Messi lo hizo, metió un gol que cambió todo

Dejémonos de macanas, mentiras y paneles. Invocaron su santo nombre y no fue en vano: cataclismo.

Messi hizo un gol que cambió la historia. El papelito que tenía su nombre, en una zona que no es de extramuros, por el contrario, bien conocida y ubicada; el papelito que apareció después de una ráfaga de balazos al frente del supermercado de su suegro (Roccuzzo) cambió la historia de Argentina y el narcotráfico.

Corrección: Messi cambió el conocimiento popular sobre el tema y el desnudo que produjo en toda la sociedad no tiene registro comparable; fue su solo nombre en un lugar que nadie pensó y bueno, sucedió.

Messi hizo un gol que dejó desnudos y a los gritos a los políticos de los tres rangos, municipal, provincial y nacional.

Messi hizo un gol que perforó el pasado. Una vez mas se demostró que no es Memoria, Verdad y Justicia, sino que es Historia… para aproximarse a la verdad, y que justicia es una deuda porque, básicamente, cuanto se reclama es un juicio de valor, no aplicación de códigos firmes a los que nadie les cree, no aceptan ni en su firmeza ni su… equilibrio. No es un bien tangible la Justicia ni es un dogma, es apenas una aplicación personal de una letra bien intencionada… al momento en que se la redactó.

Cambian "los valores". Messi es, hoy, en este siglo y en estos años, un valor mundial sin repuesto ni trueque. Se usó su nombre.

El tema, una balacera mas frente a un comercio a la calle, no fueron tan solo 14 balazos y una amenaza bastante disparatada, un mensaje sin asidero en las anteriores peleas de bandas o avisos de chantaje. Pero es necesario puntualizar: había, hay una, dos, tres por día, un número que corresponde con las que se conocen, de amenazas de extorsión y sustos por balacera. En Rosario hay una sección "balaceras" y una industria del chantaje y la protección. La oficina no es a la calle y la atienden policías y ladrones en una sociedad en comandita por acciones.

Hubo -qué duda cabe- alguien que sabía conmover con un acto. El agregado de Javkin, el intendente de Rosario, le suma circunstancia. Contrataría como un fenomenal publicista a quien escribió ese amarronado papel con el nombre de Messi. Es el mundo el que apareció ante el llamado publicitario.

Es Messi. Además, Javkin y su circunstancia. Ni en la mas remota ensoñación publicitaria Javkin pensó en tan alta exposición mediática, con un contrato de victimización, por estar en la amenaza y el paraguas protector: hablemos de inseguridad y narcotráfico, de muerte y tiroteos, sin mención del ABL.

Javkin dejó de ser un intendente sin buenos resultados en Alumbrado, Barrido y Limpieza a ser lo que mejor sabe, lo que verdaderamente es, un dirigente radical (quien fue Franja Morada no dejará de serlo) con un discurso apropiado y un altísimo índice de inteligencia y capacidad de relato. Efectos colaterales de una palabra: Messi.

El suceso es inatajable. Un nombre mundial, en la mas alta puntuación mediática, es mencionado para una amenaza sin correlato, sin extensión, sin espaldas. No le hicieron falta. Los medios nacionales decidieron que bueno, que si, que la drogadicción, la insubordinación daban mérito suficiente para corresponsalías, enviados y programas especiales.

Los conocedores profundos del tema florecieron como las plantas de un vivero o los vendedores de paraguas en mitad de La Peatonal un día de lluvia.

Las primeras adornadas, incentivadas porque el dueño de las plantas quiere venderlas florecidas, los vendedores callejeros porque solo si llueve y hay gente distraída con las que se producen las ventas.

Convengamos que el mundo preguntaba por el hecho y si verdaderamente llovían las balas en Rosario. Vamos de nuevo: Messi cambió todo.

Nadie inventó el barrio ni el miserable paisaje que mostraban las postales. Punto en esto: los enviados especiales "al Rosario profundo" no contaban del barrio miserable, las zanjas a cielo abierto, la ropa rota y vieja y el total de escenografía y vestuario de una zona fuera de toda ley, hasta la elemental ley de "Vida Digna": cloacas, agua, luz, gas, dispensario, calles… Empalme Graneros era Nu.Ma.In (nunca mas inundaciones) la presa retardataria del Arroyo Ludueña y el entubamiento. No hace tanto tiempo.

Pero, ejem, ejem, ejem… no era el tema de los corresponsales y sus programas especiales, como no fue el tema de las intendencias y gobernaciones por descuido o ignorancia descuidar Empalme, el Barrio Toba, la zona sin cariños estatales

Pregunta: ¿alguien duda que la miserabilidad mas desnuda no era la postal del tiroteo? Mantengamos el honor. Eso fue y es el escenario: pero… "harapos de lamé. Siempre es igual, cartón pintado y un fondo musical. Disimular, el espectáculo debe continuar…" .

El sujeto de la obra teatral es otro. En la ciudad de Messi, donde tirotearon un negocio de su suegro, pasa de todo. Caos, muerte, desolación. Caramba, Federico Storani, a quien solía ver en los encuentros mundiales de la Internacional Socialista, fue el primero que pidió la Intervención de la provincia.

¿Y los programas con los familiares del joven Jerez, asesinado en mitad de una advertencia y un equívoco en el destinatario y la hora en que debía hacerse…? Una segunda parte de la ciudad de la furia incomparable, que se compara con cualquiera pero se eligió Rosario.

"Ya sé que la muerte del pibe es una cosa y el tiroteo al negocio de los suegros de Messi es otra pero, ¿es noticia o no es noticia?"… eso contestó un productor y lo certero es que con Messi en primera plana todo es noticia.

Al mismísimo demonio el contrafactismo. Tantos años de prevaricato, connivencia, disimulo, carpetas falsas y denuncias sin final, tantos años de mirar sin ver y tanta hipocresía hasta que un nombre puesto en un trozo papel revuelve las cosas y nadie puede disimular.

Un veterano periodista, no con tanta veteranía como la que ostenta quien esto escribe, preguntó: ¿cuál es tu opinión sobre el mañana? Santo Biasatti acaso esperaba otra respuesta. Soy periodista, soy escéptico. Eso contesté. Callé una presunción: no se puede usar a Messi tantas veces, perdería valor de venta… y de reventa. El gol ya lo hizo. Hay que sacar desde la mitad de la cancha.

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Tantos años de mirar sin ver y tanta hipocresía hasta que un nombre puesto en un trozo papel revuelve las cosas y nadie puede disimular.