"Es la política, ¡tonto!". Dani Rodrik, Harvard
Desigualdad entre naciones.
"Es la política, ¡tonto!". Dani Rodrik, Harvard
La expresión en el título de esta nota, con signo de admiración, es la opinión textual del director de cátedra, en la Escuela de Gobierno, con respecto al libro que Daron Acemoglu y James A. Robinson, Economista profesor del Instituto Tecnológico de Massachutess y Politólogo Economista de Harvard, respectivamente, titularon "Por qué fracasan los países". Es convocante para adicionar conocimiento que profundice sobre causas y efectos acerca de la desigualdad entre las naciones, desde una visión que focaliza en el origen del poder, la prosperidad y la pobreza.
Se preguntaron: diferencias entre naciones en cuanto a prosperidad relativa y pobreza en el límite, se explican por cuestiones culturales, por clima y ambiente, por ubicación geográfica; respondieron negativamente, restando significancia a tales proposiciones. Desde esa precisión desarrollan conceptos y una formulación tendiente a identificar una paramétrica estructural: Política, Liderazgo, Instituciones, Sistema Económico, Formato Organizativo de la Economía, Política Económica y Gestión, que se validan por sus Resultados: Prosperidad o Pobreza, relativos a países, países agrupados y al interior de países.
Exponen un largo recorrido cronológico sobre casos, comparando resultados desde el siglo XVI. Con respecto a la localización, clima, cultura, concluyen que la investigación no supera un test explicativo exigente sobre la Desigualdad, que es el nombre relevante para la caracterización del Fracaso.
Recuerdan que en el siglo XVIII Montesquieu observaba concentración geográfica de prosperidad y pobreza diferenciando comportamientos según clima tropical o templado. Más cercana, la coincidencia de Jeffry Sachs con la asociación entre localización tropical, pobreza y sus consecuencias.
Al abordar la "hipótesis de la cultura" remiten a Max Weber, consideran lejana la asociación entre religión y cultura, contemplan aspectos cualitativos sobre el trabajo y la riqueza, como la ética y la desaprensión laboral y valores intuitivos como el nacionalismo.
Con la Desigualdad como eje, el enfoque comprende especificaciones sobre la organización comparada, para dimensionar prosperidad y pobreza como producto social final. El tratamiento se corresponde con una visión amplia y abierta, observando rigor metodológico. La contribución teórica es orientar el análisis hacia los determinantes de realidades configuradas por formatos de: Exclusión (organización Extractiva) o de Inclusión.
Se trata de: Poder, Instituciones, Economía, Gestión y Resultados compatibles con minimizar la brecha mediante políticas proinclusivas. Claramente ello requiere actores calificados, estabilidad institucional y políticas públicas representativas de la demanda social y observando que la sociedad se exhibe alerta a los desvíos, significativamente asociados con la fragmentación social y la corrupción.
Base mínima para gestar un círculo virtuoso concierne a la "lógica de las instituciones políticas pluralistas" como soporte del estado de derecho, configuración relevante en las democracias no contaminadas por la inobservancia de la Constitución(es) y por consecuencias multivariadas en materia de exclusión.
La secuencia siguiente es que el estado de derecho se corresponda con la organización, funcionalidad y resultados socialmente deseables, derivados de una institucionalidad económica inclusiva.
Esta asociación conceptual, está desvirtuada por la realidad. En aproximadamente siglo y medio, la caracterización de la desigualdad y la brecha resultante entre naciones y al interior de países, presentan una regularidad producto de desvíos que validan una articulación de la política y de la economía, de carácter extractivo/de exclusión. La estructura vertical del ingreso per cápita y de la distribución del ingreso son un indicador relevante.
En orden a presentar puntos de vista de elevada representatividad académica en cuanto a su opinión sobre el libro, el profesor Kenneth J. Arrow, premio Nobel de Economía 1972, concluye: "una sociedad abierta, dispuesta al concepto de Schumpeter –de destrucción creativa- y que cuente con auténtico Estado de Derecho, reúne factores claves para el desarrollo económico".
Gary Becker, premio Nobel de Economía 1992, destaca que los autores son convincentes en cuanto, para escapar de la pobreza, las instituciones económicas sean "apropiadas, especialmente en lo referente a competencia y propiedad privada".
Peter Diamond, premio Nobel de economía 2010, puntualiza cómo, regímenes nuevos, de articulación convergente entre política y economía abren una "espiral virtuosa e inversamente, regímenes nefastos caen en una espiral viciosa" cuyo efecto, entendemos, acelera las desigualdades.
A escala mundial la realidad ofrece variados casos cuya formulación política, económica, por diseño, por formato de la organización, por funcionalidad, y por resultados, presentan un cuadro de desequilibrios múltiples que devienen sin armonía con las expectativas de la sociedad. Es fundado esperar que los desvíos con respecto a la dirección teórica señalada por la literatura académica, se corrijan hacia un escenario convergente con la consolidación de un círculo virtuoso.
Con la Desigualdad como eje, el enfoque comprende especificaciones sobre la organización comparada, para dimensionar prosperidad y pobreza como producto social final.
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