"Al hablar de trayectoria nos referimos a un recorrido, un camino en construcción permanente, que tal como señala Ardoino (2005) va mucho más allá de la idea de algo que se modeliza, que se puede anticipar en su totalidad o que se lleva a cabo mecánicamente respondiendo sólo a algunas pautas o regulaciones. No es un protocolo que se sigue, preferimos pensarlo como un itinerario en situación" - Sandra Nicastro y Beatriz Greco (**)
El gobierno del sistema educativo y sus políticas educativas
Estamos transitando la llegada del fin del ciclo lectivo escolar 2023. ¡Pasó un año más! En un abrir y cerrar de ojos estamos en noviembre. Es así como construimos trayectorias escolares, educativas, personales y profesionales enlazadas a un tiempo/proceso de reflexión que requiere del análisis colegiado; más allá de todas las acciones que significan el cierre de cada año escolar (por suerte sin interrupciones desafortunadas como han sido los dos años atravesados por la pandemia) ¿Qué estamos promoviendo cómo adultos responsables a cargo del sistema educativo?
Mirá también¿Cómo evaluamos los aprendizajes en lectura y escritura? (Parte I)Las políticas educativas transitan sus propias trayectorias. No obstante las escuelas quedan siempre en el mismo lugar, ninguna cambió de dirección ni de teléfono y continúan junto a sus comunidades educativas, con sus logros y dificultades. Alojadas en la matriz del Estado donde todos los días izamos la bandera de la patria. La escuela es la sociedad en su propio devenir y al mismo tiempo va a contrapelo de la misma para intentar proyectar futuros posibles.
¡Tremenda utopía la nuestra…! Eduardo Galeano, tomando una expresión de Fernando Birri, afirma que "la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar".
Valoramos aspectos muy valiosos que se han producido en estos últimos cuatro años como los acuerdos, el posicionamiento asumido y la producción pedagógica de contenidos en las área de lengua, matemática, arte y ciencias en Educación Primaria iniciada en el 2020. Otras aristas de la política educativa serán objeto de un análisis crítico y otras producciones de valiosa envergadura necesitarán continuidad. Razones sobran para que el gobierno del sistema educativo, que tiene la función de habilitar instancias de evaluación, pueda dar cuenta aportando información, acerca de qué lograron los estudiantes durante su gestión siendo éste un requerimiento ético para quienes asumen funciones públicas.
Evaluación y trayectorias
En esta parte III del artículo que comenzamos a escribir allá por el mes de junio, la intención fue la de dirigir la mirada sobre los procesos de lectura y escritura que estaban llevando adelante las escuelas. La pregunta emergente es ¿qué se posibilita desde la jurisdicción para empoderar a la organización escolar? Sabemos que los procesos son a largo plazo, pero los resultados se vislumbran a simple vista y se necesitan para hacer más eficaz el trabajo pedagógico.
Hoy tenemos la necesidad de cerrar algunas ideas y queremos referirnos a las precisiones que necesitamos establecer en educación primaria, que son motivo y contenido del "acompañamiento a las trayectorias escolares" desde la perspectiva de la alfabetización como derecho. Es decir, los procesos de lectura, comprensión y construcción de escrituras tienen que poder ser puestos en evidencia por quienes nos ocupamos de la conducción y la enseñanza en las escuelas para retroalimentar las intervenciones docentes.
Mirá también¿Cómo evaluamos los aprendizajes en lectura y escritura? (Parte II) Acompañar trayectorias, dándole un nuevo giro de sentido al planteo de Flavia Terigi (2011) y otros autores del campo significa que podamos analizar, interpretar y acordar sobre qué puede ser revisado y mejorado desde la enseñanza, a sabiendas de que los índices logrados en lectura y escritura son parámetros indeclinables. Trabajar con la concepción de "acompañar" el desarrollo de las infancias es dar visibilidad a sus trayectorias. Así las intervenciones tempranas posibilitarán andamiajes para la inclusión plena mediante el logro de aprendizajes reales y efectivos que necesariamente se nutren de instancias de evaluación. Después podemos debatir sobre el nivel e intensidad de los mismos, pero sin aprendizaje no hay inclusión.
Las situaciones y dispositivos de análisis que posibilitan las evaluaciones, como la formativa, son inherentes a la función de la enseñanza. La escuela tiene que poder evaluar con el fin de retroalimentar el proyecto de alfabetización desde las propuestas de enseñanza. ¿Qué logros han tenido los estudiantes en cuanto a los índices alcanzados en lectura y escritura?
¿Qué evaluamos y en qué momento?
El primer ciclo tiene la característica de formar la Unidad Pedagógica para garantizar aprendizajes en lectura, comprensión y escritura. En primer grado, continuando el proyecto del Nivel Inicial, se tiene que lograr, por parte de niñas y niños, conocer las unidades que forman la lengua escrita con relación a la lectura. Estudios actuales siguen poniendo el foco en investigar o analizar las producciones escritas infantiles cuando el logro esperado entre primero y segundo grado es alcanzar la lectura de la lengua escrita. Si bien las niñas y niños en este momento se muestran motivados, con interés de escribir, y está muy bien que lo puedan hacer, lo que garantiza la diferencia en beneficio de un proceso de calidad, es alcanzar la lectura en al menos en una de las tres tipografías más utilizadas para este tiempo.
Hacia finales del primero y comenzando el segundo grado, junto al trabajo de leer y comprender, será necesario incorporar la grafía de la letra cursiva con la enseñanza de sus curvas, lazos, y aspectos gráficos que hacen a la caligrafía. No es cómo solía decirse antes: "escribo como puedo y quiero". Aprender a escribir es un proceso cultural que tiene que ser consciente para el sujeto que aprende y un objetivo de enseñanza para el docente. Por su parte, entre segundo y tercer grado se profundiza en el proceso de escritura con la ortografía incluida desde el primer momento.
El cierre de la Unidad Pedagógica del primer ciclo tiene que garantizar la lectura ya en tipografías diferentes y un tipo de escritura alfabética con la inclusión de todas las marcas gráficas del sistema. Cuando se avanza en la identificación del texto escrito y las partes que lo componen nos encontramos con grafemas, marcas escritas, que no son letras, requieren ser nombradas y aprendidas. En el segundo ciclo: se tienen que profundizar progresivamente los conocimientos del sistema de escritura siempre avanzando en la comprensión lectora y en la capacidad de corregir las escrituras. Incluyendo el concepto de leer y escribir para aprender identificando tramas textuales.
Al finalizar la escolaridad primaria: en sexto y séptimo grado se tiene que haber alcanzado una alfabetización estable, de calidad, leyendo y escribiendo en imprenta mayúscula, minúscula y cursiva. No hay alfabetización sin estas definiciones.
Las niñas y los niños pueden aprender más de lo que suponemos, es real que las aulas presentan un sin número de variables que pueden condicionar un contexto de aprendizaje, la experiencia nos demuestra que es posible y muy gratificante para todos constatar logros de aprendizaje. Pero para que esto sea posible no basta con voluntades individuales, tiene que existir un Proyecto Alfabetizador Institucional anclado a los documentos curriculares de la jurisdicción, con indicadores para la evaluación del proceso que ordenen y organicen los contenidos a enseñar. La evaluación que desde los diversos estamentos se lleva adelante, su claridad y periodicidad, es una condición que garantiza las trayectorias escolares.
(*) Las Partes I y II de esta serie de notas sobre Educación Primaria fueron publicadas en las ediciones de El Litoral de los días 2 y 9 de junio de 2023.
(**) "Entre trayectorias. Escenas y pensamientos en espacios de formación" (2011).
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