Colón de San Justo, una pasión que une a grandes y chicos
José Luis “Tola” Repetto y Gustavo Pueyo comparten una amistad que nació en la infancia y se forjó al ritmo de una pelota. El fútbol los encontró en Colón de San Justo, el club que marcó sus vidas y se transformó, con el paso del tiempo, en una de las instituciones más importantes del interior de la provincia de Santa Fe. Dos caminos distintos, un mismo sentimiento: el rojo y blanco como bandera eterna.
Gustavo Pueyo y José Luis Repetto. La historia que nació en el club Conquistador. Foto: Manuel Fabatía
Colón de San Justo no es solo un club. Es un punto de encuentro, una identidad colectiva, una historia que se transmite de generación en generación. En cada barrio, en cada familia, en cada charla futbolera aparece su nombre como referencia obligada.
En ese universo pasional se inscriben las vidas de José Luis “Tola” Repetto y Gustavo Pueyo, amigos desde la infancia, unidos por el fútbol y por un sentido de pertenencia que atraviesa el tiempo.
Ambos crecieron en San Justo cuando los campitos sobraban y las tardes se consumían detrás de una pelota gastada. Sin embargo, entre tantos potreros posibles, Colón de San Justo era el lugar especial.
No solo porque ofrecía una cancha o una camiseta, sino porque representaba algo más profundo: pertenecer, sentirse parte de una familia deportiva. Allí comenzaron a escribir sus propias historias.
Repetto fue jugador en sus inicios y luego se calzó los guantes para defender el arco. Pueyo, en cambio, se destacó como jugador de campo, goleador, auténtico rompe redes, de esos que viven del instinto y del amor por el gol. Diferentes posiciones, diferentes roles, pero una misma pasión que los mantuvo unidos durante años dentro y fuera de la cancha.
El club como casa y escuela
Con el paso del tiempo, Colón de San Justo creció de manera sostenida. De aquel club barrial lleno de sueños pasó a convertirse en una institución sólida, respetada y protagonista en las competencias regionales, provinciales y nacionales.
Los logros deportivos acompañaron ese proceso, con torneos importantes que quedaron grabados en la memoria colectiva de sus socios y simpatizantes.
Tanto Pueyo como Repetto fueron protagonistas de esa historia. Gustavo dejó su huella como futbolista y sumó títulos que hoy forman parte del patrimonio deportivo del club.
Cada gol, cada partido, cada campeonato alimentó un vínculo que jamás se rompió. “El club forma parte de mi vida”, resume Pueyo con la serenidad de quien sabe que el tiempo pasa, pero las raíces permanecen.
Repetto, por su parte, eligió seguir ligado a Colón de San Justo desde otro lugar. Se involucró de lleno en la vida institucional y se transformó en uno de los dirigentes más importantes que tiene el “Conquistador”, como lo llaman con orgullo sus socios.
Fue presidente, es socio activo y actualmente está a cargo del fútbol, área que conoce como pocos por haberla vivido desde adentro.
“Somos un club deportivo donde el fútbol es la mayor pasión, pero no la única”, explica Tola Repetto. “En Colón de San Justo hay deportes para toda la familia y seguimos en un crecimiento constante”, agrega, dejando en claro que el proyecto va más allá de la competencia y apunta a consolidar a la institución como un espacio social y formativo.
Dos caminos, un mismo sentimiento
Pasión Liga los reunió para una foto y la charla fluyó de manera natural. Hablaron de fútbol, de recuerdos, de épocas doradas y de los desafíos actuales. En cada palabra apareció ese hilo invisible que los une desde chicos y que el deporte supo fortalecer con el paso de los años. Nada ni nadie pudo separar lo que el fútbol unió en buena ley.
Gustavo Pueyo. Foto: Manuel Fabatía
Hoy, Gustavo Pueyo transita una etapa diferente de su vida. Apostó al arte y encontró en la acuarela una manera de preservar la memoria. Sus obras retratan instituciones, paisajes y rincones emblemáticos de la provincia de Santa Fe, y entre ellos, claro está, su querido Colón de San Justo. Cada pincelada es un homenaje silencioso a los lugares que marcaron su historia personal.
“Estoy un poco alejado del día a día, pero con la firme convicción de que la institución sigue en pleno crecimiento”, señala el artista santafesino. “Eso me llena de orgullo”, agrega, dejando en claro que la distancia física no afecta el vínculo emocional con el club de sus amores.
José Luis Repetto. Foto: Manuel Fabatía
Repetto, en tanto, continúa ligado de manera activa a la dirigencia. Su compromiso cotidiano es una muestra más de ese sentido de pertenencia que lo define. Colón es parte de su vida y de la vida de su familia, como lo es para gran parte de la comunidad de San Justo.
El club está presente en cada casa, en cada biblioteca, en ese libro imaginario de tapas rojas y blancas que guarda la historia colectiva de la ciudad.
Colón de San Justo es Pueyo y Repetto. Es la unión de dos personas queridas y respetadas, que dieron y siguen dando todo por la institución que los vio crecer. Es fútbol, es amistad, es identidad. Una pasión que no entiende de edades y que sigue uniendo a grandes y chicos bajo los mismos colores.