Hubo tres empleados que le sugirieron prestar atención a las actividades de la jefa de Inteligencia Sur del Organismo de Investigaciones. A la primera advertencia no la creyó importante, la segunda le llamó la atención y para la cuando llegó la tercera ya había tomado los recaudos del caso. Así fue como el subdirector del Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación, Víctor Moloeznik supo que había filtraciones de esa oficina al por entonces ministro de Seguridad Marcelo Sain.
El subdirector del OI prestó su colaboración ante la auditoría del MPA e inició la denuncia que involucra a su superior, Sain, poco antes de que el bonaerense regresara a ocupar su cargo como director de esa sección en Acusación.
Moloeznik se fue de Acuerdos sin formular declaraciones fuertes a los pocos periodistas que esperaron, durante más de tres horas, su salida en la Legislatura. Su visita fue extensa y a los diputados y senadores provinciales que lo escucharon los proveyó de nuevos detalles relevantes sobre lo ocurrido, pero también les sembró la intriga sobre cuanto más sabe el número dos del OI que ha preferido reservarse una parte para cuando el tema llegue a tribunales, según explicó al excusarse de dar algunas respuestas.
De todas formas, las fuentes con las que El Litoral pudo conversar quedaron conformes con los datos aportados por el denunciante inicial de las filtraciones del MPA a Sain, más allá de lo que se guardó para cuando haya una causa penal.
En Acuerdos, además de sus integrantes estuvo el senador que preside el bloque justicialista del Nes, Armando Traferri, que formuló varias preguntas. (Los legisladores que no integran esa Comisión pueden participar, exponer o preguntar, pero no pueden votar).
Los nuevos detalles, además de las advertencias de los empleados del OI a Sain, incluyen relatos sobre asiduas incursiones en el MPA por parte de funcionarios del Ministerio de Seguridad en tiempos de Sain. Parecían visitas sociales, no lo eran.
Moloeznik por supuesto confirmó el contenido de su denuncia, que la auditora del MPA María Cecilia Vranicich corroboró y que elevó al Poder Legislativo.
Como se sabe la funcionaria involucrada en las filtraciones es Débora Cotichini, la jefa de Inteligencia Sur del OI. En su escritorio, Moloeznik advirtió que los cajones quedaron vacíos y que su computadora formateada, es decir, sin archivos cuando tomó la decisión de ingresar a ese ámbito acompañado de un testigo tras forzar la puerta.
La comisión bicameral no tiene, para el caso de la funcionaria mencionada, potestades para emitir un dictamen que luego vote la sesión conjunta de ambas Cámaras en la Legislatura. La suerte de la psicóloga Cotichini acusada de enviar audios judiciales confidenciales al entonces ministro Sain, un funcionario del Poder Ejecutivo Provincial (que al mismo tiempo era su jefe en uso de licencia), es solo materia a resolver por el MPA y su auditoría interna.
Sin embargo, los legisladores de la bicameral (en su mayoría de bloques opositores) no van a soltar el tema: ya escucharon a Vranicich la semana pasada, ahora lo hicieron también con Moloeznik que ofreció dar su testimonio por nota y seguramente invitarán también al fiscal general, Jorge Baclini a conversar sobre las filtraciones del MPA que llegaron a la Casa Gris.