Cada tanto conviene un alto en el tráfico de informaciones, hay que parar el permanente transcurrir con las noticias del día por día y preguntarse: de dónde viene y a dónde va Pablo Lautaro Javkin. Es el Intendente de Rosario, eje de la Región Rosario, que es -qué duda cabe- el eje socio-político de la provincia de Santa Fe; al menos del sur. Por lo menos el sur. Con el peso del sur. ¡Ejem!
En Región Rosario están los votos y los puertos; las muertes y la droga; las rutas de confluencia de los humedales y de la Pampa Gringa. Desde Región Rosario, el muerto en el Senado de la Nación y el partido La Liga del Sur, entendiendo ya entonces que el río Salado dividía, "soberanamente", la provincia de allá y la de acá. Vamos, es fácil advertir que Javkin es la figura más notable en el lado de acá y es eso lo que lleva magia en su nominación y, de hecho, en sus acciones.
Tal vez, por razones estrictamente personales, como el conocimiento periodístico y social sobre su madre, una importante hebiatra, y su papá, también médico conocido, con quienes tengo el atributo de la contemporaneidad, por compartir la vida diaria y los modos sobresaltados de aquellos años de la década del '60, con sus luchas y el entusiasmo militante, no pueda opinar sobre sus hechos sin mirar atrás. Pero, tal vez, eso se convierta en un contexto más amplio para opinar sobre este "muchacho". Sus padres eran lectores, actores de la política argentina no como espectadores sino, en su escala, la intelectual, como actores. Alguno de sus abuelos también.
Nada de lo que hace Javkin es improvisado o sorpresivo. Las circunstancias sí, ya que no manda sobre ellas, las cuestiones del momento le llegan de improviso; para Javkin o cualquiera de nosotros los hechos son hechos, son externos, empero sus reflejos públicos/político/social/partidarios son su patrimonio. Javkin nunca será un inocente en la "res pública". Nada de cuanto hace es privado por algo elemental: su cargo público.
Su fragua partidaria, donde adquirió reflejos para las discusiones, divisiones y ejecuciones políticas fue el radicalismo. Su paso a las huestes de Elisa Carrió algo claramente meditado, completado finalmente con el retorno a un eje: Frente Progresista Cívico y Social. FPCyS, que así se lo conocía. Este Frente tuvo una meta, la oposición al peronismo en la provincia de Santa Fe. No olvidarlo es no perder el rumbo en el conocimiento de cuánto pasa en el sur santafesino.
Javkin nunca será peronista. Nadie sabe si será un hombre del centro/centro o del centro/derecha, como terminan siendo las alianzas y los frentes resueltos para un objetivo: quitarle centralidad al peronismo. Para reclutar voluntades su sitio es la centro-derecha y allí se plantaban, se plantan y se plantarán.
Una de las "magias" de Javkin es que el gobierno nacional como el gobierno provincial son peronistas, con matices diferentes pero una misma raíz: peronismo. Repetimos. Fíjese. Javkin es mágico. Perotti no lo ataca y los Fernández tampoco. Ninguno de los Fernández. Es cuanto menos un llamado de atención sobre la capacidad de visualización que posee el intendente.
Javkin se autopercibe de un modo que sirve para que los peronistas le sonrían. Magia de la buena. Che, lo atacó la Carrió, que fue su jefa partidaria y no los Fernández. Já. Es un buen ejercicio para el lector de columnas políticas recordar el nombre del partido donde Javkin campea. El desafío sigue en pie.
Cuando en la red Linkedin debe definirse dice de sí: "Actual intendente de Rosario. Fui concejal, secretario general de la Municipalidad de Rosario, diputado nacional y diputado provincial en Santa Fe. En todos los cargos que ocupé siempre defendí las mismas ideas y valores, y trabajo diariamente desde cada lugar en la continuidad de los temas y proyectos para que se lleven a cabo. Fui el autor de la Ley de Boleta Única y Unificación del Padrón Electoral, de la Ley por la Reactivación del Sistema Ferroviario Santafesino, de la Ley de Software Libre y, junto a otros legisladores, autor de la Ley de Ética Pública. En 2011 asumí mi primer mandato como concejal de Rosario hasta 2015. Además, fui presidente de la Juventud Radical y presidente de la Federación Universitaria Argentina. Con la firme convicción de querer transformar la ciudad quiero trabajar con vos y para vos, para poner #ArribaRosario".
