antes de tomar medidas drásticas, hay un truco casero que usaban las abuelas y que sigue siendo igual de efectivo hoy en día. En Revista Nosotros te contamos todos los detalles.
El problema más común de los cierres
Los cierres suelen presentar fallas con el tiempo debido al desgaste, la acumulación de suciedad o la pérdida de alineación en sus dientes. Entre los problemas más habituales se encuentran:
Cierres que se traban y no suben ni bajan.
Deslizadores que no sujetan bien los dientes y hacen que el cierre se abra solo.
Zonas oxidadas o desgastadas que dificultan su funcionamiento.
Si bien muchas personas recurren a sastres o modistas para solucionar estos inconvenientes, hay una alternativa sencilla y efectiva que se puede aplicar en casa.
El truco de las abuelas para arreglar un cierre
Uno de los métodos más utilizados en el pasado, y que sigue funcionando hoy, es el truco del jabón o la vela. Este método consiste en lubricar el cierre para que el deslizador se mueva con mayor facilidad y se ajuste correctamente a los dientes.
Frotar jabón seco o vela ayuda a mejorar el deslizamiento del cierre.
¿Cómo hacerlo?
Identificar la zona del problema: revisar si el cierre está trabado, tiene dientes desalineados o simplemente necesita un poco de lubricación.
Frotar con jabón seco o cera de vela: pasar un trozo de jabón seco o una vela por toda la extensión del cierre, asegurándose de cubrir bien ambos lados de los dientes.
Mover el deslizador varias veces: subir y bajar el cierre lentamente para distribuir el producto y mejorar el deslizamiento.
Repetir si es necesario: en caso de que el problema persista, se puede repetir el proceso hasta notar que el cierre funciona correctamente.
Otros trucos caseros
Además del truco del jabón y la vela, existen otras soluciones caseras que pueden ayudar a reparar un cierre:
Lápiz de grafito: ideal para cierres de metal, ya que la mina del lápiz actúa como lubricante natural.
Aceite o vaselina: aplicar con un hisopo en pequeñas cantidades para evitar que la prenda se manche.
Pinza para dientes desalineados: si el cierre no cierra bien porque los dientes están abiertos, se pueden ajustar suavemente con una pinza.
Las abuelas usaban trucos simples para arreglar cierres con facilidad.
Un truco simple, pero efectivo
Este método casero, transmitido de generación en generación, demuestra que muchas veces la solución más sencilla es la más efectiva. Antes de dar por perdido un cierre, vale la pena probar estos trucos que, con materiales accesibles y en pocos minutos, pueden devolverle la funcionalidad a cualquier prenda o accesorio.
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Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
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