Francisco descansa en paz. Una y otra vez denunció la injusticia social de nuestro tiempo. Se dedicó a defender a los olvidados, a los marginados, a los que la autoridad desprecia, a los pobres, a los inmigrantes, a los vulnerables, a los refugiados. Denunció la globalización de la indiferencia. Nos enseñó que todas las personas valen la pena, aunque unos con más urgencia que otros.
Mientras tanto, Médicos sin Fronteras levanta la voz para remarcar la importancia del minuto de oro, y para denunciar que no todos tienen por igual la oportunidad de este primer minuto de oro. El primer minuto en la vida de un bebé es de oro porque es entonces cuando tiene que empezar a respirar. Esto le determina la vida, su presente y por tanto su futuro.
Mirá tambiénUnicef fortalecerá la atención en maternidades de Santa Fe para reducir la mortalidad maternaEste primer minuto es decisivo para todos los bebés, pero hay que remarcarlo en algunos bebés en particular porque el riesgo de no superar este primer minuto es mucho más alto allá donde hay menos recursos, o más olvido. Francisco habló e insistió sobre esta realidad, y Argentina no queda al margen.
En Argentina, el riesgo de morir la madre durante el embarazo, el parto o el puerperio es más del doble en los lugares alejados de los centros urbanos. En estos lugares, en estos pueblos, hay menos recursos humanos y materiales, y menos cualificados, y por tanto la calidad asistencial es menor. A causa de esta realidad, con frecuencia olvidada por la autoridad política, Unicef presentó un proyecto de apoyo, sobre todo de formación, para las maternidades, para mejorar la salud materna, y por tanto neonatal, de la provincia de Santa Fe.
Todo puede suceder en un minuto, tanto la vida como la muerte, o pueden quedar secuelas para toda la vida a causa de este minuto. El mes pasado moría un bebé de nueve meses en Villa Ocampo, provincia de Santa Fe. Necesitaba ayuda para respirar, Francisco también la necesitó. El bebé tenía una traqueostomía desde hacía tiempo.
Al parecer, una infección banal alteró el delicado equilibrio en que vivía. No se puede juzgar por las apariencias, no se pueden sacar conclusiones a la ligera, no se debe levantar el dedo acusador sin antes saber bien qué pasa. La vida de un bebé delicado es un asunto muy delicado que compete tanto al entorno sanitario como al entorno familiar. Francisco nos habló de esto, y de los muchos que caen en desgracia por el capricho de la vida, y la negligencia de los poderosos, de haber nacido acá o allá, o simplemente de estar acá o estar allá.
Mirá tambiénPueblada frente a la casa de una médica por la muerte de un bebé de 9 mesesNos recuerda Médicos sin Fronteras que una de las primeras cosas que hay que hacer cuando nace un bebé es asegurarse de que respira, y que respira bien. Esto es el minuto de oro. Puede ser que haya que ayudarle a empezar a respirar, y para ello hay que limpiarle de mocos la boca y la nariz. Si hace falta, ayudarle con un respirador manual.
El método canguro, en su infinita sencillez, también ayuda a determinar en positivo el futuro inmediato del bebé. Se trata de poner al recién nacido, piel con piel, tan pronto como sea posible, sobre el pecho de su madre. Esto contribuye a evitar la peligrosa disminución de la temperatura del bebé (hipotermia), a la vez que estimula el inicio precoz de la lactancia materna, y ésta resulta beneficiosa para los dos.
Hay otros minutos de oro, del bebé y de la madre. La sospecha precoz, luego el diagnóstico precoz de la infección materna o neonatal, y el rápido inicio del tratamiento son procedimientos, actitudes que salvan vidas. Una infección neonatal puede ser mortal en veinticuatro horas si el recién nacido no recibe oportuno tratamiento. Hay que estar atentos, hay que saber, hay que estar preparados. El riesgo es siempre más alto allá donde predomina el olvido, la pobreza, la falta de recursos sanitarios y culturales. Por lo tanto, es hacia allá adonde ahora tenemos que mirar con prioridad. Este es el testamento de Francisco.
Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre Francisco, su vida y su obra, en el mundo, en Argentina, en Santa Fe. En estos textos queda claro el espíritu de reconocimiento y de ejemplo a seguir. Pero en algunos se transparentan despechos egoístas, miradas miopes y falta de autocrítica. Tal vez sea momento de hacer, durante un minuto de oro, un mea culpa, mea culpa, porque otro papa argentino no creo que volvamos a tener. Entonces me pregunto si Argentina y Santa Fe en particular supieron aprovechar este largo minuto de oro.
Hay quien se refirió a Francisco con los peores adjetivos, y así se retrató a sí mismo, y no obstante se presentó a saludarlo, en vida, y muerto. Francisco lo recibió, a él y a otros, y les enseñó con el ejemplo. Ojalá aprendan. Francisco denunció la hipocresía de los dirigentes, pero a ninguno le cerró la puerta. Este es el mensaje de Francisco.
No hay vacunas
Hace unos días, mientras una voz oficial de la salud de Santa Fe nos hablaba una vez más de la importancia de las vacunas, en ciertos centros de salud de la periferia de nuestra ciudad no tenían vacunas para vacunar a los bebés. No es la primera vez que pasa esto. Francisco denunció la hipocresía, y pidió más compromiso. Aquí también hay un minuto de oro, porque la madre que lleva su bebé a vacunar, y se encuentra con que en el centro no hay vacunas, no sabemos si volverá otro día.
La citada voz oficial no dijo que el porcentaje de vacunación de los bebés santafesinos está bastante por debajo de los mínimos requeridos. Pero admitió que, en los mismos bebés, el porcentaje de vacunación es aún más bajo unos meses después. Esto quiere decir que muchos padres comienzan las vacunas pero algunos después no continúan con la vacunación de sus bebés menores de un año, y hay que preguntarse por qué, mirarse al espejo, hacer autocrítica.
Mirá también“La vacunación es la medida más eficaz”: Uboldi advierte sobre deserción y nuevos desafíos en Santa FeSi la autoridad o el personal del centro señalan a estos padres como los culpables, y presentan excusas pueriles para justificar aquello que no hacen, o hacen mal, faltan gravemente a sus obligaciones. Y me pregunto qué pasaría si, tal como es en otros países, una parte del sueldo del profesional, y del presupuesto del centro de salud, tuviera proporción con los porcentajes de vacunación.
Dirigida al Concejo Municipal, la carta de un lector, publicada en este diario el pasado jueves 24 de abril, en referencia a la sanidad pública de la ciudad de Santa Fe, denunciaba que "los centros de salud barriales presentan falta de insumos, recursos humanos limitados y deficiencias edilicias, lo cual impacta en los sectores más vulnerables. La prevención sanitaria brilla por su ausencia en muchos sectores, y la atención primaria resulta insuficiente".
Acá también hay un minuto de oro. El bebé que murió en Villa Ocampo se llamaba Gian Lucas, el papa que murió en Roma se llamaba Francisco. Los dos descansan en paz, en la misma paz.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.