Atlético Floresta encontró su lugar y mira al futuro con optimismo
El club de Santa Tomé concretó un cambio clave para su crecimiento institucional al mudarse al Complejo Gaboto, un espacio amplio y funcional que le permitirá potenciar su desarrollo deportivo y social. Con los papeles en regla y el acompañamiento del Estado local, la entidad atraviesa uno de los mejores momentos de su historia.
Mario Jacoby y el Club Floresta. Mundanza e ilusiones nuevas. Gentileza
El Club Atlético Floresta de Santo Tomé dio un paso trascendental en su historia reciente. En silencio, con trabajo y convicción, la institución concretó un anhelo largamente esperado: la mudanza al Complejo Gaboto, un predio ubicado junto al campo deportivo del Banco Bica, que le permitirá desarrollarse con mayor comodidad y proyección a futuro.
El cambio no es menor. Significa orden, previsibilidad y la posibilidad concreta de seguir creciendo, tanto en lo deportivo como en lo social.
La nueva casa de Floresta representa mucho más que un traslado físico. Es la materialización de un proyecto que la dirigencia venía postergando, pero que finalmente pudo hacerse realidad gracias a un acuerdo total entre las partes involucradas.
Un dirigente como pocos
Mario Jacoby, máximo responsable de la institución, dialogó con Pasión Liga y expresó la satisfacción que genera este nuevo escenario. “Nos estamos mudando al Complejo Gaboto, un lugar que estábamos esperando. En un acuerdo total y que beneficia a ambos, el Club Atlético Floresta tiene casa nueva”, afirmó.
El proceso no fue improvisado ni sencillo. Por el contrario, se trató de un trabajo minucioso que incluyó gestiones administrativas, acuerdos legales y la intervención de organismos clave.
Predio nuevo de Floresta. Gentileza
Según explicó Jacoby, el complejo se incorporó al patrimonio del club mediante un trueque directo, con la participación activa de la Municipalidad de Santa Tomé y Personería Jurídica. Todo se realizó con los papeles al día, algo fundamental para garantizar estabilidad y tranquilidad institucional.
“El complejo, ahora Floresta, está quedando cada vez más lindo. Estamos felices y muy contentos”, señaló el dirigente, reflejando el clima que se vive puertas adentro.
Cambió para bien
La mudanza abre un abanico de posibilidades: más espacio, mejores condiciones de trabajo y la chance de ampliar la base de deportistas. En ese sentido, el club apunta a crecer en cantidad de jugadores, tanto varones como nenas, fortaleciendo el desarrollo del fútbol infantil y juvenil, uno de los pilares del proyecto.
El predio cuenta con amplios espacios verdes, algo que permitirá no solo mejorar la calidad de los entrenamientos, sino también pensar en nuevas disciplinas y actividades recreativas.
Floresta no se limita a competir; busca consolidarse como un espacio de contención social, de pertenencia y de formación. La infraestructura adecuada es clave para ese objetivo, y el Complejo Gaboto aparece como el lugar ideal para hacerlo posible.
En lo estrictamente deportivo, la institución atraviesa un gran momento. Floresta participa con todas las categorías que exige la Liga Santafesina de Fútbol, cumpliendo con los requisitos de la Casa Madre y demostrando un crecimiento sostenido en su estructura.
El trabajo en divisiones inferiores comienza a dar frutos y el club se prepara para afrontar nuevos desafíos con bases sólidas.
Lo que viene
La mirada ya está puesta en el 2026, un año que se presenta cargado de expectativas. Con la mudanza consolidada y un proyecto deportivo en marcha, Floresta irá en busca del ascenso a la máxima categoría liguista. No se trata solo de un objetivo deportivo, sino de la consecuencia lógica de un proceso ordenado, que prioriza el crecimiento integral del club.
“El sueño es grande y se está haciendo realidad”, resumió Jacoby, sintetizando el sentir de dirigentes, jugadores, socios y familias que acompañan el día a día de la institución. La nueva etapa que se inicia promete ser un punto de inflexión.
Atlético Floresta cambió para mejorar, encontró su lugar y comienza a escribir un capítulo distinto de su historia, con raíces firmes en Santa Tomé y la ilusión intacta de seguir creciendo.