A fuerza de perseverancia, pasión y una visión clara, Kalcomax se convirtió en una de las marcas santafesinas con mayor desarrollo dentro del rubro textil deportivo.

Con más de tres décadas de trabajo ininterrumpido, la firma santafesina Kalcomax sostiene su crecimiento en la calidad, el compromiso y el empuje familiar. Su titular, Juan Gervasoni, repasa los inicios, el presente cargado de desafíos y un futuro que ya traspasa fronteras: la empresa viste a clubes de la región, del país y también envía indumentaria a Europa. “Vamos por más, siempre con responsabilidad y agradecimiento”, asegura.


A fuerza de perseverancia, pasión y una visión clara, Kalcomax se convirtió en una de las marcas santafesinas con mayor desarrollo dentro del rubro textil deportivo.
La empresa, que nació como un emprendimiento familiar y hoy sostiene esa identidad como uno de sus pilares, superó los 30 años de trabajo y logró meterse de lleno en un mercado altamente competitivo, sin renunciar a sus raíces ni a su filosofía de producción.
“Estamos bien. Siempre trabajando para tratar de avanzar a pesar de las adversidades”, cuenta su titular, Juan Gervasoni, mientras repasa la historia que comenzó junto a su hermano hace más de tres décadas.
En la actualidad, el liderazgo se comparte con la nueva generación: sus hijos Juan Martín, Juan Ignacio y Federico forman parte activa del proyecto, cada uno con responsabilidades distintas, pero con la misma premisa que guio a los fundadores: compromiso, calidad y cumplimiento.
Esa identidad se refleja también en su lema, “Vestimos pasión”, una frase que sintetiza no solo la relación con el deporte, sino también el espíritu con el que la empresa encaró cada etapa, incluso las más difíciles.
“En esta empresa siempre tratamos de hacer las cosas bien, con la calidad que exigen nuestros clientes, el mercado mismo y estando al día con la entrega”, subraya Gervasoni.

Los primeros pasos de Kalcomax estuvieron ligados al deporte regional, especialmente a la Liga Santafesina de Fútbol. Desde allí, comenzaron a expandirse de manera constante, incorporando clubes de distintos puntos de la provincia y de la región, siempre con la premisa de crecer sin perder calidad.
“Seguimos vistiendo en su gran mayoría a los clubes de la Liga Santafesina de Fútbol y a otras instituciones que nos siguen acompañando”, cuenta Gervasoni. Ese acompañamiento abrió nuevas oportunidades y permitió dar un salto de calidad que ya posiciona a la empresa en el escenario internacional.
“Lo dimos hace un tiempo cuando empezamos a mandar nuestro producto a Europa: Inglaterra, España. También le enviamos indumentaria a clubes y coleccionistas. Al Nantes de Francia le mandamos la camiseta por el homenaje a Salas cuando falleció. Ese fue un momento muy importante para nosotros”, recuerda.
El crecimiento también se replicó a nivel nacional. Hoy, Kalcomax viste a equipos de distintos puntos del país y se consolida como una marca elegida en el interior.
“Estamos vistiendo a Agropecuario de Carlos Casares, a Ben Hur de Rafaela, a El Quillá y a mucho clubes más. San Jorge, por ejemplo, es un club que nos demanda mucha actividad”, detalla.
La realidad empresarial argentina impone desafíos constantes, especialmente para la industria textil. Sin embargo, Gervasoni se muestra optimista y, sobre todo, agradecido.
“Estamos con mucho trabajo y vamos por más. La idea es seguir cumpliendo con nuestros clientes y sumar gente que nos elija. Cumplir con la calidad y con la entrega son las metas a seguir”, afirma.
Consciente del contexto, pero también del camino recorrido, destaca el valor del equipo que sostiene día a día a la empresa. “No son los mejores momentos para las empresas en general y de este rubro en particular. Debemos seguir redoblando esfuerzos, pero somos agradecidos a todos los que hacen posible este crecimiento”, señala.
En ese agradecimiento incluye tanto a sus clientes como a quienes trabajan en la fábrica, y especialmente a su familia, que siempre estuvo al lado y hoy forma parte esencial de la estructura.
Antes de cerrar, Gervasoni deja un mensaje que reafirma el espíritu de la empresa: “Agradecer a nuestras familias que acompañan de cerca, a los empleados que también hacen un gran esfuerzo para mantener su lugar de trabajo. Y aprovecho para desearles muy felices fiestas a todos”.
Con la consigna que los identifica, “Vestimos pasión”, Kalcomax sigue escribiendo una historia que nació en Santa Fe, pero que hoy trasciende fronteras. Una historia familiar, trabajada a pulmón y proyectada al mundo.