Como se advertirá no menciona a "su" partido. CREO es el nombre. El desarrollo de las siglas es –si lo desea– una tarea para el hogar. Puestas las cosas en el desarrollo de su acción como intendente, que esa es su tarea actual, Javkin ha sabido dividir el faltante de la ciudad, de este conglomerado que se puede denominar Región Rosario, de lo que de él se menciona.
Más claro: no importan tanto las importantes y visibles faltas a las tareas de "ABL", Alumbrado, Barrido y Limpieza, eje básico sobre el que las quejas se mantienen desde la época de Mónica Fein, la nicoleña dos veces intendente por el mismo grupo (FPCyS), como sí que importan y trascienden los hechos mediáticos sobre los cuales hay -y habrá– opinión y manifestación pública.
Opina sobre muchas cosas donde no tiene decisión ejecutiva. Eso es bueno. No pueden imputarle los fracasos de lo que no debe decidir. Habilidad. Inteligencia aplicada al crecimiento del nombre. Javkin se queja y acompaña a los quejosos por el humo tóxico de las quemazones en las islas del Paraná, es uno más y muy importante en las manifestaciones públicas de reproches ciertos por la inseguridad, por el imperio de las drogas y las armas en toda la región. Es justo que lo haga. Quiere y puede.
Interpretar los hechos y subirse a tales coyunturas es un atributo. Se podía hacer y lo hace. Que le reprochen por las cuestiones ciudadanas y regionales que le incumben podía suceder y sucede. Eso le molesta. Calla. No contesta.
En el Concejo Municipal es uno de los pocos intendentes, acaso el único, que ha sacado proyectos enviados desde su despacho (El Ejecutivo) con la totalidad de los votos. No hay derecha cerrada ni izquierda alocada que no le apruebe los proyectos.
La mirada atenta pone allí a María Eugenia Schmuck, concejala, visceralmente radical, que ha logrado esa segunda magia: un intendente sin oposición legislativa… siendo que no tiene uno, acaso ni eso, como concejal de su propio sector (CREO). No habría magia terrenal (¿un oxímoron?) sin el tejido y el bordado de la Schmuck.
No hay, a la fecha, políticos de carácter provincial o nacional que transiten Región Rosario cotidianamente. Mucho menos enfrentándolo. Como el versito infantil: "Javkin se pasea de la sala al comedor", sin rivales visibles. Los concejales que podrían oponerse son novatos, inútiles, poco serios, tal vez con más vagancia que militancia: elija. Los que tienen pergaminos están cansados. Las "aves de paso" son eso.
Los medios periodísticos están a favor de una Región Rosario con optimismo y buenas noticias debido a un amplio contexto de inseguridad, desazón, injusticia social, marcado pesimismo en el mensaje nacional y convengamos: lo quieren al intendente y Javkin no emite opinión política sobre la coyuntura de Argentina. Lo dicho, sabe cuándo callar. Pontifiquemos: tal vez más importante que la oportunidad del discurso es esa, la ventaja del silencio.
Carolina Losada, la mencionada Schmuck, Sonia Martorano, María Eugenia Bielsa, Clara García -viuda de Lifschitz-, Mónica Haydeé Fein, podrían, pueden, acaso lo intenten, volverse centrales en la Región Rosario. Es difícil que alguna de ellas finalmente lo haga como candidata. La magia existe.
Perdón, perdón, perdón, en 2019 en Rosario ganó Perotti a gobernador (peronista). Ganó Lewandowsky a senador departamental (peronista) y perdió Sukerman a intendente (peronista). Y allí ganó Javkin (no peronista). Fueron dos cosas: Sukerman y la magia.
La más importante rutina de la acción política de Javkin está en la sumatoria que lleva a una pregunta: ¿Por qué todos piensan que puede ser reelecto intendente si se lo propusiese? ¿No encuentran un reemplazo o una alternativa a su nombre y tiene resumida el "alma rosarigasina" que lo apoya? El título de la nota da la respuesta.