Domingo 19.9.2021
-Última actualización - 15:33
En política se utiliza a veces como un breve sofisma aquello que "no siempre 2 más 2 es cuatro". Por eso, muy pocos imaginaron que a una semana de las Paso la economía argentina estuviese aún sacudida por tanta incertidumbre política. La crisis arrastró a los números de la economía y de pronto algunos creen que –mágicamente- se puede aspirar a conseguir lo que en un poco menos de dos años no se logró conseguir. Acá no importa quién lo dijo, quién lo advirtió, quién lo reprochó. Es cierto que todo eso pasó. Ahora es tiempo de buscar las herramientas para salir de este encierro.
Lo que está claro es que si las herramientas para salir del estancamiento siguen siendo las mismas, y si los responsables de ejecutar las políticas también son los mismos, el resultado no puede ser diferente. Ahí está la cuestión primigenia: si otra vez se comete un error, difícilmente se superará la coyuntura. Sería bueno saber si este gobierno puede desprenderse del populismo. En otras palabras, si sabe hacer algo diferente. Porque la pérdida en las primarias reflejó que el gran problema es que no están dadas las condiciones para el modelo del populismo que se quiere reeditar, recordando el que imperó en la Argentina entre 2004 y 2012. Hay signos inequívocos: la persistente devaluación de la moneda, la inflación indomable y los desequilibrios estructurales (fiscales y de balanza de pagos), son un riesgo latente para la recuperación de los próximos meses.
Por otra parte, aunque existan datos precisos que invitan a sostener que los principales indicadores que predicen la actividad económica de corto plazo arrojan signos positivos, hay muchos problemas coyunturales no resueltos. Que la meta sea que el crecimiento del PBI rondará el 4% (según el Presupuesto que llegó en tiempo y forma al Congreso) no aporta nada nuevo. Ese dato tiene que confirmarse en el primer trimestre de 2022 porque habrá que aguantar lo que los economistas llaman "viento de cola" de un año que puede terminar peor o mejor, según el resultado electoral de noviembre. Se tendrá que mirar la planilla de la importación de bienes intermedios. En julio avanzó interanualmente por onceavo mes consecutivo y los US$ 2.443 millones importados por este concepto son, junto con el valor de junio, un récord histórico absoluto. Por si acaso, agrego: la persistente devaluación de la moneda, la inflación indomable y los desequilibrios estructurales (fiscales y de balanza de pagos), no dejan de constituir un riesgo latente para la recuperación de los próximos meses.
Para rescatar: la producción de cemento y los permisos de obra son positivos y podrían otorgarle velocidad a la economía y fundamentalmente para apalancar la creación de empleo. También la producción de acero exhibe una evolución favorable. Para que se entienda: hay que remontarse al 2018 para encontrar un mes con un nivel de actividad similar al de julio pasado. No es poco si recordamos el tiempo que se prolongó la línea de estancamiento. Si uno analiza detenidamente los datos debe admitir que el crecimiento de estos meses es un tramo de curva ascendente en una larga línea de estancamiento que hace años viene atravesando la economía argentina. La comparación con lo que sucede con la economía internacional es útil para ilustrar donde se encuentra Argentina a esta altura de la década.
Pero "en la diaria" como dicen los políticos habrá que estar atentos al lunes. Los mercados vienen de una semana de mucha incertidumbre y de alta volatilidad. Las miradas comenzarán a abrirse hacia las pizarras de las monedas extranjeras y a cómo se acomodan los precios de los commodities. Es donde los operadores apuestan.mer