Queridos Amigos. ¿Cómo están? Cuando faltan sólo unos pocos días para celebrar la Fiesta de la Nochebuena pregunto: ¿Qué queremos celebrar en estas Fiestas Navideñas 2025? ¿Cómo nos estamos preparando para que este gran acontecimiento salvífico sea significativo y profundo? Hago estas preguntas porque, hace poco un amigo desde España me escribía: “En todo el mundo latino no hay una fiesta más universal y que nos unifique tanto como la celebración de las festividades de Navidad. Su sola mención trae emociones, excitación y todo lo demás. Lo que lamento es que en estas maravillosas fiestas el GRAN AUSENTE ES JESÚS. Todos estamos preocupados por lo que vamos a comer y nos olvidamos de preparar el corazón, “el pesebre vivo de Jesús”, donde debe nacer el Salvador del mundo. ¡Cuánta claridad!
En la Liturgia de la Palabra de Dios de hoy, nuevamente aparece la figura de Juan, el Bautista. Pero, lamentablemente, Juan ya no actúa en el desierto, ya no se escucha su voz potente y su mensaje conmovedor. Está encarcelado. ¿Qué paradoja? Hace una semana predicaba entusiasmado a las muchedumbres, diciendo: “Preparen el camino del Señor”. Reclamaba el cambio de corazón, el cambio de actitudes, soñando con un mundo nuevo, pero ahora quedó solo, abandonado, reducido al silencio y a la soledad del calabozo.
Desde la cárcel –desesperado, perplejo y confundido- envía a sus discípulos para hacerle a Jesús esta pregunta: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” Jesús les respondió: “Vayan a anunciar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados”. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Mis queridos Amigos. Juan, el Bautista muere como mártir, cumple con su misión de Precursor del Salvador, pero también, nos deja un mensaje contundente: en cualquier sociedad bregar por la verdad, cuestionar los atropellos, denunciar las injusticias de los poderosos es muy peligroso. Le cortaron la cabeza, porque “se mata a quien estorba”.
Tal vez todo esto nos sorprenda, pero actuamos de la misma forma. Hace 10 años, en nuestra Patria Argentina nosotros hicimos lo mismo con el fiscal Alberto Nisman. Su búsqueda de la verdad tan apasionada, molestaba, sí, molestaba mucho al gobierno de turno. Lo eliminaron. Pero hoy Nisman está presente en nuestra sociedad y nos cuestiona con su AUSENCIA. Su sangre reclama justicia. Dios mismo se hace presente y nos interroga a todos: ¿Qué has hecho de tu hermano?
Hoy, la sociedad y el mundo entero necesita testigos y profetas como Juan Bautista y no simples espectadores. El mundo necesita personas valientes y decididas, porque los valores de la ética y la honestidad parecen desvanecerse. Nos invade el “facilismo y la mediocridad”.
Como contracara de lo que acabo de expresar, les quiero compartir esta bella historia: el día 21 de noviembre, en algunos medios internacionales apareció el artículo: “La confesión de Miss Universo 2025” causando sensación. Ocurre que poco después de anunciarse los resultados, la nueva Miss Universo 2025, publicó un conmovedor mensaje en sus redes sociales con estas hermosas palabras: "Hoy reafirmo que lo que Dios tiene destinado para ti, ni los celos, ni “el mal actuar de los hombres”, lo pueden detener, ni la felicidad puede cambiar. La nueva Miss Universo Fátima Bosch con tan solo 25 años, ha expresado su fe en redes sociales en numerosas ocasiones, publicando imágenes de Nuestra Señora de Guadalupe e iglesias. Su lema de vida es "¡Viva Cristo Rey!". Cuánta emoción me produce el testimonio de esta bella joven mexicana, que, ante el mundo agresivo, supo defender su fe en Dios, declarándose profundamente creyente y cristiana.
¿Qué nos motiva a nosotros a ser cristianos hoy, a escuchar a Jesús, a bregar por una sociedad más justa y fraterna anunciada por Jesús? Muchos ya no creen, otros ya no practican. Sin embargo, más allá de los credos, nos debe cuestionar la situación existencial de muchos de nuestros hermanos pobres y empobrecidos, sin embargo, hijos e hijas de Dios. En este contexto socio económico político de nuestra Patria tan complejo, el cambio es urgente, usted no puede ser un “hombre masa”, no puede vivir cómodo, acostado o de brazos cruzados.
Pensemos por unos minutos sobre nuestra vida y nuestra misión. Hagamos propio el mensaje del papa Francisco que nos dice: “Hay que ser como Jesucristo, hay que dejar huellas que cambien la historia”.