Por Daniel Gabriel Otero


Por Daniel Gabriel Otero
Evangelos Odysseas Papathanassiou, mucho más conocido como Vangelis, falleció en París el pasado 17 de mayo, a la edad de 79 años. Nos dejó su legado y su obra, ya que marcó un antes y un después en la música del siglo XX. Así como en el teatro hay un antes y después de Friedrich Dürrenmatt, o de Moliére, en la música, como en otras artes, sucedió lo mismo, a nuestro entender, con Vangelis, un músico realmente "inclasificable".
Es decir, imposible de clasificar dentro de los "ismos" tradicionales. Se sabe que en las artes musicales los "ismos" son elementos recurrentes para el estudiante, los autores y los intérpretes. Así, "clasicismo", "romanticismo", "impresionismo", "nacionalismo", son términos con los cuales debe lidiar todo aquel que quiera cosechar las sagradas mieses de Santa Cecilia.
En cuanto a Vangelis, ante la lupa del análisis, aparecen como mínimo tres datos referenciales principales: a) Compuso la música de diversas películas, con la paradoja de que de algunas de ellas se recuerda mucho más la música que el guion; b) Logró componer verdaderos "paisajes sonoros" utilizando módulos y sintetizadores analógicos; c) Creó un idiolecto tonal propio, con fuertes apoyos que utilizan no solo el tono y cromatismos, sino también comandos o bancos de sonido que ejecutados utilizan microtonos, y algunos modos (no escalas) que evocan los utilizados por los griegos (como los modos lidio, jónico, corinto y otros).
Vangelis elaboró su discurso musical con tanto éxito, que "Samples" de módulos y librerías como "Traktor" u otros complementos de la música electrónica de hoy (FL Studio, uno de ellos), sustentan sus raíces en los estilos y formatos preseteados de este genial compositor.
Además, se trata de un artista prolífico y doblemente pintoresco. Primero, porque, además de músico, tuvo una carrera como pintor, con diferentes exposiciones y muestras internacionales. Y segundo, porque supo crear sus propias formas y estructuras tonales, con las que dio las pinceladas precisas a todo un universo de sonidos, con una morfología alejada tanto de los barroquismos como lindando con la proximidad de los nuevos lenguajes.
Pirámides, universos, cosmos, galaxias, son los elementos un tanto distópicos que deja la estela de este notable diseñador sonoro, quizás poco conocido en Argentina pero no en el resto del mundo. En honor a él, la Unión Astronómica Internacional bautizó a un asteroide con su nombre: el 6354 Vangelis.

En 1981, Vangelis le puso música a "Chariots of fire" ("Carrozas de Fuego", o "Carros de Fuego"). La obra dirigida por Hugh Hudson narra sobre un argumento real consistente en la preparación de los atletas británicos para competir en los Juegos Olímpicos de París 1924. El sentido de epicidad que provoca la música de Vangelis, exalta los valores más profundos del ser humano.
Más adelante, llegaría Blade Runner, estrenada en 1982, película basada en una novela de Philip K. Dick ("¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?") y dirigida por Ridley Scott. En la banda sonora de este filme, Vangelis supo dar el clímax adecuado para que la cinta se convirtiera en un culto del clásico de ficción. Diez años fue el tiempo que le llevó procesar mental y creativamente todo el álbum. A partir de ahí, la música electrónica lo consideraría el padre de la misma, debido a la influencia que tuvo en todos los compositores de entonces.
Llegó en 1992 otra obra de este singular compositor: "1492: La conquista del Paraíso". En esta instancia, el mapeo electrónico se fusionó con vocalistas flamencos, flautas, mandolina y violín. La obra precisaba sí o sí de timbres acústicos, tonos aterciopelados como solo la mandolina y el violín pueden dar. Así, Vangelis combinó el poder de sus módulos y sintetizadores para crear una atmósfera de quinientos años atrás.
En 2004 se estrenó un filme referente a la vida de Alejandro Magno, el que fue caracterizado por Angelina Jolie y Anthony Hopkins, entre otros. El director Oliver Stone recurrió a los servicios de Vangelis, quien propuso fusionar ritmos mediterráneos en amplias escalas, incluyendo modos orientales y balcánicos en una suite orquestal electrónica con colores y temperaturas propias de su ya consabida fórmula.
Finalmente podemos mencionar "El Greco", una de las últimas películas que Vangelis musicalizó, la que está referida a la vida de este célebre pintor, cretense de origen. Se trata de un filme ambientado con melodías de las tierras que lo vieron nacer. Pero la obra de Vangelis no se quedó ahí, ya que ha sido el ambientador de la serie "Cosmos", de Carl Sagan, para la cual creó un fuerte vínculo entre sintetizadores y la visión cosmogónica que proponía el investigador.
Consultado por el autor de esta nota, el maestro Jorge Ricardo Chiappero Favre -fundador y primer director de la Banda Sinfónica de Santa Fe-, sobre el por qué no hubo arreglos de Vangelis en el repertorio inicial de la referida agrupación musical, expresó que "no estaban desarrollados los instrumentos electrónicos todavía", por lo que "con lo que había no alcanzaba", no era suficiente para los compositores.