¿La ves o no la ves? No. No la ves.
¿La ves o no la ves? No. No la ves.
Aquí expongo un breve repaso de algunas ideas básicas, para saber si la ves o no la ves.
Cuando se va dando el fin de los reinados absolutos y se van perfilando y surgiendo en la historia los Estado Nación, ocurren hechos más o menos en paralelo. Mientras que en 1688 tiene lugar la Revolución Gloriosa, con todos sus antecedentes desde la Carta Magna de 1215 y se derroca a Jacobo II. Se condiciona a la corona a respetar una Carta de Derechos. Se impone el respeto de los derechos individuales por sobre los comunales, sociales o colectivos. El nuevo soberano es el individuo.
Estas ideas se trasladan a la revolución y consecuente declaración de independencia de los Estados Unidos en 1776 y la Constitución de 1787 se inspira en ellas. La base filosófica y política es, principalmente, la obra de John Locke. Contemporáneamente en Europa, en 1789, se desplaza al monarca absoluto por un régimen de terror -Maximilien de Robespierre se hace cargo del mismo- durante el cual, a raíz de los controles de precio de la harina, se desata la denominada "Guerra de las harinas".
"En la revolución francesa cuando subía el precio del pan le cortaban la cabeza a los panaderos, y mientras más cabezas de panaderos cortaban, más subía el precio del pan". Los ideales de "Libertad, Igualdad y Fraternidad" son reemplazados por emisión descontrolada, guerra con países vecinos, asesinatos, persecución de opositores… y ejecución de panaderos por desafiar precios máximos. Cientos de miles de ciudadanos son asesinados, en procura del "bien común".
Nacionalismo, socialismo y comunismo (distintas formas de colectivismo) nacen en el corazón de Europa, digo: desde esa fuente originaria de anteponer el "interés general" o el "bien común" por sobre los derechos individuales del ciudadano. El Estado omnipotente y omnipresente finalmente reemplaza al soberano con poder absoluto, Napoleón se hace cargo.
No obstante, de una forma sorprendentemente muy sutil, como naturalmente se desarrollan los hechos, medio siglo antes de Adam Smith y su "Investigación sobre la riqueza de las naciones", encontramos en Francia como precursor de los "austríacos" y de la concepción subjetiva del valor, a quien podría reclamar ser el legítimo "padre de la economía": Richard Cantillon (hacia 1680-1734). Él fue uno de los primeros en hacer uso de las herramientas de abstracción económica.
Su pensamiento se enfrenta a la teoría objetiva del valor basada en el trabajo y los costos de producción que se desarrollaron sobre todo en Inglaterra, que reflejaban el énfasis en el trabajo y el esfuerzo como algo bueno, sin ninguna consideración adicional. Ideas estas que se desparramaron y fructificaron en Europa central, en autores como Karl Marx. Y que tomaron la metodología de las ciencias duras como la física y la matemática de tanto auge y desarrollo contemporáneamente, de modo que las ciencias "debían" desarrollarse con esa metodología y con ese herramental, por caso la economía planteando el análisis de equilibrio.
Estos dos grandes paradigmas, estas dos importantes líneas de pensamiento hoy permanecen en continuos ciclos de "corsi e recorsi", avance y retroceso de una sobre otra. La caída del muro de la vergüenza pareció ser el "fin de la historia", no obstante ello, la realidad demuestra que no fue así. Esto pesa cuando el presidente dice, y escandaliza al establishment académico-político, que en el fondo no hay diferencias sustantivas entre comunismo, fascismo, nazismo, socialismo, socialdemocracia, keynesianismo, progresismo, populismo, nacionalismo o globalismo. Todas ellas son expresiones de la misma ética del altruismo, distintas versiones colectivistas, donde la solidaridad es impuesta por el poder coercitivo del estado, y es éste quien dirige la vida de los individuos.
La escuela de Chicago y Milton Friedman postulan a la política monetaria como una de las herramientas destacadas de la acción de los gobiernos, o sea la intervención del estado en el mercado del dinero. Friedman para los austríacos es socialista, así tal cual.
Así es que cuando el socialismo provincial le dice al presidente que la "campaña electoral terminó", a las críticas de este por el avance del narcotráfico (El Litoral, martes 12 de marzo de 2024), en realidad no la están viendo. El socialismo, como cualquier otro colectivismo, con su laxitud ética, con su relativización de valores, con su despiadada e infundada crítica hacia las ideas de la libertad, termina generando un clima permisivo a toda conducta delictual. Protege, defiende y cobija al victimario y abandona a su suerte a las víctimas de todo tipo de delito. ¿Pruebas?: La Realidad.
Claro, finalmente es como dice Friedrich Hayek: La realidad no es evidencia suficiente, y los candidatos socialistas, que adhieren al nefasto e impresentable Foro de Sao Paulo, son electos y reelectos, sin que el electorado la vea.
Hoy parece que en nuestro país, sobre todo los jóvenes y principalmente los más jóvenes, se aferran a las propuestas del presidente Javier Milei. Quizás sea como ha dicho André Frossard, "las cosas nuevas son aquellas que se han olvidado", y sea un resurgir del sentir y el pensar alberdiano, dejado de lado e ignorado por la política argentina durante tanto tiempo.
Quizás ellos, los jóvenes digo, la estén viendo.
Lo paradójico, históricamente hablando, es que la sociedad que forjó este instrumento de autoprotección (el Estado) para servirse de él, se ha enajenado sirviéndole exclusivamente a él (José Ortega y Gasset, "La rebelión de las masas").
Hoy vamos por la libertad.
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