Jorge Bello
Jorge Bello
Hace tiempo que todas las embarazadas reciben esta caja de cartón. Contiene cosas necesarias para el bebé. Pero tal vez lo más valioso es la caja en sí misma, porque será la cuna del bebé.
El bebé dormirá en la caja porque allí estará seguro, y será feliz, y la madre y la familia, y todos estarán tranquilos, y se evitará la terrible y aún incomprensible muerte súbita del lactante. Es en Finlandia, donde es habitual que cada bebé duerma en su caja.
En la caja viene un poco de ropa de bebé, pañales para los primeros días, productos para la higiene del pequeño, y un juego de sábanas y un colchón de la medida de la caja. Es un colchón apropiado para conseguir que el bebé duerma sobre una superficie firme, tal como debe ser.
El bebé, desde que nace, debe dormir de espaldas, boca arriba, aunque es probable que ponga la cabeza, la cara, ahora hacia un lado, ahora hacia el otro. Como debe ser.
La caja, ahora cuna, no tiene almohada, ni cintas ni lazos, ni moños ni cadenitas, ni juguete para dormir, puesto que todo esto es peligroso y nada de esto puede estar allí donde duerme el bebé. No debe dormir de costado, sino de espaldas. Se trata de evitar la muerte súbita.
Es una muerte desconcertante. Todavía no se entiende por qué el bebé muere mientras duerme, no se despierta, ni siquiera se mueve. Nadie sabe qué pasó, al menos en la mayoría de casos, pero sí se sabe que en la mayoría de casos el bebé dormía boca abajo, y no despertó. Parece dormido porque no se movió, muere en silencio y en quietud. La paz de esta muerte es absoluta, pero absoluta es también la desolación.
No vomitó, no tenía fiebre, no lloró. El bebé dormía boca abajo cuando la muerte, súbita y desgraciada, en silencio se lo llevó. Por este motivo, desde que se sabe que estos bebés dormían boca bajo, se aconseja que el bebé duerma de espaldas, boca arriba, para prevenir.
Desde que se recomienda que los bebés duerman boca arriba, los casos de muerte súbita son menos, muchísimo menos. Estas recomendaciones sobre cómo debe dormir el bebé, y sobre cómo debe ser el entorno donde duerme, son hoy en día un tema sin discusión posible, no son una materia sobre la que se pueda opinar.
No es la caja de cartón lo que evita la muerte súbita, sino que son las condiciones y el entorno en que duerme el bebé. Más aún: los bebés cuyos padres no fuman, los bebés que se alimentan al pecho y los que usan chupete tienen menos riesgo de muerte súbita, según nos lo recuerda la Sociedad Argentina de Pediatría (1).
La idea de la caja de cartón con cosas para el bebé y que después sirve de cuna es sin duda una gran idea, y una gran ayuda, y para todas las madres. Todo comenzó en Finlandia (2).
Finlandia es hoy un país avanzado, con un buen sistema sanitario que incluye una amplia red de centros de salud para la asistencia primaria de toda la población. La tasa de mortalidad infantil es aquí una de las más bajas del mundo. Pero hacia finales de la década de 1930, Finlandia era un país precario, con una alta tasa de mortalidad infantil.
Comenzaron con las cajas de cartón en 1938, al principio para las embarazadas de pocos recursos. En aquella caja, además de ropa para el bebé había algo que es igual de valioso: información sobre cómo cuidar al bebé, sobre cómo prevenir que se enferme, sobre cómo alimentarlo, sobre cómo crece y se desarrolla.
El éxito fue inmediato, y en 1949 la caja para el bebé ya formaba parte del programa nacional de salud, y las cajas llegaban a todas las embarazadas. Y les siguen llegando. Este año cumplen 80 años de entrega sin interrupción.
En la caja no hay mamadera, porque se pretende que el bebé se alimente sólo del pecho de su madre durante los primeros meses. Hay un chupete, hay amplia información para los padres, hay preservativos. Es prevención, es educación sanitaria, es cultura, es costumbre, es cambiar el chip. Es el Estado el que subvenciona la caja, y la envía por correo después de asegurarse de que la embarazada ha comenzado con los controles prenatales en la sanidad pública.
Pero no está obligada a aceptar la caja, sino que puede rechazarla y pedir a cambio un cierto importe de dinero. Esto no es lo habitual, porque las cajas del bebé son todo un orgullo nacional, y así es habitual que el bebé finlandés duerma en su caja.
Quizá sea difícil aceptar que un bebé duerma en una caja de cartón. Pero debe entenderse que es una caja adecuada, con un colchón adecuado, y que allí el bebé está seguro. El bebé duerme en la caja, y esta cuna debe estar junto a la cama de la madre.
Con algunas variaciones, esta caja también es una realidad en otros países avanzados, como Canadá o Irlanda. En Gran Bretaña, el prestigioso NHS (National Health Service, el servicio nacional de salud) incorporó en 2016 la baby box a su programa de atención materno-infantil de la periferia de Londres. En México, que es un país distinto, con una realidad materno-infantil diferente, la baby box lleva ya unos años.
Sería una buena idea para Santa Fe, sobre todo para las embarazadas de menores recursos, tanto económicos como intelectuales o de vivienda. Para las embarazadas más jóvenes, al menos para el primer hijo. Es decir, para las embarazadas más vulnerables. Sería fácil de hacer y barato.
Es cuestión de educación, de cultura, de cambiar costumbres, de superar prejuicios. Porque hay que invertir en educación, porque es clave para el desarrollo.
(1) Dr. Alejandro Jenik y otros. Consideraciones sobre el sueño seguro del lactante. Grupo de trabajo en muerte súbita e inesperada del lactante de la Sociedad Argentina de Pediatría.
(2) BBC News. 25/03/17: Do baby boxes really save lives? / 04/06/13: Why Finnish babies sleep in cardboard boxes.
En la caja no hay mamadera, porque se pretende que el bebé se alimente sólo del pecho de su madre durante los primeros meses. Hay un chupete, hay amplia información para los padres, hay preservativos. Es prevención, es educación sanitaria, es cultura, es costumbre, es cambiar el chip.
La caja, ahora cuna, no tiene almohada, ni cintas ni lazos, ni moños ni cadenitas, ni juguete para dormir, puesto que todo esto es peligroso y nada de esto puede estar allí donde duerme el bebé. No debe dormir de costado, sino de espaldas. Se trata de evitar la muerte súbita.