Por Raúl S. Vinokurov
Repaso de gestión
Por Raúl S. Vinokurov
Falta muy poco para que Javier Milei celebre su primer año como presidente del país. Estos meses fueron turbulentos para todos, no sin sorpresas y muchas novedades. Milei fue de menor a mayor en cuanto a éxitos y resultados de su gestión. Tuvo que asimilar el rechazo que provocó su hiper DNU original. Lo tuvo que diluir, dividir y hasta dejar algunas cuestiones sin presentar. Pero lentamente lo fue imponiendo. Los primeros meses fueron muy duros y Milei comenzó a cambiar algunas estructuras, pero pagando un precio muy alto en lo social. Internamente tuvo que afrontar muchos problemas producto de criticar a funcionarios que pertenecían a la "casta" e incluso despedirlos mostrando debilidades previsibles.
La oposición, salvo la resistencia legislativa inicial, poco peso por sus internas y en el caso del PJ no asimilar la derrota. Cerró todas las canillas financieras, dejó obras inconclusas, hizo famoso el "¡No hay plata!", provocó cesantías, aumento de la pobreza y desocupación. A poco de cumplir el primer año el análisis cambia. Está bajando la inflación, el dólar blue, el riesgo país, prácticamente desactivó la Casa de la Moneda con emisión cero, disminuyendo el circulante provocando la consiguiente recesión.
Lentamente comenzaron las críticas por las consecuencias sociales que provocó con sus medidas. Los jubilados siguen siendo los eternos postergados, la educación y la salud sufrieron medidas restrictivas que causaron enojo y caída de algunos puntos en la medición de imagen popular. Enojos y críticas pero reconociendo la necesidad de cambio y en un alto porcentaje decir que el país no soportaría otra etapa de gobierno peronista-kirchnerista. En eso se mantenía la opinión generalizada que motivó su triunfo electoral.
Llamó la atención sus formas de comunicarse. Enojos, insultos, no admitir críticas, algunas veces casi en el límite de caer en posiciones antidemocráticas y limitaciones a la libertad, periodistas y medios no escaparon a sus excesos verbales. Esta cuestión puede ser analizada como una forma criticable de su personalidad, o, una manera muy estudiada para evitar contestar o debatir otras medidas adoptadas. Tal vez un poco de ambas cosas.
De a poco empezaron a pasar cosas y hubo cambios en Argentina. La inflación mensual cercana al 3 %, algunos productos de consumo masivo con leve o nulo aumento de precio, caída del costo del por ahora mínimo crédito. En lo político aprendió rápido algunas cosas e hizo caso a las opiniones de su círculo íntimo. Consiguió dividir a sus amigos (JxC y UCR) y mira con muchas ganas su destrucción. Ganó gracias a esos aliados y ahora está armando su propio partido, apoyado en determinados éxitos económicos que puede mostrar, independientemente de las consecuencias sociales cuestionadas.
En lo que hace a la seguridad pública puede mostrar un relativo éxito en Rosario, las calles liberadas, pero también muestra el aumento de la delincuencia en la provincia de Buenos Aires. También está mostrando algunos éxitos en desmedro del frente sindical, ya no tan unido y provocando específicamente en el caso Aerolíneas Argentinas que la opinión pública esté cada vez más apoyando su venta e incluso eliminación. Lamentable. Lo ocurrido los días 6 y 7 de noviembre traspasó incluso escalas sociales ya que la población está aprendiendo que aun los que nunca viajaron o viajarán en avión, también pagan ciertos privilegios y soportan déficits millonarios, en dólares, de la empresa.
Javier Milei tiene algunos problemas pendientes con su vice, Victoria Villaruel, quien tiene agenda y vida propia, no exenta de aspiraciones políticas, y a la que apoya un gran porcentaje de argentinos. Y también con Cristina Kirchner, cada vez más preocupada por su situación judicial más que por la realidad del país, apelando con gran oportunismo a la simbología peronista sin que nadie le recuerde su repudio hace pocos años a lo que ahora dice pertenecer, además de varios abandonos de ciertos jerarcas de su partido que demuestran su pérdida de poder. Milei en la actualidad está con la ardua tarea de instalar positivamente a El Jefe en el escenario político nacional... o sea a Karina, su hermana.
De seguir así las cosas, seguramente Milei cumplirá un año en el gobierno teniendo varios motivos para festejar. Fue tan malo todo lo anterior a él que aparentemente el pueblo soportará las consecuencias de su gestión. Veremos si cumplirá con sus promesas de mejorarnos la vida a todos. Mientras tanto seguiremos sufriendo las consecuencias previendo incluso una mayor destrucción del Estado de lo que suponía. Y eso no está bien.
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