El fútbol suele ser despiadado con el paso del tiempo. Sin embargo, cada tanto aparecen historias que desafían almanaques, estadísticas y prejuicios.

Con 33 años y una vigencia que sorprende, Claudio Albarracín se convirtió en el máximo goleador del torneo Clausura de la Primera División A de la Liga Santafesina con 9 tantos. El delantero de Colón de San Justo fue pieza clave en una campaña que terminó con el “Conquistador” como subcampeón y que hoy lo encuentra soñando en grande en el Torneo Federal Amateur.

El fútbol suele ser despiadado con el paso del tiempo. Sin embargo, cada tanto aparecen historias que desafían almanaques, estadísticas y prejuicios.
Claudio Albarracín es una de ellas. A los 33 años, el atacante de Colón de San Justo cerró el torneo Clausura de la Primera División A de la Liga Santafesina como máximo artillero, con nueve goles, ratificando que la jerarquía, el olfato goleador y la inteligencia para moverse dentro del área no se negocian con la edad.

Albarracín no solo fue el nombre propio del Clausura por sus conquistas. También se transformó en el símbolo de un Colón de San Justo que construyó una campaña sólida, regular y competitiva, que lo llevó a quedarse con el subcampeonato liguista.
Cada gol del “9” tuvo valor específico, muchos de ellos en partidos cerrados, donde la experiencia terminó inclinando la balanza. En un torneo exigente, de canchas difíciles y rivales que no regalan nada, el delantero respondió con eficacia y liderazgo silencioso.

El presente del goleador se potencia aún más si se observa el contexto colectivo. El Colón de SJ dirigido por Miguel Restelli no solo fue protagonista en el ámbito local, sino que continúa con vida en el Torneo Federal Amateur.
El certamen nacional retomará su actividad el próximo 4 de enero de 2026, cuando el elenco de San Justo visite a Ben Hur de Rafaela, equipo conducido por Carlos Trullet, en el marco de los Cuartos de Final. Un desafío mayúsculo, donde Albarracín volverá a ser referencia ofensiva y uno de los nombres a marcar.
Detrás de Albarracín, la tabla de goleadores del Clausura dejó en evidencia la paridad y el buen nivel ofensivo del torneo. Con ocho goles aparecen Franco Jominy, también de Colón de San Justo, y Alexis Camargo, delantero de Sanjustino. Dos jugadores determinantes para sus equipos, capaces de desequilibrar y sostener regularidad a lo largo de la competencia.
El grupo de los que cerraron el certamen con siete tantos también habla de diversidad y talento repartido. Diego Fornillo, de Ciclón Racing, fue una de las armas principales del conjunto lagunero, aportando potencia y presencia en el área.
Nahuel Machado, de Pucará, se destacó por su movilidad y capacidad para aparecer en momentos clave. Mientras que Santiago Risso, de Gimnasia, confirmó su vigencia y su importancia dentro de un equipo siempre competitivo.
Cada uno, desde su rol y realidad, contribuyó a jerarquizar un Clausura que volvió a mostrar la riqueza del fútbol liguista. Goles de todos los colores, definiciones ajustadas y delanteros que supieron responder cuando el partido lo pidió. En ese contexto, Albarracín logró sobresalir, no solo por la cantidad, sino por la relevancia de sus conquistas.
La historia del máximo goleador del Clausura es, en definitiva, la historia de la constancia. Albarracín encontró en Colón de San Justo el escenario ideal para desplegar su mejor versión, rodeado de un grupo comprometido y un cuerpo técnico que confía en su capacidad.
Lejos de conformarse con el reconocimiento individual, el delantero ya tiene la mirada puesta en lo que viene: el Federal Amateur y la posibilidad de seguir escribiendo páginas importantes para el club.
En tiempos donde el fútbol suele mirar con ansiedad a las promesas jóvenes, el Clausura de la Liga Santafesina dejó una enseñanza clara. La experiencia bien llevada también gana partidos, define torneos y llena redes.
Claudio Albarracín lo demostró con goles, con liderazgo y con un presente que invita a soñar. En San Justo, el gol tiene nombre y apellido, y todavía mucho camino por recorrer.